De cada cuatro siniestros viales con fallecidos, en al menos uno el alcohol está presente. Con ese parámetro, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) impulsó el proyecto de Alcohol Cero que este jueves que se aprobó en Diputados y fue enviado al Senado para que quede validado como una ley para toda la Argentina. Sin embargo, no es toda una novedad. Ya rige en países vecinos como Brasil y Uruguay; en nuestro país existe en 9 provincias, una decena de municipios, y está por sancionarse también en la Provincia de Buenos Aires. La cuestión, entonces, es: ¿Cómo viene funcionando en estas regiones? En el otro extremo se ubican gastronómicos y el sector vitivinícola, fervientes opositores a la norma. Paradojas del destino: la ley sale justo en el Día Nacional del Vino.
La iniciativa, llevada adelante por los Ministerios de Transporte y Salud, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) y asociaciones de familiares de víctimas de tránsito, reforma la actual Ley 24.449, reduciendo de 0,5 a 0 miligramos la cantidad de alcohol en sangre permitido para manejar.
Las provincias de Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y ciudades como Mar del Plata, Neuquén, Posadas, Ushuaia, Santa Fe, Posadas, Moreno, Tigre y Ezeiza, ya la tienen, con multas que van de 25 mil a 50 mil pesos.
El año pasado, la ANSV presentó un informe en que señalan que las provincias donde rige el Alcohol Cero al volante, la cantidad de conductores testeados que circulan con graduación 0 de alcohol en sangre es «notablemente mayor» que en aquellas que tienen como límite permitido 0,5: en las provincias con tolerancia cero, más del casi el 94% había dado cero de alcohol en sangre en los controles. En las otras provincias, el número bajaba a 86/87%.
Este año, un estudio publicado en la Revista Médica Uruguaya, reveló que la ley de Alcohol Cero en el país vecino tuvo “probados resultados de disminución de siniestros fatales en el corto plazo”, comparando heridos y fallecidos desde el 2016 hasta el 2021. Motociclistas fueron los más beneficiados. A su vez, agregaron que la Ley 19.360 no fue causante de un cambio significativo en el consumo de alcohol en la Banda Oriental.
Rosario, en 2021, fue uno de los últimos municipios en sumarse. En abril de este año, tras doce meses de aplicar la ordenanza, el Municipio expuso resultados satisfactorios. La Secretaría de Control y Convivencia de la ciudad relató que de los 23.667 controles realizados, solamente habían dado positivo 1700: un 7%. Como parámetro de la baja significativa, relataron que, previo a la sanción, se detectaban por fin de semana un promedio de 30 positivos. Casi el doble que ahora.
Sin embargo, hay sectores que protestan. En zona norte o pleno barrio Pichincha, meca de los bares y pubs de Rosario, relevaron una caída en la asistencia que, en algunos casos, llega al 20%. Incluso sale menos gente de noche porque luego de la norma se detectaron menos taxis. En una ciudad con los problemas de seguridad de Rosario menos movimiento también puede significar más peligrosidad.
Locales de zona norte se sienten «perjudicados» porque las personas que iban de barrios como Funes, Roldán o Pueblo Esther ya no lo hacen «para evitar venir en auto». Y también disminuyeron las despedidas que solían hacer en Rosario grupos de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Sin embargo, comerciantes de zona sur dieron cuenta de un fenómeno positivo: la gente ahora sale a tomar algo en pubs de su barrio, para no alejarse tanto y poder ir sin auto. Eso sí, todos coinciden: la ley debe ir acompañada de un buen flujo de tránsito de colectivos, que sea una opción a quienes decidan no salir en auto.
Desde la Municipalidad de Rosario defienden el Alcohol Cero. La secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayrú, contó tiempo atrás que «fue clave haber eliminado el factor especulación al momento de conducir. Quien maneja sabe que no debe tomar ni una gota de alcohol, antes podía especular con el tiempo que pasaba desde la ingesta hasta que le hacían el control, ahora se acabaron esos cálculos».
