Encara la jornada desde muy temprano para ir a trabajar. Es madre soltera de una nena de tres y único sostén de familia. Gabriela tiene 24 años y está convencida de que para darle lo mejor a su hija primero tiene que terminar la secundaria. El año pasado tuvo que abandonar sus estudios porque no tenía con quien dejar a la nena, luego de que sus padres decidieran irse a vivir a Misiones. En 2023 buscó revancha. “Este año retomé cuarto año en el secundario nocturno del Hipólito Yrigoyen de Barracas, porque me habían contado que tiene un jardín maternal de noche para los que quieran terminar sus estudios y no tengan con quién dejar a sus hijos”, relata a Tiempo. Todo iba bien hasta que en las últimas semanas recibió la noticia de que iban a cerrar el maternal: “esto me complicaría otra vez poder ir la secundaria, necesito terminar mis estudios”.
Como Gabriela, miles de jóvenes que quieren terminar sus estudios desconocen que existen más de 30 escuelas secundarias que cuentan con jardín maternal en su interior para facilitar la cursada de aquellos que sean padres o madres. Desde el 2022, el Ministerio de Educación porteño comenzó a cerrar y fusionar varios de estos jardines, argumentando problemas edilicios y una baja en la matrícula. Desde la comunidad educativa aseguran que ambos argumentos no son ciertos.
En 2018, la cartera educativa que comanda Soledad Acuña intentó cerrar 14 comerciales nocturnos. A esos secundarios acuden jóvenes y adultos que trabajan todo el día. La resistencia de la comunidad obligó a la ministra a dar marcha atrás con la medida mediante la Resolución 4055. Cuatro años después, aseguran que Acuña comenzó un proceso de vaciamiento en algunos secundarios y empezó por la parte más sensible: el cierre de los jardines maternales que alojan en sus edificios.
Estos espacios para niñas y niños se crearon a partir del Programa Primera Infancia, bajo el ala del Ministerio de Educación porteño. Hasta el año pasado había 39 jardines maternales pero en 2022 cerraron al menos dos: el Jardín San José Obrero, ubicado en California 787 de La Boca; y Sueñitos, en Luis Herrera 3460 (Villa Lugano). Quienes integran el programa denuncian que hay varios jardines que corren el mismo destino.
“Primera Infancia tiene más de 20 años y fue creciendo a medida que las escuelas medias veían que había muchas mamás y papás que querían terminar sus estudios y no tenían con quién dejar a sus hijos”, cuenta a este diario Damián Drescher, docente y trabajador del programa. A partir de los 45 días de vida las familias pueden dejar a sus hijos mientras cursan sus estudios. “Para cerrar estos jardines, desde el Ministerio argumentan que hay baja matrícula y exigen que por lo menos haya 10 estudiantes que necesiten dejar a sus hijos. Ahí es cuando entramos en una contradicción entre el derecho de las familias al acceso a la educación, tanto padres como hijos, y el ajuste que plantea el gobierno porteño que dice que si no hay diez pibes en el maternal es un gasto”, agrega.
El docente afirma que hay otros jardines con amenazas de cierre: El Mundo del Revés, ubicado en la secundaria EEM N° 2 del Distrito Escolar 10; el Tinku dentro del Colegio Nº 5 de Balvanera; “y también el jardín Nochecitas, que se encuentra en el mismo edificio de la Escuela EEM Nº 5 DE 19 de Villa Soldati y todo indica que será absorbido por otro jardín. Lo último que nos dijeron de esta escuela es que ‘está a prueba’”.
La falta de lactarios y nuevos jardines provoca un colapso en el nivel inicial. La Constitución porteña en su artículo 24 ordena al Estado local otorgar vacantes desde los 45 días de vida en adelante, algo que la ministra de Educación, Soledad Acuña, infringe sistemáticamente.
De acuerdo a los datos sobre falta de vacantes que Tiempo relevó el año pasado sobre la base del sistema de inscripción on line, en 2022 se solicitaron 41.611 vacantes para niñas y niños de 45 días de vida a 5 años de edad, pero el Gobierno de la Ciudad asignó tan solo 19.416: significa que el 53,4% de los inscriptos no obtuvo vacante en los jardines de infantes de la Capital Federal.
«Es una decisión política de vaciarlos»
En los últimos días, otro maternal se sumó a la lista de posibles cierres. Se trata del jardín que comparten el Colegio 11 Hipólito Yrigoyen y el Comercial N° 1 Joaquín V. González, al que buscan trasladar al barrio de San Telmo por falta de inscripciones y por no estar dadas las condiciones de infraestructura escolar.
Para Sebastián Angeloni, profesor de Historia del Yrigoyen, “ambos argumentos son dos grandes falacias: la infraestructura la tiene que garantizar Acuña, y la baja en la matrícula es por falta de publicidad de las escuelas nocturnas, no hay ningún tipo de incentivo para que los pibes sepan de la existencia de estos secundarios. Es una decisión política para vaciarlos”.
Y remata: “Además el gobierno sólo habilita la inscripción online para los secundarios nocturnos y nosotros trabajamos con poblaciones absolutamente vulnerables, la mayor parte de nuestros estudiantes provienen de los barrios populares, que ni siquiera tienen internet”. En las últimas horas, la resistencia de esa comunidad educativa, evitó que por ahora se cierre el jardín aunque se mantienen en estado de alerta.
Antonio
26 March 2023 - 20:45
No sé por qué la gente de capital no se saca esta mierda de encima