El 29 de septiembre es el Día Mundial del Corazón, y como suele ocurrir con las efemérides en salud, siempre son buen motivo para instalar y concientizar sobre el tema en cuestión. En este caso, un estudio que destaca el alto grado de conocimiento acerca de enfermedades cardiovasculares que existe en la población argentina, comparado a otros países de la región. Aunque también es la que más medicamentos para la arritmia cardíaca consume.
Johnson & Johnson MedTech y el Institut de Publique Sondage d’Opinion Secteur (IPSOS) realizaron una encuesta a 2200 personas en Brasil, Argentina, Colombia, México y Chile sobre Fibrilación Auricular, una arritmia que afecta a 3,5 millones de personas en América Latina. Pero solo 2 de cada 10 latinoamericanos conoce la enfermedad. En nuestro país la conoce un 32%.
Seis de cada 10 latinoamericanos con más de 50 años tienen conocimiento de qué es una arritmia, mientras que en la Argentina el porcentaje se eleva al 77%, convirtiéndose en el país que más conoce del tema.
La arritmia cardíaca es la más común y afecta a una de cada 4 personas mayores de 40 años. “Sintomático o silencioso –cuando el paciente no siente palpitaciones, cansancio, dificultad para respirar u otros síntomas– puede desencadenar accidentes cerebrovasculares (ACV) e insuficiencia cardíaca”, expresaron en el informe.
Sostienen que hay un aumento de casos de fibrilación auricular y que puede atribuirse tanto al envejecimiento como al aumento de los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad, como la hipertensión, la diabetes y la obesidad: “Es uno de los desafíos de salud más importantes en la actualidad, sin embargo, existen tratamientos”.
Según el estudio, Argentina es el país que más consumió medicamentos para la arritmia cardiaca durante el 2021: un 16%. La sigue Brasil (10%), Colombia (5%), Chile (4%) y México (3%). Argentina también es el país que más conoce un tratamiento llamado ablación con catéter (50%), seguido de Colombia (32%), Chile (17%), México (10%) y Brasil (6%).
La ablación con catéter es un procedimiento para eliminar las señales eléctricas incorrectas del corazón que causan un ritmo cardíaco anormal. De acuerdo a lo expresado en el informe, las tasas generales de éxito para este tipo de procedimiento son del 86%, muy superior comparado con el 22% de los enfermos tratados con fármacos antiarrítmicos.
“El procedimiento lo realiza un electrofisiólogo, que coloca un tubo delgado a través de una pequeña incisión en la pierna del paciente, donde luego se guía a través de una vena hasta el corazón. Con la ayuda de la tecnología de imágenes tridimensionales por ultrasonido, el electrofisiólogo utiliza un catéter para producir una pequeña cicatriz en una parte específica del tejido del corazón. El procedimiento se realiza por radiofrecuencia (calor) o crioablación (frío). De los pacientes que conocen lo que es la ablación en Latinoamérica y que tienen más de 50 años, el 82% estaría dispuesto a realizarse este procedimiento en caso de ser necesario. Solo el 21% de esta población sabía lo que hacía un electrofisiólogo, el especialista del ritmo del corazón”.
Tres de cada diez muertes son por el corazón
Las enfermedades cardiovasculares representan el 28% de las muertes en el país, donde una de cada tres personas que sufrió un problema cardiovascular tuvo un segundo episodio por no controlar sus factores de riesgo.
Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Argentina las ENT (Enfermedades No Transmisibles) representan el 77% de las muertes en nuestro país. Destaca que las cardiovasculares son la causa de mayor cantidad de muertes a nivel mundial: anualmente se cobran 17,3 millones de vidas.
Entre los factores de riesgo más elevados en Argentina se encuentran la obesidad, hipertensión, la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol.
Este mes, el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) realizó la “Encuesta sobre Conciencia de Prevención Cardiovascular”, en la que visibilizaron que la falta de control en los factores de riesgo propició que 1 de cada 3 pacientes (29,2%) vuelva a tener un segundo evento cardiovascular que requirió internación. Antes de sufrir un episodio, dos de cada tres individuos (70,8%) no se ocupaba de mantener conductas saludables y de controlar sus factores de riesgo.
Entre los motivos mencionados por los no cumplidores, figuran “porque se sentían bien” (34,7%), “falta de regularidad” (16,3%) o simplemente porque “las tareas habituales se lo impedían” (6,1%).
“Este relevamiento nos muestra la realidad que todos los médicos vemos a diario en nuestros consultorios, que es el desafío de lograr que las personas tomen conciencia y modifiquen sus conductas”, expresó Martín Cisneros, presidente del CACI.
“El hábito de fumar es la principal causa de enfermedad y muerte prematura prevenible en nuestro país y el mundo. Estudios observacionales han demostrado que el fumador activo tiene un 80% más de probabilidad de tener un infarto de miocardio o accidente cerebro vascular (ACV) en relación al no fumador”, detalló a Télam Mario Boskis, cardiólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Si se deja de fumar, preferentemente antes de los 40 años, “la mortalidad del fumador cae en forma impresionante, casi un 90%”.
En cuanto a la alimentación, Boskis mencionó una dieta balanceada que incluya frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y poca grasa saturada que, junto a un incremento en el consumo de pescado y grasas saludables como el aceite de oliva, es capaz de reducir los eventos coronarios en forma significativa.
Paola Courtade, especialista en cardiología y miembro de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), describió que se estima que dejar de fumar y realizar actividad física pueden reducir el número de muertes por enfermedad coronaria en casi un 20%. Y el control de la hipertensión puede reducir el número de muertes por enfermedad cerebrovascular entre un 20 y 25%.
La actividad física mejora la función endotelial, que a su vez potencia la vasodilatación de nuestras arterias, contribuye a perder peso, al control glucémico, así como a la mejora de la presión arterial, de los lípidos y de la sensibilidad a la insulina.
Además, está lo ambiental. Según datos de la Federación Mundial del Corazón (WHF de sus siglas en inglés), la contaminación del aire es responsable del 25% de todas las muertes por enfermedades cardiovasculares.
“Hay un gran número de estudios científicos que evidencian que los contaminantes en el aire se asocian con la posibilidad de generar enfermedad cardiovascular. Estos compuestos, ya sea en forma de gas o pequeñas partículas microscópicas son inhalados hacia los pulmones y de allí pueden penetrar en la circulación sanguínea haciéndola más susceptible a generar coágulos”, completó Boskis.