El papa Francisco participaba de una charla con la prensa en el avión que lo llevaba de vuelta a Roma desde Irlanda, el domingo, a última hora. En esa circunstancia, un periodista le preguntó a qué le diría a los padres que detectaran orientaciones homosexuales en sus hijos y la respuesta fue: “Les diría, en primer lugar, que recen, que no condenen, que dialoguen, entiendan, que den espacio al hijo o a la hija». Luego consideró que había que tener en cuenta la edad de las personas: «Cuando eso se manifiesta desde la infancia, hay muchas cosas por hacer por medio de la psiquiatría, para ver cómo son las cosas. Otra cosa es cuando eso se manifiesta después de los 20 años». Y finalmente, redondeó: «Nunca diré que el silencio es un remedio. Ignorar a su hijo o hija con tendencias homosexuales es un defecto de paternidad o de maternidad».
Esas declaraciones generaron gran entredicho en el mundo entero. A tal punto que menos de un día después, los portavoces oficiales del Vaticano salieron a corregir formalmente al Papa. Así, definieron la frase «las cosas que se pueden hacer» en lugar de «las opciones de lo que hay que hacer». Y en otro párrafo de la desgrabación oficial del diálogo, modificaron: «Ver cómo están las cosas a nivel psicológico».
«Cuando el Papa se refiere a ‘psiquiatría’, está claro que quería dar un ejemplo sobre las diferentes cosas que se pueden hacer», explicó la española Paloma García Ovejero, una voz oficial del Vaticano. El Sumo Pontífice, precisó, no quería decir que se trata de «una enfermedad psiquiátrica». Luego también explicó que «con esa palabra no quiso decir que era una enfermedad psiquiátrica, sino que tal vez hay que ver como están las cosas a nivel psicológico».
El Papa Francisco reconoció en un libro que en una ocasión debió buscar la ayuda de un psicoanalista. No cuando fue elegido pontífice sino a finales de la década de 1970, en los peores años de la dictadura argentina. «Consulté a una psicoanalista judía. Durante seis meses fui a su casa una vez a la semana para aclarar algunas cosas», contó.
No se trata de la primera vez que el Vaticano retoca las declaraciones, al parecer a pedido del propio pontífice, que suele hablar libremente y en forma espontánea en italiano, un idioma que no es el suyo. Según la agencia del Vaticano I.Media, el servicio de prensa de la Santa Sede retiró en 2013 una frase completa pronunciada por el obispo argentino. Allí aseguraba que el arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 mientras oficiaba la misa, «merece ser beatificado, pero debemos considerar el contexto». Lo que luego se argumentó fue que no correspondía a su pensamiento ni a las decisiones optadas pocos años después, ya que será canonizado en octubre de este año.