“La obra artística es una fuente de placer y conocimiento en sí misma”, afirma a Tiempo la especialista en ESI Graciela Morgade en alusión a la polémica que desató la inclusión de algunos libros del programa “Identidades bonaerenses”. La vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UBA, reflexiona sobre los sentidos latentes en las críticas a la política educativa de la Provincia de Buenos Aires y sobre el vínculo entre literatura y Educación Sexual Integral.
–¿Qué opinás de las críticas realizadas a la distribución de libros como Cometierra, de Dolores Reyes, en PBA?
–Son críticas centradas en una política inédita, porque es una de las mayores adquisiciones de libros para escuelas que haya habido en la provincia y eso es valorado por los establecimientos educativos. Son obras que suelen ser muy bien recibidas por docentes y bibliotecarias. Ahora bien, las diferencias en las perspectivas y opiniones sobre los textos forman parte de la vida misma del sistema educativo. Eso no me asusta. Lo que me preocupa es que se haya denunciado penalmente al director general de Cultura y Educación. Eso busca un efecto político de fuerte impugnación y obtura mas que abrir posibilidades de diálogo.
–¿Qué concepción de las adolescencias tienen esos sectores reaccionarios?
–Se vuelve a pensar en las infancias y adolescencias como sujetos sin opinión, sin una experiencia previa. Como si fueran cántaros vacíos donde se vierten líquidos, mentes donde se inyectan ideas, con una pasividad muy grande, y también que los docentes y directivos son máquinas que obedecen e implementan órdenes. Son miradas muy pobres. Desprofesionalizantes, en el caso de los docentes, y muy infantilizantes con respecto a los jóvenes.
–¿Cómo pensás el vínculo entre ESI y la literatura?
–La obra artística es una fuente de placer y conocimiento en sí misma. No es que ciertos libros o ilustraciones sirven para la Educación Sexual Integral, sino que en la misma enseñanza de las obras se puedan visibilizar las relaciones de poder que son su sustento, porque la ESI es transversal. Se trata de problematizar situaciones de violencia y desnaturalizarlas, entender que son históricas. Cometierra es un libro que habla de la violencia de género y permite reflexionar sobre por qué las personas a veces buscan ayuda y otras no. Es una obra que figura en la colección de Identidades Bonaerenses. La colección sobre ESI es distinta. Busca tematizar más específicamente todo lo que atañe a los cuerpos sexuados, el currículum escolar omitido, desde un enfoque que exceda ampliamente la enseñanza sobre lo biológico y miradas reduccionistas por parte de comunidades específicas que pregonan “la castidad”. En la escuela hay que poder hablar de todas las experiencias, dar cabida a lo doloroso y a lo real que hace a los proyectos de vida y durante mucho tiempo se metió debajo de la alfombra.