“Todos los chicos y las chicas recuperan plenamente la escuela donde aprendían antes del 16 de marzo de 2020. Con barbijos y una ventilación adecuada, los estudiantes vuelven a las aulas como antes”, escribió la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, en su cuenta de Twitter. Celebró así el anuncio de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta sobre un retorno escalonado a la presencialidad escolar total tras las vacaciones de invierno. Sin certezas sobre cómo estará la situación sanitaria en dos semanas y ante el avance de la variante Delta en todo el mundo, el Gobierno de la Ciudad ya aludió a una escuela post-pandemia. Gremios docentes y colectivos de familias expresaron su repudio y alertaron sobre los peligros de eliminar el distanciamiento en las aulas.
“Si la vuelta es como la plantean, es el adiós al distanciamiento”, advirtió Jorge Adaro, referente del sindicato Ademys, que llamó a un paro para el próximo 2 de agosto, primer día tras el receso invernal. La medida ya estaba convocada antes del anuncio, pero el reclamo “se vio fortalecido” tras la conferencia del mandamás porteño. De todos modos, señaló que no tuvieron comunicación oficial y que desde el espacio conocieron las novedades por los medios.
“Es profundizar la línea que vienen llevando. Ya no sé cómo calificarlo: seguimos sosteniendo que es una política criminal. Además lo que quieren imponer es una suerte de volvemos a la normalidad pre-pandémica. Es una barbaridad. Cuando nosotros en febrero somos obligados a volver había 500 casos de contagios diarios, hoy estamos en 800. No hay un elemento que sostenga una actitud así”, cuestionó Adaro en diálogo con Tiempo, y criticó también “la fragilidad de la política del Ministerio de Educación de la Nación, que no pone ningún tipo de coto a estas locura”.
“Me impresiona que omita lo del distanciamiento. La vez pasada anunció que se iban a poder sacar los barbijos, ahora omite el distanciamiento. Son anuncios anti-cuidados y no anuncian ningún programa complementario ni partida presupuestaria para educación. Es lo mismo dicho de otra manera: el mismo guión de enero, marketinero”, definió Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).
Agregó que “hay que ver qué pasa con la Delta” y criticó que “no se puede dirigir la educación con medidas coercitivas, diciéndoles a los padres que es obligatorio, que van a perder la vacante. Esas medidas coercitivas anunciadas por televisión no ayudan. La comunidad va a hacer lo que se diga en la escuela: si la maestra dice ‘en esta escuela no hay ventilación y no hay quien limpie los baños’, por más que Larreta hable por la tele, la comunidad habla con la directora y las maestras”.
Graciano dijo que “los índices de presentismo fueron muy bajos en el primer cuatrimestre» y comparó que «hubo más clases en el primer cuatrimestre de 2020 que en el de 2021». La UTE analizará la próxima semana cómo continúa su plan de lucha. «No permiten que los docentes tengan descanso luego de mucha angustia y el duelo por la muerte de nuestros compañeros», dijo en relación al fallecimiento de 35 trabajadores y trabajadoras de la educación en el ámbito educativo porteño desde el retorno a la presencialidad, el 17 de febrero.
Además, apuntó contra la falta de perspectiva de Género del discurso de Larreta. “El sector docente tiene 80% de trabajadoras y tanto en enero como ahora el primer día del receso las empieza a hostigar en su carácter de trabajadoras. Y les habla a las mujeres, que (a partir de la mayor presencialidad) van a poder organizar su casa, que se van a poner contentas porque van a poder volver a trabajar. Es una forma de maltrato al sector. El hostigamiento en épocas de descanso o donde las propias mujeres trabajadoras tienen que dedicarse a otras cosas. Durante la pandemia hubo problemas con las embarazas, con las que tienen niños pequeños a cargo, con las dispensadas. Es un discurso con aparente perspectiva de género pero es de maltrato”, concluyó.