“La violencia no tiene género”, “cualquier hecho de violencia es condenable”, “no todos los varones son violentos”. Es bastante común escuchar ese tipo de frases, que buscan despegar a los varones del ejercicio de la violencia. Y si bien está claro que ni todos los varones ejercen violencia, ni que la violencia es exclusiva de ellos, también es cierto que el ejercicio de la violencia es más frecuente entre varones.

En el marco de los 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres, desde Grow-género y trabajo reflexionamos sobre el vínculo entre masculinidades y violencia, y pensamos qué rol que pueden desempeñar los varones en esta agenda.

La violencia como recurso

Desde la infancia, al igual que las mujeres, los varones reciben mensajes que van delineando gustos, comportamientos, intereses. Entre ellos, el mandato de la fuerza, el de defenderse -a los golpes si es necesario- los discursos que celebran a quien derrota a un otro, promueven una masculinidad en la que la violencia no solo es un recurso válido para resolver conflictos, sino que es esperable en algunas situaciones.

Esa violencia es la que ejercen los varones sobre sí mismos (poniéndose en situaciones de riesgo, no asumiendo el autocuidado), entre los mismos varones (tramitando conflictos mediante la violencia física, o en situaciones como los denominados “ritos de iniciación”), y hacia mujeres y diversidades.

Según un informe de la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral (OAVL) que aborda la violencia en los espacios de trabajo, de cada 10 personas denunciadas, 7 son varones (OAVL, 2021)

Desaprender la violencia

Si el ejercicio de la violencia se explica por factores culturales, es posible desandar ese camino y reflexionar sobre comportamientos aprendidos para modificar conductas. Desde Grow-género y trabajo acompañamos a organizaciones en su trabajo junto a grupos de varones para reflexionar sobre comportamientos naturalizados. Nuestro programa Hombres trabajando(se), busca fomentar la reflexión mediante talleres, espacios de sensibilización y recursos lúdicos. Nuestro objetivo es que los participantes se pregunten qué es lo que hacen -y qué dejan de hacer- por el hecho de ser varones. Entre esas reflexiones, la violencia ocupa un lugar central.

Este año, en el marco de los 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres, lanzamos Mejores aliados, una acción que tiene el objetivo de que sean los propios varones quienes asuman esta agenda como propia. A partir de la visibilización de situaciones cotidianas fomentamos la reflexión entre pares, porque creemos que es en la conversación y en la intervención sobre situaciones concretas que se empieza a modificar esta realidad. En Mejores aliados también ofrecemos una guía de consejos para pensar: ¿Qué lugar pueden desempeñar los varones en esta agenda? ¿Qué acciones concretas pueden llevar adelante?

Porque creemos que es fundamental el involucramiento de los varones, reflexionando sobre sus propias actitudes y promoviendo los cambios necesarios para la construcción de una sociedad más justa y libre de violencias.