Tras la sanción exprés de la Reforma Constitucional de Morales vinieron las persecuciones, la represión y los ataques a manifestantes, que se multiplican. Una de ellas fue Camila, que primero fue seguida y luego le entraron a su casa, la ahorcaron con un cable, la abusaron y torturaron durante media hora, sin ninguna respuesta oficial. «Dejá de mover el culo y de hacerte la revolucionaria», le dijeron antes de irse.
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