El Liceo 9 viene intentando a toda costa hacer visible su reclamo por una presencialidad cuidada. Igual que tantas otras escuelas porteñas, con la particularidad de que las condiciones edilicias de este establecimiento pequeño y de matrícula cargada impiden la ventilación cruzada, según denuncia la comunidad educativa. Tras realizar ‘centimetrazos’, protestas ante la Supervisión y por el barrio de Belgrano, dieron una conferencia de prensa organizada por el Centro de Estudiantes para volver a exigir una cursada con burbujas reducidas y distanciamiento en el marco de la pandemia de coronavirus.
“Venimos realizando medidas y tomando acciones tanto internamente en el colegio como externamente, yendo a supervisión, con cartelazos en el barrio. Esta conferencia es una medida más para visibilizar el reclamo por una presencialidad cuidada. Es un colegio muy chico, no hay ventilación cruzada, no hay medidores de dióxido de carbono, hay docentes sin segunda dosis y alumnes sin vacunarse. No podemos sostener la presencialidad completa”, advierte Belén Cedrola, de 18 años, presidenta del Centro de Estudiantes.
“Estas semanas seguimos viniendo sin burbujas. En su momento había elevado la institución un modelo de cursada con la máxima presencialidad posible, que fue aprobado y después el Ministerio de Educacióm lo dejó sin efecto, exponiéndonos de nuevo a encontrarnos 30 chiques dentro de las aulas. Es un colegio chico con matrículas grandes, somos alrededor de 700 y ya vienen aislándose muchas divisiones”, contó.
Paula Pittis, mamá de un alumno de segundo año, remarcó que además de reclamar las burbujas reducidas se están “denunciando varias cosas, entre ellas que las condiciones edilicias no están dadas para que estén todos los alumnos toda la jornada en el colegio”. Agregó que “lo que está pasando es que por ejemplo empezó a haber docentes aislados, burbujas aisladas. Y cuando los docentes no están hay divisiones que no tienen clases. Dejan a los chicos adentro de las aulas, con el riesgo que eso significa”.
“Venimos haciendo ‘centimetrazos’ como en otras escuelas, y se va a seguir haciendo. Vamos a seguir hasta que podamos conseguir que los chicos estén cuidados. La realidad es que no lo están. Para nosotros la pandemia no terminó, para muchos sí”, contrastó.
Los gremios docentes, en tanto, vienen difundiendo sus propios relevamientos sobre aislamientos de grados e incluso escuelas enteras desde el retorno a la ‘presencialidad plena’. “Dada la desinformación del gobierno llevamos adelante un relevamiento de las salas/grados y cursos aislados por casos sospechosos o confirmados. Alertamos que la eliminación del distanciamiento dentro de las aulas impuesta por el gobierno de (Horacio Rodríguez) Larreta y ahora también por (Nicolás) Trotta genera una multiplicación de contagios y una menor presencialidad en la práctica que las burbujas, incluyendo el aislamiento de escuelas completas”, advirtió Ademys.
La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), por su parte, informó que “desde la eliminación del protocolo del distanciamiento social en todo el sistema educativo se debieron cerrar más de 1000 burbujas, lo que representa alrededor 1500 docentes y más de 15 mil chicos y chicas de las escuelas de la Ciudad que debieron ser aislados en sus hogares y, en muchos casos ser sometidos a hisopados”.