En noviembre de 2021, Silvina Luna publicó un posteo en redes sociales contando la intimidad de lo que debía padecer en su vida diaria: ¿Cuántas cosas hacemos por alcanzar ideales de belleza, poniendo en riesgo nuestra vida y nuestra salud? Suelo mostrarles cosas lindas en Instagram, pero hoy decido compartirles esta otra parte de mi día a día. Cada tanto necesito internarme, mis niveles de calcio suben y mis riñones no funcionan bien. Requiero más corticoides, medicina que vengo tomando de forma crónica hace 8 años. Y hoy buscando otras drogas que pueda reemplazarlo”. El origen había sido aún más atrás, en 2011, cuando la operó Aníbal Lotocki. Desde ahí ya nada fue igual.
Aquel año, la modelo, actriz y conductora cometió el que llamó “el peor error de mi vida”. Con una carrera en ascenso fue una víctima de la presión de un sistema con condicionantes estéticos. Así lo definió en 2014 en una entrevista con Susana Giménez, una de las primeras veces que contó sus padecimientos: “Hay productores que te dicen: ‘¿por qué no te operás la nariz?’ o ‘Estás gordita, tendrías que bajar, ¿por qué no te hacés una lipo?’ Entonces, hay que hablar de estas cosas, el medio es muy exigente y uno tiene que estar bien del bocho, bien tratada y segura para no caer en eso”.
En 2011 acudió al consultorio de Aníbal Lotocki, que en ese momento gozaba de gran popularidad en el mundo del espectáculo. El cirujano le colocó metacrilato, un compuesto similar a la silicona, que mezcla acrílico y gel, en amplias zonas del cuerpo. Luego empezó con hipercalcemia. Como consecuencia: insuficiencia renal. De hecho en su última participación televisiva, que fue en 2022 el Hotel de los Famosos (eltrecetv), Silvina debió abandonar el ciclo porque en una prueba se descompensó. Le había subido el calcio. Estuvo casi una semana internada.
Tras la denuncia judicial de Silvina por mala praxis, tiempo después de la operación, Lotocki fue condenado a cuatro años de prisión y cinco sin ejercer la medicina. Pero continúa libre y recién el mes pasado le sacaron la licencia. En la causa figuran unos chats que tuvo ella con él donde le empieza a relatar las primeras afecciones, en julio de 2012.
“Hola Aníbal, te cuento que ya estoy en Ibiza, re engripada y con fiebre. No sé si la fiebre viene de la inflamación en la cola. Donde me rellenaste tenía un hematoma, me duele que casi no puedo sentarme”, escribió la modelo en las conversaciones difundidas días atrás por TN.
“No sé si fue el avión o el calor de acá pero empeoró y me duele mucho. ¿Hay posibilidad de que se infecte eso? Los pinchazos siguen. Tengo algo duro alrededor del muslo, ¿se pudo haber encapsulado?”, fueron las consultas de Silvina.
“Lo que sentís es parte de la cicatrización. Necesitás masajes o drenajes en la zona. Tenés que empezar a hacer gimnasia”, respondió Lotocki. Ante la insistencia de Silvina desde España, Lotocki le recomendó “tomate un ibuprofeno que con eso se tiene que solucionar la cuestión”.
Denuncias a Lotocki
Según relató en su momento Silvina, los primeros diagnósticos comenzaron cuando se hizo unos estudios de rutina en 2013. “Me sale una hipercalcemia, el exceso de calcio en sangre y eso hace que tenga una leve insuficiencia renal. Me empiezan a investigar y me entero que en el Hospital Italiano había cuatro casos de chicas que se habían inyectado sustancias de relleno con lo mismo. También con hipercalmemia y con problemas en los riñones y algunas hasta con problemas mayores, incluso una chica estaba en diálisis”.
Ella no fue un caso aislado. De hecho el 17 de este mes, hace exactas dos semanas, murió Mariano Caprarola a los 48 años. El panelista de La jaula de la moda también fue paciente de Lotocki a partir de un procedimiento estético al que se sometió en 2010 habría desarrollado una insuficiencia renal que generaron malestares y problemas de salud hasta su fallecimiento.
La modelo Pamela Sosa fue pareja de Lotocki entre 2006 y 2014. Al principio lo defendió de las acusaciones en su contra, pero en 2015 le inició acciones legales sumándose a Gabriela Trenchi, Stefanía Xipolitakis y Silvina Luna. Lotocki le aplicó inyecciones como parte de distintos tratamientos estéticos que le habrían provocado diabetes y granulomas.
Hace casi dos meses se cruzaron en un estudio de televisión, donde ella lo enfrentó: “¿En algún momento él pidió perdón? ¿Y saben por qué no lo hizo? Porque es un enfermo psicópata y narcisista, que sigue pensando que lo que hace está bien. Yo vi cuando Lotocki traía las bolsas de polímeros, él mezcla eso con un líquido. Yo tengo aceite adentro de mi cuerpo, porque vale dos mangos y a Lotocki lo único que le importa es la plata”.
