“Negocios inmobiliarios”. La frase se escuchó una y otra vez este miércoles en boca de decenas de vecinos y representantes de organizaciones civiles, durante la primera jornada de la audiencia pública para discutir el nuevo Código Urbanístico que impulsa el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, en el Salón Dorado de la Legislatura.
Con 493 oradores inscriptos, se estima que el debate –en cierto modo estéril como han sido muchas de las audiencias públicas para debatir iniciativas que el PRO y sus aliados terminan de todos modos convalidando con su mayoría– se extienda por un total de cuatro jornadas y continúe hasta la semana próxima.
Para sus críticos, la normativa con la que se busca reemplazar el viejo Código de Planeamiento Urbano, que ya fue aprobada en primera lectura, sólo busca garantizar el desarrollo de un mercado inmobiliario fuertemente concentrado, de espaldas a la preservación del patrimonio arquitectónico y las identidades barriales.
Elaborado sin participación de las organizaciones vecinales, el proyecto de Código Urbanístico prevé habilitar seis alturas máximas, con un máximo permitido de 38 metros, el equivalente a 13 pisos. El oficialismo debió llamar a audiencia pública para debatirlo luego de que en agosto un fallo de la jueza en lo Contencioso Administrativo Andrea Danas suspendiera la discusión de ese código y del de Edificación a partir de un amparo presentado por la Asociación por la Justicia Ambiental y el Observatorio del Derecho a la Ciudad.
Además del subsecretario de Planeamiento Urbano de la Ciudad, Carlos Colombo, y miembros de las juntas de las Comunas 5, 6, 8, 13 y 15, hubo expositores de diversas organizaciones barriales.
Los vecinos de Caballito volvieron a manifestarse contra los proyectos de construir nuevas torres en el barrio. Osvaldo Balossi, comunero de Unidad Ciudadana, dijo desde el estrado: “No queremos shopping ni torres en el playón ferroviario, sino un gran parque público que respete el patrimonio, la cultura, el derecho a la vivienda de más de 50 familias y el laburo de la cooperativa de cartoneros. Se puede hacer, estamos a tiempo: escuchen al barrio. Tenemos que planificar una ciudad para todes, pero eso requiere coraje para enfrentar el poder económico y la especulación inmobiliaria».
Por su parte, los vecinos de Agronomía expresaron su rechazo al proyecto de habilitar la construcción de un estadio en ese gran pulmón verde de la ciudad, frente al Barrio Rawson, y a la apertura, a tal efecto, de la calle Zamudio. Desde la asociación Proteger Barracas, advierten que “el nuevo Código afirma respetar la identidad de los barrios, pero duplica las alturas máximas de las once cuadras céntricas de la calle Isabel la Católica, que pasarían de tres a siete pisos”.
Para el legislador Mariano Recalde, “el Código Urbanístico de Larreta sintetiza la política de su gobierno: se hizo de espaldas a lxs vecinxs y prioriza los negocios inmobiliarios sobre las necesidades y derechos de lxs ciudadanxs”.