«Pero miren que la directora no vino hoy a la escuela por un tema personal, así que si van a manifestarse para hablar con ella no los va a atender», lanzó un oficial de la policía de la Ciudad mientras cientos de familias se acercaban a la Escuela N° 25 Bandera Argentina de Retiro. «¿Por qué dice que no está?», interrumpe una mujer «si yo soy docente y acabo de salir de la escuela y Casalini se está planchando el pelo en su oficina», agrega la maestra mientras muestra su guardapolvo debajo de la campera. A las 14, bajo una leve llovizna, cientos de personas se movilizaron a la escuela La Banderita para exigir la renuncia de la directora Mónica Casalini, luego de varias denuncias de violencia física, verbal y psicológica contra estudiantes y docentes. Hechos que fueron sacados a la luz por Tiempo Argentino la semana pasada y que, luego de su publicación, se sumaron más denuncias contra la mujer.
En la previa, la policía de la Ciudad oficiaba de vocera de Casalini negando su presencia en el edificio, situación que fue desmentida por una docente que pidió que no sea revelado su nombre. «Igualmente ya no vinimos a hablar con ella, vinimos a exigir su renuncia por pegarle a nuestros hijos» explica Viviana, mamá de un nene que asiste a 7mo grado. “Yo sufrí en carne propia la violencia de Casalini. Nos grita a las familias que queremos hablar con ella, en varias ocasiones yo me acerqué para dialogar y me dijo que no tiene tiempo para villeros, que ella tiene cosas más importantes para hacer”, agrega Viviana.
A estos hechos de violencia por parte de Casalini, se le suma otra situación grave: “acá lo que se vive es una situación de violencia constante y de maltrato, escenario que se agrava cuando Casalini no deja que ingresen delegados sindicales a la escuela. A mí me tiene prohibida la entrada”, cuenta Florencia Diasprotti, profesora del Polo Mugica y delegada de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (UTE-CTERA) prohibir la sindicalización de maestras y maestros en los diferentes gremios, viola la Ley Nacional 23.551 que asevera: “la libertad sindical será garantizada por todas las normas que se refieren a la organización y acción de las asociaciones sindicales”. La docente del Polo Mugica denuncia que en varias oportunidades Casalini le prohibió a ella el ingreso a la escuela “diciendo que las y los delegados vulneramos los derechos de los chicos. Ella lo dice, que es justamente la persona que tiene en su haber varias denuncias por malos tratos contra niños y niñas, como así también docentes y familias”.
El maltrato hacia los docentes supera todos los límites, “muchas compañeras denunciaron que Casalini las encierra en la dirección con llave, las llama al orden con un silbato como si estuvieran en un regimiento, les falta el respeto y las denigra en cuanto a sus tareas docentes. Pero esos malos tratos alcanzan a las familias y hasta el personal de cooperadora”, agrega Diasprotti.
De la jornada participaron familias, docentes e integrantes de la cooperadora, donde cada uno de ellos aportó un altercado con Casalini. “Yo tengo una nena en tercer grado que la directora la golpeó muchas veces, y siempre venía a hablar con Casalini y me dejaba 3 o 4 horas esperando sentada en el pasillo y jamás me recibió”, contó a Tiempo Carolina, que participó de la jornada de protesta exigiendo la renuncia de la directora. “Los golpes eran casi todos los días hasta que mi hija ya no quiso venir más a esta escuela, la única solución que encontré fue cambiarla de colegio. Ya la denuncié varias veces en el Ministerio de educación, pero ella se reía de esas denuncias diciendo que tiene gente en el ministerio que la apoya y que puede hacer lo que quiere en la escuela”, agrega Carolina. “Si bien mi nena ya no está más en la escuela, este año ingresó mi hijo de 6 a primer grado porque no conseguí vacante en otro lugar. Tengo mucho miedo de que le haga algo a mi hijo”, termina.
Los gremios docentes UTE y Ademys acompañaron el reclamo de las familias: “Lo que ocurre con esta mujer es insólito, porque cada vez que un directivo fue denunciado por diferentes agresiones, se lo aparta automáticamente del cargo mientras avanza la investigación. Como esta directora fue puesta a dedo por Soledad Acuña por ahora es impune”, cuenta Jorge Adaro, secretario adjunto de ADEMYS. “Esta es una situación de suma gravedad, y es por eso que acompañamos el reclamo de las familias que exigen la separación del cargo de esta mujer, ya que los niños conviven con esta violenta que los agrede constantemente”, agrega. El maestro y sindicalista destaca que hay varios directivos que fueron puestos a dedo por Fabián Capponi, Director General de Educación de Gestión Estatal del Ministerio y Soledad Acuña. “Otro ejemplo es la directora de la Escuela 7 del DE 8 de Parque Chacabuco, donde ha sido filmada insultando a los docentes, entre otras situaciones violentas. Estas son todas directoras puestas a dedo por el ministerio de educación porteño”, finaliza.