Los servicios de larga distancia mostraron una muy fuerte disminución de pasajes vendidos en el mes de agosto, en comparación con el mismo período del 2023.
De acuerdo con un relevamiento realizado por enelSubte en base a las estadísticas que publica periódicamente la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), todos los corredores mostraron una fuerte merma interanual en la cantidad de pasajeros pagos transportados.
El tren Plaza Constitución – Mar del Plata, que es el servicio de larga distancia más utilizado, tuvo una disminución de 18.000 pasajeros en agosto de este año en comparación con igual mes del año anterior. Si bien hasta hace pocos meses era muy difícil conseguir asientos, sobre todo en temporadas estivales, ahora es posible adquirir pasajes sin demasiada anticipación.
El segundo servicio en importancia, Retiro – Rosario, pasó de 24.712 boletos vendidos en agosto de 2023 a 16.739 en el mismo período de 2024. Se trata del peor registro desde junio de 2021, que en parte se explica por el recorte de frecuencias sufrido en el primer semestre.
Otros corredores de importancia en la provincia de Buenos Aires se ven afectados de similar manera. El tren entre Retiro y Junín, que en agosto de 2023 vendió 17.709 boletos, pasó a vender 10.638 personas en el mismo mes de este año.
En cuanto a los servicios de larga distancia de la línea Sarmiento, que ya habían mostrado una baja sensible en junio, profundizaron su caída en agosto. El panorama empeora si se considera que desde este mes circula un tren semanal menos y los tiempos de viaje se incrementaron significativamente.
Estos servicios están lejos de ser los únicos afectados por la baja: los trenes que unen Buenos Aires con Córdoba -pasó de 8515 pasajes a 5883- y Tucumán -de 9598 a 7736- también registraron importantes mermas interanuales.
En tanto que el servicio General Guido – Divisadero de Pinamar, que sufrió un recorte de frecuencias de siete a solo tres por sentido y por semana, vio derrumbarse su cifra de boletos vendidos: pasó de 7304 en agosto del año pasado a 2384 en agosto de este año.
Las causas de la baja en la cantidad de boletos vendidos son múltiples, pero una de ellas se relaciona con el desmedido aumento de tarifas. En algunos corredores, como Retiro-Córdoba u Once-Bragado/Pehuajó, viajar en tren ya cuesta lo mismo o más que en micro.
Los incrementos, lejos de traducirse en una mejora en el servicio, se dan en un contexto de deterioro general de las prestaciones de larga distancia.
Situaciones como fallas en las locomotoras, incumplimientos de horarios, incrementos en los tiempos de viaje, mal estado de los coches, falta de insumos en coche comedor y sanitarios, producto del ajuste total de presupuesto durante varios meses, desalientan el uso del tren, que se había consolidado como una alternativa de viaje.
Al mismo tiempo, varios corredores se encuentran con sus servicios suspendidos hasta nuevo aviso: sin que mediaran explicaciones claras, el tren a Justo Daract no fue repuesto tras la normalización de la línea San Martín -que había sido señalada como la causa de su suspensión-, en tanto que el tren hacia Bahía Blanca permanece suspendido desde hace un año y medio sin que existan gestiones para su restablecimiento, lo que despertó reclamos en varias ciudades de su traza.
Al margen de esto, los proyectos para recuperar destinos de media y larga distancia, como Tandil, San Antonio de Areco o Laguna Paiva, que venían registrado algunos avances hasta el año pasado fueron descartados por la actual administración.
A casi 10 meses del cambio de gobierno, los servicios de larga distancia navegan en una incertidumbre total, entre recortes “por goteo”, aumentos tarifarios y deterioro de las prestaciones. La escasa rentabilidad contable de la mayoría de los corredores -excepción hecha de Mar del Plata y Rosario- torna poco más que inviable la perspectiva de su eventual privatización. Mientras que existen serias dudas acerca de la posibilidad de aplicarles la estrategia de provincialización que pretende ensayarse con los servicios regionales.