Un dramaturgo y actor que está en los 26, puso dos obras en escena relacionadas con el terror fantástico y lo que podría definirse como una delicada situación emocional, que él prefiere designar como rumia: “Una cantidad de estímulos de afuera que manejamos todo el tiempo, y la cantidad de estímulo que viene desde adentro, desde el pensamiento: la generación de una insoportable cantidad de información contínua que es maravillosa, pero al mismo tiempo, todo el tiempo nos desestabiliza.” Su nombre es Jorge Thefs y las obras son Salvar el fuego, inspirada en el cuento Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez, y la recientemente estrenada Cantata para una rumia mental, de autoría propia, basada a partir de los relatos de las experiencias vividas en los años ‘80 por el principal performer de la obra, Ariel Osiris.
“Generacionalmente -dice Thefs acerca de esta última- siento que hay que reivindicar esa historia y volver a traerla. A veces siento que entre mis contemporañes hay como cierta decisión de dejar atrás cierta información que ya está dada, ciertos hitos, y empezar de cero, completamente de cero como si no hubiese pasado nada. A mí me cuesta eso, siempre intento ver ciertos hitos, luchas, momentos que ya sucedieron y en todo caso lo que sucede ahora, es que se repiten de otra forma: es menos lineal todo, más circular. Siento que necesito reivindicar ciertos relatos y hay ciertas banderas que no podemos levantar si no las revisitamos.”
Sobre el cuento de Enriquez, cuenta: “Hace como un quiebre en el espacio-tiempo que es la realidad cruda, que parece una distopía, pero no lo es: esto de que todes somos tocados por una situación de femicidio cercano, como un bombardeo de esta situación, y lo que ella trae es una ruptura de eso que tiene que ver con lo poético. Ahí había algo que me interesaba mucho, por eso empezamos a trabajar con el texto.”
En uno y otro material se ve una ruptura con lo que caracteriza a esa idea que señala Thefs de “empezar de cero”, y en ambos hay violencia, poesía y política que interactúan, pero de diferente manera. “Probablemente no lo haga conscientemente, pero creo que hay algo del mismo teatro documental que está en las dos obras. Algo que genera cierta porosidad con el terror, como en la obra de Enriquez, y con la rumia, en Cantata… Probablemente lo traiga de forma inconsciente”.
De historias, espacios y miedos
“En algún momento tengo que salir/ no puedo estar viviendo todo el día en mi/ buscando las razones de lo que no es/o las explicaciones de lo que no fui”, canta Wos en su reciente Morfeo: el torrente de pensamientos que fascina tanto como desestabiliza. “Soy bastante pragmático, así que no suelo entrar mucho en situaciones de pensar las cosas, pero lo veo en mis pares. Entiendo que es un síntoma de época que es muy concreto y que es muy difícil de acompañar también. Es bien palpable.»
En Salvar el fuego eso se ve en el trabajo poético del texto de Enriquez. “Mariana trata la inmolación de una manera que excede la política, es también una manera poética.” Y el teatro documental que propone Thefs se inscribe en el formato denominado site specific, que consiste en proponer un recorrido por las instalaciones de, en este caso, De la tía: “Se recorre una casa que cuenta con escaleras y ciertos lugares, y eso permite acompañar algo de ese relato, pero transitando y tomando decisiones en algunos puntos: quedarse parados, sentados, seguir. Y después aparecen cosas que son irreproducibles.” No porque tengan algún sentido prohibido o revelador de la obra, sino porque muestran las partes más conflictivas del relato: esas que exponen a los espectadores a sus propios miedos, que además son expuestos ante un público.
Lo que hay en ese terror tan atrapante en los textos de Enriquez, para Thefs tiene que ver con una vecindad. “Ella hace mucho una cosa que es llevar a la ‘ficción’ personajes que están en la cercanía. En un momento relata directamente el caso de Wanda Taddei, asesinada por su esposo, el baterista de Callejeros Eduardo Vázquez, quien la roció con alcohol y prendió fuego. Entonces, trabajar en esa cercanía en lo geográfico hace que el texto atraviese más fácil: no hay algo analizado, teorizado. Esta obra de terror distópica de la Argentina, digamos, se encuentra en la necesidad de traer esa distopía a lo geográfico, la cercanía, que no tiene que ver con Londres u otra ciudad, sino que la trae al lado y eso hace que inevitablemente te suceda algo.”
Cantata para una rumia mental, en cambio surgió de su relación con Ariel Osiris, un verdadero sobreviviente de los años ‘80. “Nos conocimos en 2016 cuando hicimos Una visita inoportuna, de Copi. Ya en ese momento él me traía sus relatos de esos aós y yo investigaba y aparecía como el marco teórico, digamos. Él los vivió y yo los estudié; hay algo de eso. Y me parece que tiene que ver con lo concreto del cuerpo y la urgencia.
-Y el VIH destrozó todas las certezas del cuerpo.
-¡Total! Ari siempre cuenta cómo caían como moscas. Era tanta la urgencia y después el no saber, la incertidumbre… Pero lo maravilloso de Ari es ver, de su cuerpo y de sus cicatrices, que los pasó, y los reivindica, están ahí.
Las huellas de un tiempo en el que “el cuerpo y la urgencia eran más concretas”, sigue el dramatargo, eran tales que “era muy claro hacia dónde había que ir. Quizás hoy en día no es tan claro, o es más fácil el gato por liebre, digamos, como que aparezca la idea de una cosa cuando es otra. La urgencia ahora está un poco corrida y el cuerpo está detrás de una pantalla”.
Salvar el fuego.
Performers: Victoria Duarte, Gabi Moura, Sol Rieznik Aguiar, Magui Downes, Jazmín Siñeriz, Myriam Ramírez, Daira Escalera, Juliana Ortiz. Diseño de movimiento: Gabi Moura, Magui Downes. Dramaturgia y adaptación: Jorge Thefs sobre texto de Mariana Enriquez. Sábados 14 y 15.30 en De la tía Espacio, Ecuador 751, timbre 2.
Cantata para una rumia mental
Performers: Ariel Osiris, Jorge Thefs, Rosario Ruete, Juliana Ortiz, Victoria Duarte. Sobre textos de Ariel Osiris. Miércoles 1, 8, 15 y 22 de noviembre a las 20.30 y miércoles 6 de diciembre a las 20.30 en Casa Sofia, Fitz Roy 1327.