La música, como la mayoría de las cosas en la vida, es una cuestión de gustos. Existen variables que pueden ser mensuradas: la riqueza de su lenguaje, la originalidad, su impacto, su relación con el contexto histórico y bastante más. Pero el hecho de que determinadas composiciones despierten más entusiasmo que otras es más el fruto de entrecruzamientos de algoritmos sinápticos que de su estricto valor artístico. Dicho esto, no caben dudas de que la obra de Frank Zappa es una de las más audaces, singulares y prolíficas que la cultura rock dio en el siglo XX. Aunque sus influencias y formas de circulación también trascendieron ese espacio expresivo. Así las cosas, puede gustar mucho, poco o nada la música de Zappa, pero ver el flamante documental de Alex Winter es una oportunidad imperdible para asomarse a las aventuras de un artista que dedicó su vida a perseguir su deseo creativo y no se detuvo ante nada ni nadie.

Zappa siempre fue una máquina de trabajar y dejó un montón de material fílmico referido a su obra y su vida. Winter (reconocido por su protagónico en la película Bill & Ted y como director y guionista de Showbiz Kids) tuvo acceso directo al archivo de la familia Zappa y gran parte de ese material es determinante en la estructura del documental. Zappa se edifica a partir de la palabra de su propio protagonista –fallecido en 1993, a los 52 años–, cuenta con imágenes inéditas, escenas familiares, fragmentos de shows –incluyendo el mítico encuentro con John Lennon y Yoko Ono–, su participación en el Congreso de EE UU en 1985 para enfrentarse a los intentos de censurar las letras de rock y mucho más. También les da lugar a múltiples testimonios, entre los que se destacan los de su esposa Gail –que murió en 2015–, Steve Vai, Ian y Ruth Underwood, Mike Keneally, Alice Cooper y la histórica «groupie» Pamela Des Barres.

¿Pero de qué se trataba Frank Zappa? Fue un compositor, cantante, guitarrista y productor que desarrolló una intensísima y prolífica carrera –casi siempre al margen de las listas de grandes éxitos– entre mediados de los ’60 y 1993. En ese período editó 62 discos y, después de su desaparición física, salieron a la luz 53 más con material inédito. Zappa sonaba diferente a todo, pero no era un extraterrestre. Se alimentó de tradiciones y géneros tan disímiles como el R&B, el doo-wop, la psicodelia, el blues, el rock, el reggae, el funk, el jazz, el avant garde, la música clásica contemporánea y mucho más. Pero no los desarrollaba como un ejercicio camaleónico. Absorbía sus fundamentos, los pasaba por un filtro singular y daba a luz composiciones originalísimas.

Antes que todo se sentía un compositor –escribía en partituras toda su música– y por momentos también se acercaba al rol de director que estipula el universo de la música clásica. Resulta todavía más sorprendente que era autodidacta y que algunas de sus composiciones llegaron a ser interpretadas por los mismísimos Zubin Mehta y Pierre Boulez. Sus letras constituían otro universo sin par: atacaba con humor y cinismo la moral y las buenas costumbres, disfrutaba parodiando a la policía, la industria musical, el sueño americano y los telepredicadores, y en forma recurrente oficiaba de cronista meticuloso de encuentros sexuales estrafalarios.

Entonces, ¿está Zappa a la altura del talento de su protagonista? Es innegable que el documental está hecho con un gran respeto, cariño y observando cada detalle. El apoyo de la familia Zappa le da un valor agregado por la posibilidad de incluir material inédito. Aunque también es cierto que la producción –disponible en Internet– peca un poco de endogamia: casi todos los testimonios son de familiares o músicos que trabajaron con Zappa. Quizás también le falta cierto grado de conceptualización de su obra y el tiempo en el que se desarrolló. Pero, en definitiva, se trata de una aproximación atrapante a un universo que se sostiene en una música y un artista que siguen desafiando todas las convenciones.  «

Zappa

Un documental sobre la obra y el legado de Frank Zappa. Dirección: Alex Winter. Con testimonios de Gail Zappa, Steve Vai, Ian y Ruth Underwood, Mike Keneally y Alice Cooper, entre otros.