Un estudio impulsado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires para medir la efectividad de la vacunación pediátrica contra el Covid-19 reveló que tuvo un 78% de efectividad para prevenir hospitalizaciones durante la ola de Ómicron. El trabajo fue publicado en la edición regional de la revista científica The Lancet.
“Evidenciamos que tanto la vacuna de Sinopharm en el rango 3-11 años como las de Pfizer y Moderna en adolescentes fueron muy efectivas en su esquema primario para eventos moderados a severos. Es el primer estudio de efectividad en vida real publicado sobre Sinopharm en pediatría”, destacó el bioquímico y analista de datos Santiago Olszevicki, uno de los autores del artículo, que está disponible para su lectura en The Lancet Regional Health – Americas.
Cuando se espera la llegada de las primeras dosis de la vacuna Moderna aprobadas para la inoculación de bebés de seis meses a tres años, según anunció la ministra Carla Vizzotti, el trabajo publicado en The Lancet suma evidencia sobre la importancia de la vacunación en la población pediátrica, mientras el país registra una nueva suba de casos de coronavirus asociada a la circulación de subvariantes Ómicron.
“Una vacuna puede tener 90% de efectividad en un ensayo clínico, pero si después pierde la cadena de frío va a tener cero efectividad en el mundo real. Por eso son importantes los estudios de efectividad en tiempo real. Parte de las funciones del Ministerio de Salud es controlar que una herramienta de salud pública funcione, o evaluar su impacto. En ese contexto surge este trabajo”, explicó Olszevicki a Tiempo.
“La conclusión principal es que las vacunas en la ola de la variante Ómicron fueron muy efectivas en su esquema primario, con dos dosis, para prevenir hospitalizaciones de todo tipo. No solo en terapia intensiva”, detalló el especialista sobre un relevamiento realizado desde diciembre del año pasado hasta marzo último.
La efectividad probada, en términos generales, fue del 78%. Pero se reflejó que era de casi el 83% en el primer momento estudiado, y luego hacia el final del período bajó a 67,7%. “Eso tiene dos interpretaciones posibles, que probablemente tengan efecto combinado: se volvió exclusiva la variante Ómicron a lo largo de este año –mientras que en diciembre último estaba mezclada con Delta- y las personas vacunadas al 1° de diciembre ya llevaban un par de meses vacunadas en marzo, por lo que el efecto del decaimiento de la inmunidad está mezclado con el efecto de Ómicron volviéndose responsable del 100% de los casos”, analizó el bioquímico. De todos modos, consideró que “un 67%, casi 68%, es una efectividad alta”.
También se evidenció una pequeña diferencia entre los grupos de niños y niñas de 3 a 11 y las y los adolescentes. Pero puede deberse a distintos factores. “Como se aplicaron vacunas diferentes entre niños y adolescentes (Sinopharm en un caso, Moderna y Pfizer en el otro), no se pueden atribuir las diferencias a la edad o a la vacuna. Y son valores muy similares”, aclaró.
“Este tipo de análisis son los que se usan para tomar las decisiones. Es importante que se use esta evidencia para tomar decisiones y compartirla para que el mundo también pueda tomarlas. Que haya una publicación validada y revisada por pares hace que la experiencia argentina, pionera en vacunación pediátrica, se comparta y motive a nivel general”, remarcó Olszevicki.
Vacunas para bebés
El jueves último la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, encabezó una reunión virtual del Consejo Federal de Salud (COFESA) junto a las autoridades sanitarias de las 24 jurisdicciones, en la cual se decidió avanzar con la vacunación contra la COVID-19 en niños y niñas desde los 6 meses hasta los 3 años de edad. Se trata del grupo poblacional que no tenía vacuna disponible hasta ahora.
Tras la aprobación de la vacunación a este grupo en Estados Unidos a mediados de junio, la Argentina se convirtió en uno de los primeros países del mundo en decidir la inoculación de bebés y menores de tres contra el Covid.
“El número de casos está aumentando a expensas de esta población susceptible. Si bien sabemos que con la vacuna no se interrumpe la circulación del virus, al tener un alto porcentaje de población con cobertura desde los seis meses de edad, esa posibilidad disminuye y se reduce además la posibilidad de hospitalizaciones y muertes”, dijo Vizzotti. La semana que viene se espera que comiencen a llegar las primeras dosis de Moderna para bebés.