La puerta del club Bristol permanece semiabierta, clavada sobre el piso calcáreo de más de un siglo de botines. Son las doce y a pesar de que el último entrenamiento empezó hace unas horas, sigue ingresando público por su pasillo, entre las camisetas, imanes, bicicletas, frutas y budines. En la cancha rápida no hay ni pelota ni referí. Hay cámaras, amplificadores y algunas personas vestidas de rojo. Parece otro mundo, un mundo cotidiano que, sorprendentemente, se manifiesta con un lenguaje propio y orgánico, un lenguaje de fuego que «enciende tu corazón», como agita una bandera que parece pequeña, pero es central. Se pide silencio a los cientos de mujeres y hombres, niñas y niños vestidos de negro con antifaces blancos, paños de wipala y pañuelos emblemáticos blancos, que van a ir descubriendo, levantando o cubriendo. Pero esto sucederá más tarde.


Lejos de un partido dominical del barrio de Parque Patricios, las filas humanas avanzan, los círculos grupales se rearman con distinta velocidad en este último y quinto ensayo de Colectivo Fin de un Mundo (FUNO). Se trata de un grupo artístico-político que suma esta fecha unos 300 integrantes para terminar de hacer «las últimas pasadas» de su mayor «acción» del año sobre el espacio público, que sucederá en el interior de un cordón humano sobre las calles que mapearán la marcha del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, este sábado 24 de marzo.


La voz de micrófono de una de las coreógrafas enuncia a todos que «lo más pequeño no puede contener a lo más grande», sino al revés. Está pidiendo por el cuidado físico y los cautelosos pasos muy cerca de los niños y niñas mientras realizan sus formas: molinetes, filas y racimos. Detienen la puesta de cuerpos con templanza para volver a empezar, a pesar del sudor y el cansancio físico. El colectivo no tiene jerarquías: se organizan en círculos (círculo de sincro, círculo de técnica, etc).


«En estos días, en los que parece desvanecerse la esperanza ante tanto cinismo individualista, donde una y otra vez recibimos el golpe devastador del poder… nosotres encendemos el fuego. Fuego de la batalla que no se rinde, fuego de nuestros corazones. Encendemos la gran hoguera que nos reúne en círculo», se describen a sí mismos este año que conmemora además a la escritora fallecida Liliana Bodoc, pluma y cuerpo fundante desde los inicios del colectivo autogestivo, plural e independiente, sin fines lucrativos ni de obtención de beneficios individuales. Liliana fue su poesía de fuego.

Uno de sus integrantes, apartado de la tribuna y con tono bajo para no estorbar, confiesa la importancia de este sábado: «Hoy estamos contra un gobierno que niega el genocidio y libera a los asesinos. Estamos dando luchas que hace 15 años habíamos ganado», para «homenajear a quienes entendieron el arte como lucha y entender los Derechos Humanos con la mirada puesta sobre el gobierno nacional como los provinciales». El mensaje se imprime para generar una experiencia transformadora sobre la sociedad, en rojo y negro, entre mayúsculas y minúsculas.


FUNO -desdiciendo al multimediático diario Clarín que tras una acción los tituló para generar terror ciudadano y confusión como «los zombis k»- no pertenece ni está asociado a ninguna bandera partidaria, ni depende del Estado ni «sus instituciones de mercado». Simplemente con la consigna maya de que «otro mundo es posible», contra la desigualdad y la exclusión, el colectivo propone una experiencia artítica colectiva llamada «Radio FUNO, Vol. 6: Los Días del Fuego. Una radio viva en la que 300 personas daremos batalla poéticamente por la memoria de les 30.000 y cantaremos un profundo homenaje a Liliana Bodoc, madre de los Confines y del Colectivo FindeUNmundO». Y por esta madre y todas las Madres harán su intervención más visible de su experiencia este sábado 24 de marzo en el punto de encuentro de Av. de Mayo y Santiago del Estero, a las 14.

 

La memoria y el canto. Su historia

Sin pedir permiso para ser artistas ni aptitudes profesionales para la danza, el enfoque fue desde su inicio por el 2012, «Proyecto 10/52», llevar a cabo un proceso de construcción de identidad. Una combi intervenida artísticamente llevaba personajes caracterizados con el sufrimiento y la invasión a «nuestras tierras», como epopeya y apuesta por la diversidad. Un 24 de marzo de hace cinco años, el colectivo se sumó a la marcha con el lema «Memoria y canto para volver», otra caravana que rechazaba la instauración de la violencia y el terror en el mundo.


Con el foco puesto en los problemas de la Ciudad de Buenos Aires, criticaron e ironizaron el momento de las votaciones «autómatas» y nacieron los «PROmbies» con el objetivo de interperlar la inercia del espacio público, activando a través de sus muertos maquillados con numerosas horas de dedicación y con prima el color amarillo, el Shopping del Abasto, la Plaza Francia, y los subtes de Buenos Aires. También aquel recital de Violetta en los Bosques de Palermo. 


Más acciones siguieron como «V Siglos Igual», una segunda edición de «Memoria y Canto para volver», «Puentes» y «PERRAS!». Caminaron y bailaron personajes como «Los sangre», «Los Tierra»; sonaron las canciones como «Marcha de la Bronca» Y «Dinosaurios». Allí los antifaces blancos y el vestuario de negro ya despuntaba por el gris de la Ciudad provocando llanto, sonrisas, emoción y agradecimiento. No faltó la memoria a Darío Kosteki y Maximiliano Santillán y cantaron por ellos, para luego de un tiempo aguzar el grito mundial contra la violencia a las mujeres, mujeres del colectivo que fueron sacadas a pasear «literalmente atadas del cuello o la cintura» por el Shoping Alto Palermo y las calles de Recoleta.»


Cuentan que esto provocó en estos barrios cierta indiferencia y algunas reacciones de indignación, mientras que la policía quería detenerlos pero no podía. El patrullero entendía que no era una manifestación y no sabía qué hacer: «Se hacen los muertos, no responden», asumía en la puerta de los altos de la avenida Santa Fe, por handy, tanto su derrota como su exclamación: «Este teatro es delito!». Pero no, ellos siguieron y esta vez volverán por el elemento ígneo, invitando a bailar sobre el final, con «actitud de presente», mirando a los ojos y acompañando a la marchantes de la mano con los dedos levantados: «Por el fuego nos fuimos. Por el fuego volvemos».

Este sábado 24 de marzo, a las 14 , FUNO difunde su punto de encuentro en Avenida De Mayo y Santiago del Estero, en el marco de la Marcha del Encuentro Memoria Verdad y Justicia.