The Master

Una buena representante del cine de Paul Thomas Anderson para arrancar este listado tan arbitrario como cualquier otro. Una vez más, el director busca en personajes no centrales de la historia la explicación de, precisamente, un momento que considera importante en la historia. Freddie Quell (Joaquin Phoenix) vuelve de la Segunda Guerra Mundial y, como todo veterano de guerra, tiene problemas para adaptarse nuevamente a la vida social. En ese derrotero conoce a Lancaster Dodd (el enorme Phillip Seymour Hoffman), que lidera un movimiento filosófico llamado La Causa. Basado de manera no muy exhaustiva en la vida del creador de la Cienciología (fundada en 1952 por Ron Hubbard), Anderson tiene la habilidad de entretener con la anécdota de cómo Quell lucha contra el alcohol y su desequilibrio mental mientras se va integrando a una orden filosófico-religiosa que será pionera de muchas que proliferaron en las décadas siguientes. En lo que Anderson parece poner el acento es que no es que ese tipo de organizaciones crecen para dominar a la personas y usufructuar de ellas, sino que a medida que Estados Unidos se vuelve más belicista y participa de más guerras, su población es más proclive a hacer crecer esas organizaciones.

Disponible en HBO Max, YouTube y Google Play Movies.

Embriagado de amor

Adam Sandler es un tipo con problemas para relacionarse y mucha bronca contenida: su infancia entre siete hermanas no ha sido lo que se dice una galaxia de ternura y consentimiento femenino, sino más bien todo lo contrario; el acoso y la burla fueron la guía de esas relaciones. Ahora, ya adulto, su desconfianza hacia las mujeres es muy superior a la media. Hasta que un día una de sus hermanas le presenta una muchacha inglesa (Emily Watson). Entre el sueño de poder confiar y el temor a la decepción, el Barry de Sandler transita las dudas de una nueva masculinidad que asoma temerosa a la ya decisiva emancipación feminista de la incipiente última ola que estallaría una década más tarde. Con el timing que lo caracteriza, Anderson encuentra en una historia menor -y con el modelo masculino menos pensado, como era Sandler en ese tiempo- la excusa ideal para lo que ve venir pero no se anima a afirmar: no sea cosas que el todavía incólume patriarcado le caiga encima. Con una ternura insólita para la época, Anderson expone varios de los cambios por venir.

Disponible en HBO Max y Apple TV.

Petróleo sangriento

Situada a comienzos de siglo XX, cuenta el ascenso y caída de Daniel Plainview (Daniel Day Lewis), un minero pobre que en base a métodos violentos se convierte en un magnate del petróleo. Disfrazado de odio, locura, religión, familia, todos esos condimentos siempre atribuídos al conservadurismo más rancio, Anderson encuentra en la parábola de Plainview prácticamente el botón de muestra de qué es y cómo funciona el capitalismo. Que lo haga con una historia ubicada un siglo antes de la producción de su película, antes que para hablar de un pasado es para hacerlo acerca de un presente: al año siguiente estallaría la crisis financiera y de los bancos conocida como la crisis de la subprime, a quien salvó de de su quiebra y sobre todo de su responsabilidad el gobierno de Barak Obama. Entre aquella vorágine de acumulación simbolizada por el oro negro y el de la valorización financiera para Anderson no hay diferencia.

Disponible por en Flow y en Apple TV.


El hilo fantasma

Luego del petróleo llegó la moda, como antes había estado la pornografía (Boggie Nights): a Anderson parece no escapársele los ejes sobre los que se construyó la vida moderna. Aquí, en la Londres de la posguerra (1950), el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) visten a las mujeres de realeza, a las estrellas de cine y a todo mujer de la época que se precie elegante. Pero un día el meticuloso y para el resto de sus colaboradores, autoritario Reynolds, conoce a Alma (Vicky Krieps), y todo se desbarata. Anderson vuelve a plantear preguntas fundamentales: ¿es compatible el éxito profesional con el gran amor? Si Woodcock hubiera sido menos estricto, ¿habría sido exitoso, habría conocido el amor al que llegó por haber conocido a alguien como Alma?

Disponible en Amazon Prime Video, YouTube, Google Play Movies y Apple TV.

Boogie Nights

El gran productor porno Jack Horne (Burt Reynolds), encumbra al estrellato al bien dotado joven Eddie Adams (Mark Wahlberg). A la manera que después acostumbraría David Simon en genialidades como The Wire o Treme, Anderson aquí cuenta -y consigue explicar- en poco menos de tres horas por qué la industria del porno tuvo su crecimiento en la segunda mitad de la década de 1970 y su estrepitoso auge a principios de los 80; y por qué, las condiciones que posibilitaron ese brillo, también fueron las que advirtieron sobre su decadencia. Por eso de que los hombres y las mujeres hacen la historia, pero no saben qué historia hacen, se suele creer que lo que se alcanzó durará para siempre, que la meta alcanzada es sólo un punto hacia un sinfín de buenos augurios. Y lo que suele suceder es que llegar a la punta de la cima es también el anuncio de que a partir de allí sólo queda descender. Siempre hablando del porno y de la abundancia de cocaína y juerga con chicas y chicos lindos que rodea la vida de los protagonistas, como si nadie pudiera percatarse, Anderson invita a contemplar cómo es eso de que, cuando se cree que todo está resuelto, es cuando comienzan los verdaderos problemas.

Disponible en HBO Max, Apple TV, YouTube y Google Play Películas.