Es conductora y periodista, y tiene una larga y reconocida trayectoria. Hoy está a cargo de Mañanas públicas (lunes a viernes a las 10, por la TV Pública) y Honestidad brutal (por la 107.5 FM, el ciclo diario que realiza de 15 a 18).
Ernestina Pais comenzó su carrera como movilera en La biblia y el calefón, programa conducido por Jorge Guinzburg, a finales de los ’90. A los 22 años fundó junto a Juan Di Natale la versión argentina de la revista francesa Los Inrockuptibles, pero la tele la fue atrapando: en 2003, empezó a trabajar junto a su hermana en Canal 7, haciendo Sabés o sonás, un programa de entretenimientos donde alumnos de quinto año competían por un viaje de egresados.
Entre 2005 y 2007 fue la co-conductora del ya mítico ciclo Mañanas informales (El Trece), donde se volvió a juntar con Guinzburg. Tras su muerte, Pais continúa el programa, como conductora principal, acompañada por Ronnie Arias. Entre 2009 y 2011, ante el retiro voluntario de Mario Pergolini, creador y conductor del programa, fue la cara principal de Caiga Quien Caiga. En 2013, volvió al magazine mañanero en Desayuno americano (América TV). Dejó la tele por un tiempo y regresó a la pantalla chica en 2019 como panelista de Intratables, lugar que ocupó hasta 2021
Es hija del militante José Miguel Pais, que formó parte de la organización ERP y fue desaparecido en septiembre de 1976 durante el primer año de la última dictadura cívico -militar.
-¿Sos gastronómica?
-Hace 25 años. Manejo Milion, en el centro, un bar/restaurant en una casa de 1913. La verdad que nunca hicimos nada para asociar al lugar con mi nombre, a mi lugar de exposición. Buscamos que haga su propio camino. Recién empecé a decirlo en la pandemia, cuando dos socios míos murieron y tuve que involucrarme más para sacarlo adelante.
-No es un rubro fácil.
-Para nada fácil, la verdad. Pero cuando le ponés pasión, es otra cosa. Siempre me gustó ponerle trabajo duro a todo lo que hago y aporte en silencio porque era mi rol. Pero fui aprendiendo también y cuando me tocó me metí de lleno. Ahora me siento plena. La pandemia casi nos obliga a cerrar, desde un lugar diferente y lo pudimos levantar.
-¿Cómo sos cuándo te propones algo?
-Soy responsable y me ocupo de cumplir, preparándome y tratando siempre de encontrar soluciones a los problemas. Hoy estoy más involucrada en lo cotidiano de un negocio, con un gran equipo, pero mantengo mi vocación por comunicar.
-¿En tu rol de periodista en qué te enfocas?
-Por suerte puedo elegir temáticas que me interesan, y todo el contenido lo puedo defender desde ahí. No me importa el rating o la fama. Me gusta hablar de temas que ayudan de alguna manera a alguien más. Tengo esa vocación de servicio.
-¿Nunca quisiste volver al cine, luego de dejar de estudiar?
-Tengo un proyecto muy personal, muy íntimo, que de a poco voy a ir armando y seguramente concrete.
-¿Con que tiene que ver?
-Cuando tenés un familiar desaparecido y asesinado, te lo cuentan, hay una construcción y una idealización de la persona. Necesitaba conocer a mi papá real, y empecé a hacer un trabajo para conocer al verdadero José. Es un camino liberador de muchas cosas que tenía guardada, que voy a mostrarlo a través de crear algo artístico, va terminar siendo una película.
-¿El arte salva, como dicen?
-Sin dudas. El arte ayuda a sublimar el dolor de una manera única. Este trabajo de investigación sobre mi viejo no es otra cosa que eso: es un hecho artístico y un lugar de sanación de una incógnita que me hacía mal y siempre está bueno compartirlo. En una de esas, ayudas a varios.
-¿Hacés terapia?
-Ahora sí, para acompañar este proceso. Nunca antes había hecho. Desde la panza de mi madre había angustia porque ya en el ’72 había peligros por militar o defender ideas, a los 4 años secuestraron a mi padre y una se hizo una coraza para seguir, pero bueno, hoy puedo desandar ese camino.
-¿Cómo fuiste de adolescente?
-Siempre fui muy libre, me arriesgué y experimenté de todo. Viajar sola, tener un emprendimiento o lo que sea, desde chica me animé. Yo era rockera, me gustaba socializar y bueno, así me fui abriendo caminos. Estar donde estoy hoy, es quizás por dejarme llevar, buscando lo que me gusta y divertirme.
-¿Tu risa, tan particular, siempre estuvo?
– La risa fuerte fue una característica en mi familia. Mi mamá, mi hermana, y yo nos reímos así. Siempre estuvo el humor y la ironía para sobrellevar lo que viniese.
-¿Y en lo personal, cómo manejás la incertidumbre de lo que vendrá?
-Tengo 51 años. Me propuse hace un año tratar de dejar de ser autodestructiva, y empezar a entenderme, a comprender quién soy y qué me pasaba.
–¿Te pusiste metas?
-Creo que me planteé tener nuevos sueños o retomar los que dejé por vivir día a día, ya sin dejar que mi ego me joda. Entonces el futuro es tratar de estar en armonía, o intentarlo a mi manera. Con rock, pero sin lastimarme. «