La Legislatura porteña dio hoy una primera sanción a la ley que frena las futuras construcciones de torres en dos polígonos de los barrios porteños de Belgrano y Núñez, en el norte de la Ciudad de Buenos Aires, en respuesta a los reclamos vecinales contra la ola de edificaciones en altura en zonas residenciales caracterizadas por tener casas bajas.
La norma tuvo 31 votos positivos del bloque oficialista de Vamos Juntos, acompañados por la UCR-Evolución; cinco negativos de la bancada de La Libertad Avanza y 20 abstenciones del Frente de Todos y del Frente de Izquierda, durante la sesión ordinaria del Parlamento porteño.
En rigor, fueron sancionados en primera lectura dos expedientes presentados por el oficialismo para reformar el Código Urbanístico del 2018, que, por entonces, modificó las alturas permitidas para nuevas construcciones en la Ciudad y elevó en muchos barrios los topes permitidos, lo cual generó quejas en algunas zonas residenciales.
Si bien surgieron decenas de colectivos barriales en rechazo a la aparición de torres; entre ellos Villa Ortúzar, Colegiales y Parque Chacabuco; los legisladores tomaron los reclamos de los vecinos y las vecinas de los barrios de Belgrano y Núñez, y los trasladaron al área del Gobierno porteño encargada de los lineamientos de la planificación urbana.
Así fue como llegaron a la redacción de dos proyectos para dejar sin efecto lo establecido en el Código y de ese modo evitar que en esos dos polígonos sigan proliferando edificaciones en altura y, en cambio, puedan conservar la identidad de cada barrio sin alteraciones de su morfología.
La primera propuesta, del presidente del bloque Vamos Juntos, Diego García Vilas, contempla a la zona del «Nuevo Belgrano», delimitada por las calles Sucre, Migueletes, Monroe, Ramsay, Blanco Encalada, Cazadores, Mendoza, Dragones, Juramento, Húsares, Echeverría y Ramsay.
Allí, se impidió que se levanten construcciones que no sean «casas unifamiliares» en parcelas que tengan hasta 1500 metros cuadrados de extensión, así como también la posibilidad de instalarse a comercios del rubro gastronómico; no obstante deja el permiso para edificaciones de hasta seis pisos en terrenos de grandes dimensiones.
Allí, el colectivo barrial resiste el avance de torres en manzanas con casas bajas, pero también se opone a la aparición de nuevos locales comerciales, sobre todo restaurantes y cervecerías, que fueron habilitados por la normativa urbanística del 2018.
La otra iniciativa, de la legisladora de la UCR Manuela Thourte, planteó «la conservación paisajística del polígono delimitado por las calles Vedia, las vías del FFCC Mitre, Vilela y Cuba», al cual denomina «Lomas de Núñez».
Entonces, en 36 manzanas identificadas no se podrán construir edificios de más de dos pisos, y estará prohibido en «enrase», que posibilita igualar los metros en altura de una construcción lindante.
En ese sentido, el legislador Matías Barroetaveña, del Frente de Todos, pidió, durante el debate, «hacernos cargo de que el Código Urbanístico que votaron acá en este recinto fracasó, y tenemos la obligación de volver a discutirlo convocando a la ciudadanía para enmendar los problemas que generó».
«El proyecto urbano de (Horacio Rodríguez) Larreta y el lobby inmobiliario le complican la vida a los vecinos y vecinas de la ciudad. Los reclamos de los vecinos y vecinas a la especulación inmobiliaria sin ningún tipo de control no puede ser un obstáculo porque se supone que esta Legislatura trabaja para velar por esos intereses», agregó.
García Vilas, por su parte, admitió que «una norma general que abarcó más de 13 mil manzanas, pudo tener efectos no deseados en algunos barrios específicos», por lo cual sostuvo que «es nuestra obligación resolver estos temas que le preocupan a los vecinos».
El legislador del FDT Javier Andrade señaló que los vecinos de Belgrano «lograron que la transformación pare», en alusión al eslogan publicitario del Gobierno porteño «La transformación no para», pero advirtió que desde el bloque opositor seguirán «trabajando para que detener los negocios inmobiliarios en otros barrios y generar una mejor calidad de vida a los vecinos».