En los últimos años, diferentes voces denunciaron por este medio que el gobierno de la Ciudad realiza un ajuste sostenido en el tiempo en la salud pública. En varias ocasiones, manifestaron que la pandemia puso en evidencia la falta de presupuesto en el sector: carencia de insumos básicos y elementos de higiene, salarios magros, falta de ventilación y mal funcionamiento de aires acondicionados que provocó la suspensión de cientos de intervenciones quirúrgicas en el verano; y con la llegada de las bajas temperaturas, la falta de calefacción en diferentes espacios de casi todos los hospitales porteños.
Trabajadoras y trabajadores de los centros de salud denuncian que a esa situación se suman las consecuencias que provoca la carencia de personal de enfermería que hay en cada uno de los nosocomios y que, ante la negativa de la cartera que conduce Fernán Quirós a contratar más profesionales, la situación se agudiza día a día. «En lugar de contratar mayor número de personal de enfermería, las autoridades porteñas deciden bloquear camas de internación y cerrar salas», afirman trabajadores de la salud desde los hospitales. En diciembre de 2022, la gestión porteña comenzó a cerrar algunas guardias pediátricas por falta de profesionales.
Hay falta de camas de terapia pediátrica, en terapia intensiva, hay camas bloqueadas para que se internen pacientes con problemas de salud mental, hay carencia de lugares para internación en clínica médica, rehabilitación y cirugía. Para el caso del Hospital Moyano, la atención en salud mental debería ser por consultorios externos, pero el gobierno local dejó de ofrecer turnos por no contar con mayor cantidad de recursos humanos.
“Lo que estamos haciendo es atender por guardia que es la atención primaria, pero no podemos hacer un seguimiento del paciente en cuanto a su salud mental porque no hay lugares disponibles en los consultorios”, contó a Tiempo Carlos Ocampo, trabajador de servicios generales del Hospital Neuropsiquiátrico Brauilo Moyano e integrante de la CTA Autónoma regional Sur. “En este centro de salud no hay frazadas para las personas que están internadas, tampoco funciona el servicio de calefacción, son un montón de cosas inexplicables que ocurren en este hospital, si tenemos en cuenta que se encuentra en la Ciudad más rica del país”, agrega el trabajador.
En el Hospital Durand del barrio de Caballito, hay decenas de camas bloqueadas por la cartera sanitaria por falta de recursos humanos en el sector de enfermería. “En esta época del año hay ocho camas en esta situación en el sector de pediatría de nuestro hospital, justo en esta época del año donde se atienden muchos niños y niñas”, destaca a este medio Luis Ortiz, enfermero y delegado gremial de ATE dentro del Durand. El profesional advierte que esta situación se repite en prácticamente todas las especializaciones médicas: “Estamos atravesando una situación crítica ante la falta de enfermeros y enfermeras y no podemos habilitar más camas de terapia pediátrica, pero esto ocurre también en terapia intensiva, en salud mental, en el sector de servicio de clínica médica y de cirugía. Esto se debe a que el gobierno de la Ciudad no da las partidas necesarias para cubrir esta faltante de personal que hay en el hospital. Acá necesitamos alrededor de cien enfermeros y enfermeras para cubrir las necesidades básicas de todos los servicios”, agrega.
El cierre de guardias pediátricas
En diciembre de 2022, Tiempo sacó a la luz el cierre de la guardia médica de niños y niñas en el Hospital Rivadavia. Mario Fitz Maurice, el reconocido médico cardiólogo, director del consejo de arritmias y responsable de prensa y comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología, manifestó en su momento a este medio que “esto sucede desde hace mucho tiempo pero actualmente viene empeorando y nadie estaba mirando para el lado correcto. Todo el mundo sabe que los médicos estamos mal pagos. El 90% de los médicos tiene como mínimo tres trabajos”, explicó. El especialista aseguró que muchos profesionales ya no dan abasto y que necesitan muchas fuentes de ingreso para poder vivir dignamente.
Niños internados en los pasillos
En el Hospital de Rehabilitación Psicofísica (IREP) del barrio de Belgrano, desde hace varios años, vienen reclamando que se reabra uno de los sectores de terapia intensiva pediátrica. En el 2016, se inauguraron dos salas en este sector con disponibilidad para 16 pacientes (ocho camas en cada sala), con equipamiento de última generación. Durante el primer mandato de Rodríguez Larreta, fueron desvinculando a todo el personal que se encontraba trabajando en ese sector. “Dejaron muy poco personal en ambas salas. Hoy hay chicos que están internados en los pasillos pasando frío, y tranquilamente podrían estar internados en las salas si las volvieran a abrir”, señala a este medio Graciela Nuñez, personal de enfermería del Instituto IREP. En varias ocasiones elevaron el reclamo por la vía jerárquica, manifestaron la necesidad abrir esas salas con las autoridades del hospital, e intentaron dialogar con el ministro Fernán Quirós, “pero se niega a recibirnos”, agrega Núñez, al mismo tiempo que afirma que “también está cerrada una sala donde se atendían pacientes posquirúrgicos adultos y están siendo trasladados al segundo piso junto a pacientes que tienen otro tipo de patología”.
En el IREP, además, tienen cerradas varias salas de internación que están siendo utilizadas como depósito y oficinas. “Por ejemplo la sala del 3ro B tiene una capacidad para internar a ocho pacientes, y desde hace tiempo la cerraron y se utiliza para guardar diferentes insumos y algunas salas que corrieron la misma suerte hoy funcionan como oficinas”, agrega Núñez.
El Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze pasa por la misma situación. En ese Hospital falta personal de enfermería y ese vacío provoca varios inconvenientes y una reducción en cuanto a la atención de pacientes. Hay dos espacios designados, para hombres y mujeres: “la sala de hombres está bastante deteriorada y se utiliza para otras cosas, entre ellas como depósito y la otra sala que está abierta se usa para atender hombres, mujeres y niños. Para volver a habilitar esa sala, no solo hay que reparar la calefacción y parte de su infraestructura, además el gobierno debería asignar, como mínimo, 10 profesionales más en el sector de enfermería para que cubran los diferentes turnos y fines de semana”, explica Myriam Murúa, Técnica en Cardiología y delegada del Hospital Lagleyze.