Su padre Alejandro fue el creador de la compañía a fines de los cuarenta, la heredó junto a su hermano mayor, en 1985 luego de la muerte del patriarca familiar. La empresa tomó su nombre de los anillos para unir tubos de petróleo, que fabricaba y vendía a la empresa estatal YPF. Los negocios con el Estado fueron el caballito de batalla de una fortuna que no paró de crecer bajo ningún gobierno. En 2010 vendieron el 50% al grupo chino CNOOC por 3.100 millones de dólares.
Según la revista Forbes la fortuna de ambos ronda los 5.000 millones de dólares. Bridas es la dueña de Pan American Energy (PAE), la segunda petrolera más grande de la Argentina detrás de YPF. En los últimos cinco años tuvo ganancias por 13 mil millones de pesos por sus negocios en Chubut.
El gran salto de los Bulgheroni se dio durante la dictadura (hombre cercano a los miembros de la Junta y yerno de Aguirre Lanari, último canciller del gobierno de facto) a través de licitaciones que lo lanzaron a la riqueza vertiginosamente. Además del crecimiento de sus negociados con el Estado, le transfirió una deuda por 619 millones de dólares. Su capacidad de establecer relaciones provechosas para los negocios no se detuvo durante la democracia en la que entabló vínculos con Enrique Coti Nosiglia, un hombre que en la actualidad sigue cercano al poder y profundamente imbricado con el gobierno del PRO y con la cúpula de la AFI (ex SIDE).
En los 90, Domingo Cavallo lo señaló en la Cámara de Diputados como prototipo del hombre de negocios que intercambia favores personales por prebendas para sus empresas. En ese momento también fue vinculado con el entonces famoso empresario Alfredo Yabrán.
En 2007, Bulgheroni renovó el contrato en Cerro Dragón con Mario Das Neves, entonces gobernador de Chubut y un año más tarde consiguió el permiso para explotar las reservas petroleras de la provincia de Santa Cruz por 40 años.
El empresario padecía de cáncer y se estaba tratando en los Estados Unidos, donde murió el sábado. Su cuerpo será repatriado esta semana.