La asamblea de trabajadoras y trabajadores del Centro de Investigaciones Geológicas dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata denunció que un equipo de estudiantes y docentes que realizaba un trabajo de campo en Potrerillos, Mendoza, recibió “amenazas, insultos y hostigamiento por parte de los propietarios de un local comercial afiliado a La Libertad Avanza”. Por el nivel de agresión tuvo que intervenir la Policía y se denunció el caso ante la Fiscalía de Luján de Cuyo.
Las personas que increparon al equipo de investigación difundieron su actuación como una gesta que sigue la línea del gobierno de Javier Milei. “Estuvieron los zurdos del Conicet y la UNLP en Potrerillos, atando cintitas de la facultad de geología (…) La Policía los apoyó diciendo que no se puede molestar a la gente así, que somos agresivos. Agresivos son ellos cuando le roban al Estado, a nosotros. Eso es lo que tenemos para decir: que se vayan a bañar, como dice el Presidente”, expresaron un hombre y una mujer, a través de un video que difundieron en redes sociales y donde se identifican como militantes de LLA.
“Luego de radicada la denuncia ante la Fiscalía de Luján de Cuyo por parte de las autoridades de la Facultad solicitamos a las autoridades competentes que investiguen los hechos y garanticen un entorno seguro para que el personal académico de cualquier institución pueda realizar sus tareas sin temor a agresiones o amenazas”, plantearon los denunciantes.
“Que se dejen auditar”
En línea con el discurso del Gobierno contra las universidades públicas y la investigación científica solventada desde el Estado, las personas agresoras relataron en su video –donde se presentaron como militantes de Milei desde hace años y saludaron a Donald Trump por su victoria- que “vinieron varios profesores, docentes, con dos micros y una camioneta del Conicet que pagamos todos. Hicieron fiestas, giras, quilombo. Se les dijo que se dejen auditar y se enojaron. Todas esas fiestas que hicieron las terminamos pagando nosotros como hace 40 años. Se terminaron ofendiendo, cuando la gente les dijo ‘déjense auditar, vayan a trabajar’, llamaron a la policía para escudarse”.
“Como docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo UNLP y del Conicet expresamos nuestro enérgico repudio ante los hechos de violencia e intimidación sufridos durante la escuela de campo 3 de la carrera de Geología en Potrerillos. Durante la campaña fuimos objeto de amenazas, insultos y hostigamiento por parte de los propietarios de un local comercial afiliado a LLA. Donde a pesar de nuestros esfuerzos por minimizar el conflicto, la agresión se intensificó hasta requerir la intervención policial”, difundió la asamblea del CIG. Y agregó: “Como individuos comprometidos con el desarrollo científico y educativo, lamentamos que en el ejercicio de nuestra labor debamos enfrentar agresiones que no solo ponen en riesgo nuestra integridad sino que también representan un atentado a la enseñanza y al derecho de lxs estudiantes a formarse en un ambiente seguro”.
Un mes atrás eran noticia otras agresiones a estudiantes universitarios, cuando un grupo de libertarios arrojó gas pimienta durante una asamblea en la Universidad Nacional de Quilmes, en el marco del proceso de tomas contra el desfinanciamiento a la educación superior.
Trabajo de campo
“Como estudiante participante del viaje me sumo al repudio, toda mi solidaridad con los profesores que hacen que nuestra formación tenga la mejor calidad posible”, expresó una alumna de Geología. En tanto, una graduada contó que este tipo de viajes “son un requisito para el título, hay que cumplir con una cantidad de días (de trabajo de campo) para recibirse”.
Y planteó, en medio de las críticas del Gobierno al uso que hacen las universidades públicas de los recursos: “Que auditen cómo los viajes se han tenido que acortar, o directamente no hacer, porque el presupuesto no cubre ni la nafta”. Remarcó además que durante años se luchó por más presupuesto para este tipo de viajes al territorio, donde quienes se forman en Geología hacen sus prácticas, y nunca se lograba el suficiente, por lo que se organizaban rifas y otras actividades entre la comunidad educativa para recaudar fondos.