Los efectos de la crisis empezaron a pegar de lleno en la clase media. Así lo revela una serie de indicadores publicados esta semana que destacan la caída en el consumo de rubros típicos de esa franja socioeconómica. Esa retracción se suma a la que ya se venía observando en estratos de menor poder adquisitivo, agobiados por la inflación y los tarifazos.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censos del gobierno porteño, la clase media engloba a las familias con ingresos que superan al menos en 25% el costo de una canasta de consumo que satisface todas sus necesidades. A valores actuales, son los hogares con ingresos entre $ 30.200 hasta $ 96.800 (el cuádruple de esa canasta). Es un sector que con sus gastos puede contribuir a dinamizar la economía. Si los restringe, el conjunto de la actividad lo sufre.
En junio la retracción se sintió fuerte en los vehículos cero kilómetro. ACARA informó que el patentamiento de motos cayó 36,1% con relación a mayo y el de autos lo hizo 17,2%, como consecuencia de tasas de financiación más altas y precios más caros a causa de la devaluación. Según la consultora Invenómica, para comprar un auto pequeño se necesitaban 10,6 sueldos al inicio del año y 12,8 sueldos en la actualidad.
El feroz ajuste cambiario también modificó las reglas de juego en el sector de viviendas. El sitio Reporte Inmobilario estimó que para adquirir un monoambiente en la Ciudad de Buenos Aires a través de un préstamo actualizado por UVA se necesita un sueldo mínimo de $ 64.551, casi el triple del que se requería hace un año. Por eso el Colegio de Escribanos porteño informó que en mayo las escrituras cayeron por segundo mes consecutivo.
A la postergación de proyectos de envergadura, como comprar una casa o un auto, se suman restricciones en gastos cotidianos. Por ejemplo, las salidas. Aadet, la asociación de salas teatrales con eje en la avenida Corrientes, señaló que la venta de entradas cayó 27% con relación a junio del año pasado y es la peor desde 2014. En cuanto al uso del auto particular, la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines (FECAC) informó que en mayo el volumen total de ventas al público de combustibles líquidos en estaciones de servicio cayó 13,6%.
En su relevamiento sobre las ventas minoristas, CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) calculó una caída interanual de 4,2% en junio, con fuertes recortes en rubros como calzados (5,8%), deportes y artículos de recreación (5,5%) y marroquinería (7%). La venta de televisores para ver el Mundial no salvó al sector de electrodomésticos, que mermó 4,9%. «La incertidumbre cambiaria continuó afectando el consumo, pero este mes se sumaron además los mayores problemas de empleo e ingresos», evaluó la entidad.
Según la consultora especializada Kantar Worldpanel, también se observa el desplazamiento hacia segundas marcas, que ya ocupan el 17% de las compras en los sectores de clase media. “Cuando analizamos las marcas que más crecieron en los niveles socio económicos alto y medio en los últimos dos años, la mitad es de bajo precio”, resaltó su director Federico Filipponi. «