Retrató como nadie a muchos de los escritores más importantes de habla hispana. Capturó la verdadera esencia de los porteños. Estuvo ahí cuando el pueblo lloró la muerte de Perón y logró imágenes inolvidables. Y registró innumerables veces a su amada María Elena Walsh. A Sara Facio le importaba sobre todo fotografiar a la gente. “La gente y lo que sentía en ese momento. Si no, son figuritas”, subraya en el documental Sara Facio: haber estado ahí, que se estrena este 31 de octubre. “Todo a lo que le falta gente está un poco muerto”.

La directora Cinthia Rajschmir (Cortázar & Antín: cartas iluminadas, 2018) se propuso mostrar a esta gran figura de la cultura argentina, fallecida el 18 de junio a los 92 años, desde la intimidad de su estudio y repasando con ella los grandes hitos de su trayectoria. Facio descubrió que la fotografía es un arte y un modo de ver y de pensar en los ’50. Y muy pronto quiso ser libre e independiente con su Leica en la mano. Junto con Alicia D’Amico fue de las primeras mujeres en trascender en el fotoperiodismo, una profesión reservada hasta entonces a los hombres.

Autorretrato de Sara Facio.

Rajschmir se cruzó con Facio en su adolescencia, a través de su libro Retratos y autorretratos, sobre los escritores del boom latinoamericano. “Me fascinó”, asegura. “Y después también fui de las que comprendieron que la fotografía era un arte visitando la fotogalería del San Martín, pero no sabía que la había creado ella. Sara estuvo a lo largo de distintos momentos de mi vida. Ella me dio las fotos originales de Julio Cortázar para mi documental Cortázar & Antín: cartas iluminadas”.

“Después cuando fui a ver su exposición de 2018, curada por Ataúlfo Pérez Aznar, que se llamaba Perón, quedé muy impresionada con su trabajo y fue entonces que le consulté sobre la posibilidad de hacer una película sobre su vida y su obra”, relata.

La directora aparece en varias escenas de la película, dialogando con Facio o asombrándose de la meticulosidad de su inmenso archivo, que la fotógrafa abrió generosamente para este proyecto. “Me pareció que el vínculo que habíamos construido merecía de alguna manera participar de ese relato. Por eso elegí aparecer en cuadro junto con ella en algunos momentos. No todo el tiempo, sino en los momentos que creía que era necesario para poder contar la historia de la manera que me parecía que era más honesta desde mi perspectiva”.

Cortázar, según la mirada de Facio.

“Porque lo que a mí me ocurre cuando hago un documental es que lo hago cuando encuentro un tesoro. Y ese tesoro lo quiero compartir transmitiendo la misma emoción y algunas de las reflexiones que a mí me produce”, añade. “Cuando llegué por primera vez a la azotea, que es donde tenía su oficina, me quedé muy impactada porque estaba todo archivado con cuidado y prolijidad: los afiches, las publicaciones y los catálogos de todas sus exposiciones, así como los contactos en carpetas de los distintos momentos de sus etapas como fotógrafa. Ella me lo estaba mostrando y de alguna manera las dos estábamos mostrando esa historia al público”.

En el documental, Facio habla sonriente y con su voz grave de sus viajes a Europa, de su encuentro con el poeta chileno Pablo Neruda, de cómo le impactó la felicidad en el rostro de la gente cuando Juan Domingo Perón regresó a la Argentina y cómo no sintió miedo cuando comenzaron a volar las balas en esa fatídica jornada de la “masacre de Ezeiza”. También de cómo le pareció que debía ir corriendo al Congreso cuando decenas de miles de personas se acercaron a despedir al general tras su muerte. Aparecen también, claro, menciones a su pareja, la escritora y música María Elena Walsh, pero Rajschmir no hace hincapié en su vida personal.

“Sara siempre fue muy pudorosa con su vida personal. Siempre fue del ámbito de su intimidad. Su vida pública, la difusión de su historia, está en sus obras, en sus libros y en las entrevistas que le han hecho. Y estuvo también en la información que a mí me transmitió y de la manera que me la transmitió. Era imprescindible respetar eso si quería hacer una película que reflejara la expresión de la vida de una persona tal como ella me la estaba mostrando a mí. Sin espectacularidad”.

María Elena Walsh retratada por la reconocida fotoperiodista.

Facio fue la primera en ver la película terminada. “En ese momento no estaba haciendo mucha vida social. Transitaba una época más de intimidad personal. Entonces llevé la computadora a su casa. Fue muy emocionante porque estábamos las dos viendo la película. Yo estaba muy nerviosa porque para mí era muy importante su opinión, y ella me iba levantando el pulgar viendo distintas cosas. Estábamos casi pegadas. En un momento se le caen unas lagrimitas y se emociona. Y yo también. Y cuando termina la película me dice: ‘Nunca vi un documental tan bien informado y con tanta emoción. ¡Bravo!’. Siempre hablaba de la importancia de que en la obra hubiera pensamiento y emoción. Entonces esa evaluación de ella me dio una gran tranquilidad y que habían valido la pena los cuatro años de trabajo con la pandemia en el medio”.

“Espero que con esta película también las nuevas generaciones conozcan el gran talento y determinación de nuestra gran fotógrafa argentina Sara Facio, a la que por supuesto extrañamos”, concluye Rajschmir. «

Otra imagen extraordinaria captada por Facio.
Foto: Télam




Sara Facio: haber estado

Producción General y dirección: Cinthia Rajschmir. Guion: Cinthia Rajschmir, Marcela Marcolini. Estreno: 31 de octubre a las 18:40 en el Cine Gaumont, Rivadavia 1635.