La echaron del trabajo cuando se enteraron que era lesbiana y se iba a casar
Por: Arlen Buchara
Es psicóloga y había empezado a trabajar en el centro de día Granja Soles, en Pueblo Esther, que atiende a personas con discapacidad. Cuando en la ficha de contacto de emergencia puso el nombre de su futura esposa la citaron y la despidieron argumentando una reestructuración.
El 2 de septiembre pasado la psicóloga Paola Scarfó empezó un nuevo trabajo en Pueblo Esther, a 20 kilómetros de Rosario. Había pasado todas las entrevistas y pruebas en Granja Soles, una organización que gestiona cuatro centros de día en el sur santafesino donde atienden a personas con discapacidad y problemas de salud mental. Cuando la llamaron para decirle que había quedado, Paola renunció al empleo que tenía en otra institución similar. El primer día la recibieron con afecto y ella le contó a su jefa que el 20 de septiembre tenía turno para casarse. La encargada la felicitó y le prometió averiguar por la licencia para esa fecha. A la semana le pidió llenar un formulario como nueva trabajadora de la institución. Paola puso en el casillero de familiar a cargo y contacto de emergencia el nombre de María José Vera Giglio, su futura esposa. Entregó la planilla sin saber que, horas después, iba a ser despedida. “Hubo una reestructuración de último momento. Mañana te va a llegar el telegrama de despido”, le dijeron en la dirección. “Quedé muy sorprendida y shockeada. Fue una clara discriminación por mi orientación sexual y porque me casaba con una persona de mi mismo sexo”, denunció en diálogo con El Ciudadano.
La psicóloga denunciará el caso de discriminación y lesbofobia en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe y en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). En el reclamo es acompañada por las secretarías de Derechos Humanos y Diversidad Sexual y por la organización lesbofeminista Las Safinas
Amor en el Mapocho Paola y María José se enamoraron en 2016 en el río Mapocho, en Santiago de Chile. Paola tiene 35 años y había llegado al país trasandino para hacer una diplomatura en dramaterapia. Llevaba 8 meses en la ciudad y cuando María José la invitó a andar en bicicleta por el Mapocho se sorprendió. “Hacía meses que estaba en Santiago y no había registrado que había un río porque para mí el río era el Paraná, gigante. Este es chiquito, como un arroyo. Ese día aprendí a querer ese río y nosotras nos enamoramos”, contó a El Ciudadano.
María José nació en Chile y también tiene 35 años. Es ingeniera agrónoma y enóloga. Antes de conocer a Paola trabajó en Australia en la industria vitivinícola. La pareja vivió en Santiago de Chile hasta el año pasado, cuando decidieron mudarse a Rosario porque a Paola le habían ofrecido un trabajo en un centro de día. Al llegar, María José empezó a buscar trabajo y lo encontró en Entre Ríos como docente en una tecnicatura de enología y como asistente de productores de vino de la provincia vecina. “Antes de conseguir trabajo tuvo muchas entrevistas en el sector del agro, que es muy machista. Le pasaba que cuando le preguntaban qué hacía su pareja y ella decía que era mujer después no la llamaban más. No corresponde que te pregunten eso en una entrevista como tampoco que te echen por tu orientación sexual”, contó Paola. Telegrama de despido Paola cumplió 8 días de trabajo cuando recibió el telegrama de despido de Granja Soles. El día anterior había quedado en shock después de la reunión en la que le habían informado la desvinculación de la institución. Ella había renunciado a su antiguo empleo porque el puesto en Granja Soles le convenía. “En la reunión me dijeron que no tenía que ver con mi desempeño, que era una reestructuración de fuerza mayor, pero cuando me llegó el telegrama decía que no había alcanzado los objetivos esperados”, explicó.
La psicóloga se comunicó con un abogado y juntos armaron una respuesta al telegrama. Detallaron todo lo que había pasado y denunciaron que se trataba de una discriminación. La respuesta llegó este lunes. Los encargados de Granja Soles negaron todo y dijeron que no iban a devolverle el empleo.
La organización privada tiene cuatro centros de día para personas con discapacidad y problemas de salud mental en el sur de Santa Fe, en las localidades de Pueblo Esther, Villa Mugueta, Totoras y Carcarañá. Además del centro de día dan los servicios de estimulación temprana, apoyo a la integración escolar y transporte especializado.
“Nunca me imaginé que poner el nombre de mi pareja podía hacer que me echen de un trabajo. Entendía que era lo que correspondía porque es nuestro derecho. Si ella se enfermaba o lo que sea iba a poder cuidarla como dice la ley”, dijo. Casadas El viernes 20 de septiembre Paola y María José entraron al registro de civil de Rosario y salieron casadas. Celebraron a orillas del río Paraná con familiares, amigos y amigas de Chile y Argentina. Una de las invitadas les escribió un poema sobre el amor los ríos Paraná y Mapocho. Los familiares de María José se sorprendieron cuando se enteraron que a Paola la habían echado por su orientación sexual. “En Chile no hay matrimonio igualitario y pensaban que acá había más tolerancia. Aún con leyes y derechos tenemos que pasar por este tipo de discriminaciones. También por eso nos casamos. Nos parecía que era importante visibilizarnos como lesbianas y hacer público nuestro amor. Fue una reunión hermosa, emocionante, llena de amor y cariño”.