Gabriela Trenchi también denunció a Lotocki por la aplicación «indebida» de metacrilato, y lo que luego fueron severos daños renales: “Yo tengo estudios hechos en el Hospital Italiano y en la clínica Favaloro donde los mismos médicos me dicen que da miedo lo que ven, que es una bomba de tiempo. Me dicen: ‘que Dios te ilumine hasta cuando puedas vivir porque ese material no se puede sacar’. Y resulta que yo ese material no se lo pedí”, recordó en febrero de 2022.
Y continuó: «También contó las consecuencias que le generó la presencia de esa sustancia en su cuerpo: “Él no me dio el alta, me lo dio una enfermera a las dos horas de haberme operado, descompuesta. Después lo llamé miles de veces porque vomitaba, me descompensaba, me tenía que poner pañales de todo el drenaje y la sangre que me salía y me decía que tome esto y lo otro. Él no me vio nunca más. El material hizo una ebullición en mi cuerpo y quedé descompensada, en terapia intermedia”.
En abril de 2021, el empresario de la construcción Cristian Zárate, de 50 años, fue el primer paciente de Lotocki en morir. Lo había contactado para que el cirujano le sacara un leve exceso de grasa a través de una dermolipectomía. Como también tenía una hernia abdominal, Lotocki acordó extraerla en la cirugía estética. La operación se realizó en la clínica Cemeco de Caballito, donde Lotocki alquilaba un quirófano durante la pandemia, a pesar de que solo estaban habilitadas operaciones de riesgo de vida. Empezó a perder mucha sangre, lo sedaron, lo intubaron, pero falleció de un paro cardíaco.
El ex participante de Cuestión de Peso, Fran Mariano, denuncia que Lotocki le realizó intervenciones mientras él estaba sedado que supuestamente nunca avaló: «Tenía toda la cara nueva; cuando le dije que no era lo que quería, me consoló y me dijo que no pasaba nada, que me iba a deshinchar. Fue muy convincente. Decidió sobre mi cuerpo sin mi consentimiento. Él me tenía atrapado, era un encantador de serpientes”.
Stefanía Xipolitakis también lo sufrió. Así lo contó tiempo atrás en sus redes, a propósito de lo sucedido con Silvina Luna: “Es un tema muy delicado y obvio que me compete a mí. A cualquiera de todas las que pasamos por las manos de ese asesino nos puede pasar lo que le está pasando a ella, porque tenemos una bomba en nuestro cuerpo”.
En 2008 Virginia Gallardo acudió a Lotocki para que le hiciera una intervención de levantamiento de glúteos. “Es un producto que es como una goma, como más líquido, como un pegamento. Lo vi (ella estuvo consciente). Él ponía en un bowl un polvito y un líquido, lo vi. Vos estás consciente, son diez minutos, dos inyecciones con anestesia local. Va una inyección en cada glúteo». Eso le produce inflamación y luego se endurece como un “cemento”. Lo define como “un dolor constante en la zona intervenida”.
«Si quisiera sacármelo me tienen que abrir de lado a lado y rebanar el músculo. En mi caso no migró. Yo hago actividad y con el músculo genero elasticidad y produce cien veces más dolor. Cuanto más entreno, más duele. Como estoy yo hoy es mejor no hacer nada y rezar al cielo que esto continúe así de por vida”, acotó.
La palabra de Lotocki
Meses atrás, Lotocki habló con Telenoche, donde aseguró: “Mis pacientes saben que no soy cirujano plástico”.
“He dejado de venir a televisión porque no puedo explicar nada, esto de que el producto está aprobado y que no tiene nexo causal lo he dicho en muchos programas, por eso opté por ir a la Justicia. En mis redes sociales he mostrado elementos y pruebas donde explico todo lo que sucedió. La gente que cree en mí, no mira televisión o no se guía por lo que dicen en la televisión”, afirmó.
“Lamento muchísimo la enfermedad renal que tiene Silvina Luna, me parece terrible. me imagino que alguien se va a operar porque quiere verse mejor, y que termine con un problema de por vida, yo me siento muy mal. Nosotros no queremos dañar a nadie como profesionales. Si alguien me hubiera dicho que este producto que estaba aprobado iba a causar un problema renal en una sola persona, no lo hubiera usado. No lo uso más hace mucho tiempo”.
“Es cierto que hay una condena, nunca lo he negado –acotó– pero la condena no es por las enfermedades que hayan tenido los pacientes, porque no existe daño causal. Hay una interpretación judicial que está en revisión y uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, ¿no?. La condena es por un efecto colateral del producto. Si hubiera usado un producto que estaba prohibido sí estaría bien que estuviera condenado, pero no es el caso. Hay análisis de Silvina Luna del 2010 que indican que tenía gammaglobulinas muy altas que podrían haberle provocado una insuficiencia renal. Ella tendría que hacerle juicio al Estado”.
Sin embargo, en la causa judicial ella ya había presentado estudios realizados antes de la operación con Lotocki donde todos los valores le habían dado bien. A partir de octubre y noviembre de 2011, cuando se operó, su vida cambió para siempre.