Además, hay cuestiones técnicas aún por resolver. Meses atrás, El Litoral publicó un informe con una aparente «dicotomía técnico-legislativa» en la ciudad de Santa Fe: según el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), los alcoholímetros que se utilizan en el país tienen un error máximo permitido de 0,041 gramos de alcohol por litro de sangre (g/l sangre). Por lo que sugieren que «no es aconsejable establecer como límite legal 0,00 g/l sangre», y recomiendan que la tolerancia sea de «0,05 g/l sangre, dadas las características técnicas de los equipos en uso en el país».
Algo similar cuestiona el especialista en seguridad vial y titular del Observatorio Vial Latinoamericano, Fabián Pons: «nosotros también estamos de acuerdo en que no se tiene que tomar ni una gota de alcohol si se va a manejar, lo que no quiere decir es que sin haber tomado una gota de alcohol la medición tiene que dar cero, el cero no existe».
«Cualquier chico de segundo de secundario sabe que la medición cero no existe porque cualquier aparato tiene su margen de tolerancia, a eso se le suman las condiciones fuera de laboratorio, las condiciones fisiológicas, lo que se llama alcohol endógeno, no lo que consumo sino lo que genero. En los países desarrollados del mundo, ninguno tiene cero, Suecia es el más restrictivo de todos en cuanto a la seguridad vial y tiene 0,2 para todo, para profesionales, para aprendices, porque no es una cuestión de cuanto tomé sino de lo que se puede generar por errores técnicos y por factores endógenos», acota.
Viejo Mundo
Los países de Europa más permisivos con el alcohol al volante son Malta y el Reino Unido, a excepción de Escocia. Tanto en Inglaterra como en Gales e Irlanda del Norte, el límite con el que se puede conducir es de 0,8 gramos de alcohol por litro en sangre, tanto para conductores experimentados, como para noveles y profesionales.
En Escocia el límite de alcohol en sangre permitido es el mismo que en España, Francia, Portugal, Croacia y Alemania: 0,5 g/l de sangre. En Italia y Alemania, por ejemplo, hay Alcohol Cero para choferes de transportes. Un poco menos tolerante es el gobierno lituano que admite un máximo de 0,4 l/g. Precisamente Europa del Este es la menos tolerante con el alcohol: Estonia, Polonia y Suecia permiten a sus conductores consumir un máximo de 0,2 g/l de sangre antes de ponerse al volante. Pero Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumania fueron más allá y establecieron una política de tolerancia cero.
En Estados Unidos, la mayoría de los estados, como Florida, California e Illinois, tienen un límite de 0,5 g/l, pero algunos como Illinois dispusieron tolerancia cero para los conductores menores de 21 años. En California el límite de alcohol para este grupo de edad es de 0,1 g/l.
La juventud es la franja con los peores índices, los hombres cuadruplican a las mujeres. Y no se trata de una problemática desconocida. El 94% de los conductores reconoce que conducir después de ingerir alcohol es peligroso. Pero aún así, casi el 15% reconoce haberlo hecho en el último tiempo. En jóvenes, la inseguridad vial es la principal causa de muerte.
El director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, afirmó: «tenemos la ley con mayor tolerancia de toda la región. En Uruguay, Paraguay y Brasil tienen Alcohol Cero y Chile tiene 0.3. Nosotros seguimos con el absurdo 0.5, una invitación a beber porque ´no pasa nada´, porque ´uno maneja el alcohol que toma´, y así nos va».
El directorio de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) brindó una conferencia en su sede institucional, en Mendoza. Se mostraron en pleno rechazo a la norma. La consideraron «impracticable». Dijeron: «Si este proyecto, que solo modifica un artículo bajando la tolerancia de 0,5 a 0 sin hacer foco en la prevención ni en el endurecimiento de las penas que sería más eficiente, seríamos el primer país grande vitivinícola con una ley semejante».
«Buscamos llamar a los senadores de provincias vitivinícolas a la acción para que modifiquen o frenen el proyecto en el Senado por el impacto que esto generaría para la producción, el turismo, la cultura y el consumo del vino», agregaron en referencia al proyecto que se aprobaría precisamente en el Día Nacional del Vino.