“Estuvimos dos semanas sin presencialidad porque no podíamos venir a la escuela, ya que tiene los baños clausurados. Igualmente, las clases las continuamos por vía remota”, dijo a Tiempo una profesora que pidió resguardar su identidad. Durante la época de confinamiento y las vacaciones de verano, el ejecutivo porteño debía programar las obras cloacales para éste y otros establecimientos educativos, pero en todo ese tiempo no concretó ninguna obra.
En este, como en otros casos, la carencia de obras en mantenimiento e infraestructura escolar se suman a la falta de acción de la cartera educativa, que hace varios años tendría que haber convocado a la empresa AySA para que realizara las obras correspondientes. Resultado final: los baños de la Escuela Técnica de Jardínería Cristóbal M. Hicken se clausuraron por una obstrucción en los caños cloacales.
Para garantizar la presencialidad en las aulas, el Ejecutivo porteño instaló seis sanitarios químicos en la puerta de la escuela. «Son más de 250 estudiantes que asisten todos los días y más de 25 trabajadores y trabajadoras, entre docentes y personales auxiliar. Son tres baños químicos para estudiantes y tres para docentes», agregó la docente.
Las familias de la comunidad educativa de la Escuela están preocupadas por la falta de presencialidad de sus hijos e hijas ante la clausura de los baños, pero tampoco ven con buenos ojos que deban realizar sus necesidades en sanitarios químicos que no respetan condiciones higiénicas necesarias. Mediante un comunicado, la escuela ubicada en el barrio porteño de Palermo aseguró que “el planteo del Ministerio de Educación de sostener las clases durante más de dos semanas con seis baños químicos para una población de 300 personas, es totalmente irresponsable y pone en riesgo la salud de jóvenes y adultxs”.
Los baños químicos carecen de lavamanos y los chicos, tras la utilización de los mismos, tienen que cruzar toda la escuela para dirigirse a las piletas de los baños clausurados y lavarse allí las manos. “Desde el ministerio de Educación de la Ciudad dijeron que iban a poner algunos bidones a la salida de los baños químicos para lavarse las manos”, señaló la docente.
La comunidad educativa de la escuela apuntó contra la Dirección del Área Técnica y la Supervisión por plantear la “presencialidad sí o sí”, mediante la colocación de estos sanitarios químicos, «que de baños tienen muy poco y de sanitarios peor aún”, señaló Sandra, mamá de una nena de 15 años que asiste a la escuela.
“La ausencia del gobierno es total. Este lunes se realizó reunión de personal con las familias de los estudiantes y docentes, pero del ministerio no vino nadie y tampoco alguna autoridad de la supervisión ni del área técnica”, sumó la trabajadora en diálogo con Tiempo.
Falso dilema: presencialidad en la escuela sin baño, sí o no
En el documento redactado por el conjunto de trabajadores y trabajadoras de la escuela de Palermo, destacaron: “Se nos expuso al falso dilema de clases virtuales versus clases presenciales en estas condiciones precarizantes y antihigiénicas, desviando la responsabilidad única del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en dar una respuesta eficiente”, advirtieron e ironizaron: “Los docentes no rompimos los baños”.
En el mismo, alertaron que se trata de años de “ausencia de obras adecuadas y planificación para garantizar una educación de calidad”. “Tuvimos que escuchar que nos dijeran vagos y no nos dejaron espacio para hacer otras propuestas superadoras”, explicaron y agregaron: “La utilización de estos baños químicos que no tienen agua en las piletas para garantizar algo tan elemental y necesario como el lavado de manos es absolutamente inadmisible”.
Por último, afirmaron: “No sabemos ni imaginamos cuánto más van a seguir invirtiendo los sentidos y las responsabilidades. Cuánto más van a hundir a la educación pública, pidiendo “esfuerzos” a trabajadores y menores de edad. Esos “esfuerzos” expresan la ausencia del Estado en obligación de dar cumplimiento a los derechos básicos, a tener una educación en condiciones de salubridad y que les docentes tengamos condiciones dignas de trabajo”.