Los Mammones se transformó en el programa más visto del canal eludiendo la sobreoferta de escándalos y la riña de panelistas. El arte perdido de escuchar a los entrevistados.
Se trata de un programa, en principio, clásico. Incluye un conductor más o menos carismático, un par de panelistas fijos –Silvina Escudero y Gabriel Schultz– que asumen roles y miradas diferentes, y uno o dos invitados por noche que cuentan cosas de su vida, hacen chistes, juegan y/o cantan, según su perfil.
Sin embargo, algo ocurrió y los resultados son mucho más auspiciosos de lo esperado. El programa conducido por Jey Mammón suele superar los tres puntos de rating de promedio y es el más visto de América TV a pesar de que está lejos de ser una marca registrada como Intrusos e Intratables, y que se desarrolla en un horario de mucho menor encendido. El hecho ofrece algo de alivio para una señal que pocas veces alcanza esos números y viene perdiendo cada vez con mayor holgura su pelea con El Nueve por ser el tercer canal de aire más visto.
¿Cuál es la clave del éxito de Los Mammones? Sus atributos más importantes son el tono ameno de las entrevistas, la agenda original de invitados y el color que le da la música. El factor “banda en vivo” que forma parte de los elementos clásicos del género late night en este caso se potencia porque el conductor también canta, toca el piano e improvisa melodías y letras. La particularidad de invitar a cantar a los entrevistados genera un clima distendido, más cercano a la performance humorística/paródica que al show musical clásico, lo cual –en definitiva– termina propiciando climas más singulares y convocantes.
El tono general que le da Jey Mammón a las entrevistas hace que el producto resulte atractivo por la extrañeza: no hay en la TV argentina actual un espacio diario en el que los invitados tengan posibilidades para explayarse, pensar una respuesta e intercambiar puntos de vista con el entrevistado. Se percibe en el envío una búsqueda de ir más allá de lo efectivo y lo inmediato, de eludir la sobreoferta de escándalos, maltrato a entrevistados y gritos.
El mayor experto en entrevistas televisivas fue Jorge Guinzburg. Su estilo lanzado al preguntar lo hizo conocido en La Noticia rebelde y le permitió desarrollarlo con mucha solvencia en Mañanas informales. Sin embargo, el punto central de las entrevistas de Guinzburg era volver interesante a cualquier entrevistado, más allá de la coyuntura y su propio ingenio. Para ello estudiaba su trayectoria, sus anteriores declaraciones y preguntaba tratando de buscar el título en la respuesta y no en la pregunta. A veces la pregunta era filosa, pero como recurso, no como sistema. Jey Mammón, si bien no busca el tono filoso ni provoca a los entrevistados para obtener declaraciones (por el contrario, suele pedir permiso para preguntar algo complicado), comparte con Guinzburg la preparación de las entrevistas y la capacidad para recuperar la subjetividad de esos entrevistados: sean Natalia Oreiro, Tyago Griffo o tantos otros.
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Otro punto que enriquece las entrevistas es que casi siempre se corren de la apuesta por el “personaje del día” –ocurrió sólo con la presencia del Dr. Cormillot–. La producción se destaca porque suele buscar a invitados que hace mucho no aparecen en la TV, como Natalia Oreiro, o que directamente no suelen pisar los estudios de ningún canal, como Guillermina Valdés.
Los Mammones gira en torno a su conductor. Jey Mammón es un comediante que comenzó haciendo un unipersonal en teatro en el que personificaba a “Estelita”, una parodia a las divas de la TV, con claras referencias a Susana Giménez. Recientemente admitió que creó el personaje para entrevistar a la propia Susana en radio. Estelita realizaba preguntas sobre la intimidad de los entrevistados y apelaba al doble sentido simulando no saber de qué hablaba. Ese sketch llegó a la TV abierta a través del programa Estelita en casa, en su momento también por América TV. Pero más allá de que el personaje es construido por Jey con cierta gracia, no sale de la lógica del grotesco que tiene muchísimos antecedentes y sigue presente en la televisión argentina. Por eso, uno de los hallazgos de Los Mammones fue sacar al actor de ese personaje y permitirle otro vuelo a partir de la conversación más libre y la música como disparador.
En una televisión que parece obnubilada por los realities, los programas de juegos y la riña de panelistas; sin grandes audacias pero con un par de cosas claras y una muy buena realización, Los Mammones se exhibe como un programa efectivo, en crecimiento y que propone volver a la sana costumbre de escuchar a los entrevistados. En buena hora. «
Conducción: Jey Mammon. Panelistas: Silvina Escudero y Gabriel Schultz. De lunes a viernes a las 23.30, por América TV.
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