Un informe de la auditoría porteña publicado en las últimas horas deja en evidencia que la UniCABA no solo fue creada para iniciar el proceso de cierre de los profesorados docentes, sino también como un gran organismo donde se realizan desmanejos económicos.

Según el documento publicado, el organismo universitario padece de graves irregularidades en la gestión administrativa de la institución: ausencia de manuales de procedimientos, dirección, evaluación y control de la actividades, y planificación.

En el mismo sentido, la auditoría advierte que la UniCABA cumple apenas el 47% de los 32 programas sometidos a este organismo de control; y que desertó casi el 40% de los estudiantes.

Otra de las graves falencias de la casa de altos estudios es el nombramiento de funcionarios. Allí se detectaron irregularidades relacionadas con las categorías que fueron oportunamente informadas por el organismo.

Detectaron la existencia de áreas dentro del organigrama institucional que carecen de descripción de funciones en las resoluciones universitarias: “lo único que viene a demostrar la gestión de la UniCABA es que, como denunciamos en su momento, su única función es atacar los institutos que forman docentes en la Ciudad y crear una escuela de adoctrinamiento ideológico con maestros, maestras y autoridades puestas a dedo por el jefe de gobierno, denuncia en diálogo con Tiempo el auditor general, Lisandro Teszkiewicz.

El informe también suma la existencia de deficiencias en el ámbito administrativo, particularmente en el proceso de contrataciones: carencia de remitos, de informes técnicos y verificación de las condiciones de las compras en los expedientes.

“Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña hacen campañas publicitarias diciendo que la educación es prioridad, pero sus ocho años de gestión demuestran lo contrario. Empezaron atacando a la escuela media con su pomposo programa de secundaria del futuro, que en la práctica era desarmar las 114 orientaciones que tenía la escuela media porteña. Siguieron discontinuando el programa Sarmiento, es decir, retirándole a los chicos y chicas de las escuelas públicas la conectividad y las computadoras, sobre todo en la época de la pandemia”, suma Teszkiewicz.

Y destaca “quizás su punto más álgido fue la destrucción de las juntas de clasificación docente, que fueron reemplazadas por una oficina que nombra a los docentes a dedo, y el ataque sistemático a los institutos de formación docente, a los que pretenden disolver para crear la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, que los reemplazaría”.

El relevamiento realizado por la auditoría respecto a la gestión pedagógica en base a la poca información existente, determinó que existe “un índice elevado de deserción (37.78%) en el profesorado de educación primaria, que es la principal carrera de la universidad.

Además, aclara que el organismo es presidido por un Rector interventor “cuya función principal debería ser el desarrollo de las instituciones que garanticen el ordenamiento democrático de las universidades públicas del país, tal como lo establece la Ley 24.521 de Educación Superior, siguiendo el modelo de  la Reforma Universitaria de 1918. El proceso de normalización debería llevarse a cabo en un período menor a 4 años, según la ley. El actual rector fue designado en febrero de 2020, por lo que debería cumplir con su tarea antes de febrero de 2024. En el momento de elaboración del informe aún no estaban conformados  ninguno de los órganos previstos para el gobierno de la casa de estudios”.

Docentes puestos a dedo

“Este punto es elemental –cuenta a Tiempo el auditor general–, cuando vamos a ver qué han hecho en la universidad, básicamente no han institucionalizado ni su planta docente ni sus órganos de gobierno. La UniCABA no tiene concursos docentes. Todos fueron puestos a dedo y sigue estando intervenida sin que haya elección de acuerdo a, como dice la Ley de Educación Superior Nacional, por los claustros de los miembros directivos de la universidad ni de su rector”.

El informe subraya la falta de avance en cuestiones que podrían ser resueltas en lo inmediato pero que no se han llevado a cabo y advierte que “sería esperable que la Universidad proceda a llevar adelante el concurso docente correspondiente. Hasta el momento del relevamiento realizado por el equipo de auditoría no se habían desarrollado concursos para las designaciones docentes. Esta situación no solo representa un obstáculo para la normalización institucional, sino que también atenta contra las prácticas que deberían ser habituales si se pretende transparencia en la designación de quienes ocupen las cátedras. Por el contrario, hasta el momento, los cursos han estado a cargo de personas designadas a discreción del actual rector normalizador”.