César fue un activista crucial en la defensa de los derechos humanos. Y para muches de quienes hoy activamos, de los primeros rostros visibles en los medios con su mensaje de lucha y orgullo. Fue un cuadro estratégico a la hora de dar debate y comunicar y militar las luchas LGBT+ como parte de la agenda de derechos humanos.
Es que la historia del activismo LGBT+ nacional tiene en todos sus logros una parte de César. Junto a Carlos Jáuregui, se los podía ver poniendo el cuerpo y la voz en los medios, visibilizando, por ejemplo junto a las Madres de Plaza de Mayo en 1986, en momentos donde no todes comprendían el reclamo de la diversidad sexual: “Nosotros íbamos todos los jueves a las marchas (en referencia a las rondas de Plaza de Mayo). Y la primera mesa que pusimos en una Marcha de la resistencia fue toda una pelea. Porque todas las organizaciones de derechos humanos decían: ¿qué tienen ver derechos humanos con los putos? ¿Qué hacen los putos acá? Y costó”, explica César en el documental sobre la vida de Carlos, “El puto inolvidable”.
“Cuando vos hablas de discriminación y del insulto más fuerte que tiene la sociedad, como era la palabra puto, para remontar eso hay que trabajar mucho, constantemente y tener muchas estrategias. Todo era una novedad, porque todo estaba surgiendo en esa época”, compartió César en el documental.
César siempre tenía el tiempo para que las noticias se compartieran, para atender el teléfono de quien necesitara. César se manejó con humildad y acompañamiento, acción y visibilidad en cada causa por los derechos humanos. “Finalmente ganamos la batalla porque además teníamos la razón, ¿la razón cuál es? tener los mismos derechos que tiene el resto de la sociedad, frente a eso no hay ningún argumento”, explicó recientemente en una charla con France 24.
Su amorosa pedagogía y paciencia fue parte de su activismo. Quienes lo hemos consultado tantas veces atestiguamos su acompañamiento, sus explicaciones didácticas y el reclamo por las causas que urgían de voz y derechos.
Es la historia y sus protagonistas quienes al saludarlo hoy grafican ese ADN activista. Gabriela Mansilla, mamá de la primera niña trans en obtener su documento lo despide diciendo: “Gracias a su acompañamiento Lulú recibió su DNI”.
“Fue un ejemplo de persona y de activista”
“Tuve la suerte de estar el día anterior con él. Pasamos cinco horas charlando, riéndonos. Estaba tan bien, tan feliz”, dice Pedro Paradiso Sottile, director ejecutivo de ILGA LAC y activista de la CHA. Cuenta que en esa visita del día anterior, le llevó un muñequito tipo Playmobil, una suerte de estatuilla que había encargado a Los Amigos de Lusi para regalarle a César. Se lo entregaron el sábado. Lxs hijxs de Pedro estaban fascinadxs con cómo había quedado ese Playmobil Tío César.
A César le encantó y lo ubicó en su biblioteca, junto a otro muñequito, el que representaba a Carlos Jáuregui, hecho para los 36 años de la CHA.
“Desde que nos conocimos con Carlos y César fue una hermandad” –dice Pedro, muy conmovido . “Se nos fue Carlos, se va César. Pero va a seguir estando en su legado. Se merece el mejor de los homenajes, por todo lo que nos dio a todes. Fue un ejemplo de persona y de activista. Nos enseñó tanto, con amor, con afecto, con honestidad, con convicciones. El legado que vamos a continuar en la CHA para luchar con esa coherencia, esa vehemencia y esa convicción para seguir luchando en su memoria en su homenaje”.
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En estos días estaba trabajando junto a varias organizaciones por la Ley Nacional de Cupo e Inclusión Laboral Travesti y Trans. Hace unas semanas, cuando nuevamente un joven gay fue rechazado a la hora de donar sangre por su orientación sexual, Cigliutti denunció el hecho hasta lograr que el Hospital Garrahan aplicara la ley vigente. Ley que no sería posible sin todo lo que él junto al activismo ya habían hecho años antes.
La primera marcha del Orgullo en Argentina
En la biografía del activismo nacional es usual encontrar la frase “la CHA fue la primera que”, y en eso se lee gran parte de la acción de Cigliutti. Cómo en 1987, cuando organizaron la campaña Stop Sida, mucho antes de que el Estado y las organizaciones hablaran del tema, ya ellxs estaban en la calle hablando de profilaxis y salud sexual. La CHA también fue la primera ONG de la diversidad sexual en obtener personería jurídica en 1992.
“¿Por qué privarse de la palabra orgullo?”, dijo César Cigliutti cuando se comenzó a gestar la primera Marcha del Orgullo en Argentina. “Hay que ir de Plaza de Mayo al Congreso, para que se entienda que nuestros reclamos son políticos”, dijo en ese 1992.
El 18 de julio de 2003 César junto a Marcelo Suntheim, compañero, activista y referente de la CHA, se convertían en la primera pareja en acceder a la unión civil para parejas LGBT+ en América Latina y el Caribe. Esto sentó precedente de camino hacia el Matrimonio Igualitario.
El lunes por la tarde, cuando César no respondía los mensajes, Pedro y Marcelo se acercaron y se conoció la noticia.
Despedidas
En su tuit de despedida la CHA dice las palabras que representan el sentir de tantas, tantos y tantes: “renovamos nuestro compromiso para dar continuidad al invaluable legado que representa para nuestro movimiento, nuestra comunidad LGBTTI y la democracia en Argentina. Te fuiste en paz y con todo nuestro amor. Hasta siempre amigo y compañero.”
El activismo de César trascendió las fronteras nacionales y su voz llegó a muchos países. Como orador y participante de encuentros internacionales se presentó en México, Cuba, Suiza, Corea y Estados Unidos entre otros. La CHA además es parte e ILGA: Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, y más organismos internacionales. Recientemente consultado por el rol de Argentina como país pionero en la obtención de derechos, dijo: “El haber sido los primeros hizo que sucediera en otros lugares, y va seguir sucediendo. Es una cuestión de tiempo”.
Esta nota fue publicada originalmente en Agencia Presentes.