Construcción edilicia en detrimento de espacios verdes: Tras 16 años de gobierno del mismo signo político en la Ciudad, esta una particularidad que se instaló definitivamente en territorio porteño y que se profundizó en los últimos años. Una modalidad implementada por todo el arco político que conforma a Juntos por el Cambio y que se da en diferentes estamentos del Estado. En esta ocasión, el rectorado de la UBA integrado por Ricardo Gelpi y el diputado nacional de la UCR, Emiliano Yacobitti, desde hace varios meses intentan construir un aulario, una estructura edilicia con varias aulas para la Facultad de Ciencias Económicas, en un predio ubicado en la esquina de Uriburu y Viamonte del barrio de Balvanera. En el lugar se encuentran tres árboles históricos que, para levantar el edificio, deben ser talados de raíz. Vecinos y vecinas de Balvanera sostienen que es posible construir el aulario sin sacrificar los ejemplares y por esta razón lograron frenar momentáneamente la obra con una medida precautelar.
En la esquina Viamonte y Uriburu, funcionaba uno de los estacionamientos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el rectorado de esa casa de altos estudios decidió, unilateralmente, construir un edificio áulico para las facultades de Económicas y Medicina. El proyecto que demanda más de $300 millones, no contempla tres árboles históricos que se encuentran dentro del predio. Al comenzar la obra, en noviembre pasado, la primera acción que ejecutó la empresa constructora fue comenzar a talar esos ejemplares.
“Estamos peleando por la conservación de tres hermosos, añosos y casi centenarios árboles: dos gomeros y un magnolio, ubicados en un predio que hasta hace poco fue la playa de estacionamiento de la facultad de ciencias económicas”, cuenta a Tiempo Valeria Satas, vecina de Balvanera. En octubre pasado el estacionamiento fue vallado y a los pocos días, ya en el mes de noviembre, comenzaron con la tala de uno de los árboles. “En ese momento asistimos azorados al lugar porque además se había cortado la calle, llamamos a la policía y nos dijeron que la empresa tenía permiso dado por el gobierno de la Ciudad para cortar”, agrega Satas.
Frente a esta situación, vecinas y vecinos de la Comuna 3 lograron frenar los avances de la tala, tras la presentación de una medida precautelar que cayó en el juzgado de la jueza Elena Liberatori y finalmente pasó al juzgado del juez Martin Cormick. Por el momento la cautelar sigue vigente por orden del juez, aunque el rectorado de la UBA hizo lo imposible para que la obra continúe, hasta solicitó el pedido de apertura de la feria judicial en el mes de enero. “Por suerte no le fue concedido”, señala la vecina. “Los únicos argumentos que tiene la UBA para talar los árboles y construir el edificio es que ellos son autárquicos, que no le tienen que pedir permiso a nadie y dicen que nosotros somos unos vecinos tilingos que atentamos contra la universidad pública”, detalla.
Los vecinos no se oponen a la obra, por el contrario, piden que se readecúe el proyecto y que contemple a los tres árboles históricos. “Vivimos en una comuna que tiene muy poco verde y en estas cuadras de la calle Viamonte no hay ningún árbol. Estos tres ejemplares contrarrestan bastante toda la contaminación que hay en este sector de la Ciudad”, remarca Satas.
Una lógica general del ejecutivo porteño
Quienes viven hace años en la Ciudad, aseguran que lo ocurre en la comuna 3 no es un hecho aislado y está enclavado en una lógica general, por parte de quienes gobiernan el distrito hace 16 años. “En la Ciudad, todo lo que se puede edificar se edifica y todo lo que se puede vender se vende. Y en esto nuestra comuna ha sido unas de las víctimas principales, por lo menos en estos ocho últimos años”, señala a Tiempo Gabriel Zicolillo, miembro de la Junta Comunal 3. Este sector de la Ciudad cambió radicalmente su fisonomía en los últimos años: “San Cristóbal, que es uno de los dos barrios que integran la comuna 3, era un lugar esencialmente de casas bajas, y ha cambiado absolutamente su geografía con muchos edificios a estrenar. Un negocio concentrado en dos o tres inmobiliarias que compran los terrenos y edifican”, agrega Zicolillo y termina: “Esto impacta directamente en la falta de árboles y espacios verdes, el volumen de árboles que tiene nuestra comuna es bajísimo al igual que los espacios verdes, comparándola con cualquier comuna de la Ciudad”.
Firmas para frenar la tala
En la plataforma Change.org, quienes resisten a la tala de los árboles, publicaron una petición para frenar esa medida. Hasta la fecha llevan más de 1500 firmas que serán presentadas ante las autoridades locales para que detenga la tala: “Mediante el presente documento, nosotros, vecinos del barrio de Balvanera, Comuna 3, manifestamos nuestra oposición e indignación ante la tala iniciada el domingo 13/11/2022 de los árboles ubicados en Viamonte 2153 (estacionamiento de la Facultad de Ciencias Económicas), la cual rechazamos”, formula el documento y destaca la antigüedad de los dos gomeros y el magnolio “que por el tamaño de sus troncos y follaje proporcionan beneficios AMBIENTALES, SOCIALES Y ESTÉTICOS en una ciudad que no cumple con el estándar internacional de áreas verdes por habitante. Que están ubicados en la periferia, lindando con la vereda, dentro de un predio perteneciente a una UNIVERSIDAD PÚBLICA (FACULTAD DE ECONÓMICAS, UBA) y que por lo tanto, nos involucra también como habitantes de esta Nación”.
Olga Liliana Godoy
17 February 2023 - 08:26
Ya No más edificios la tierra pide árboles en mi barrio las personas los cortan ,para no barrer hojas en el otoño ,estoy esperando a mayo para plantar tres ARBLES .