Este viernes en el Teatro Coliseo se concretará un nuevo capítulo de esa gran relación que hace ya tiempo comenzaron Pablo Milanés y el público argentino. Un vínculo con altibajos, como todos los que unen a un artista y su público, pero que no ha menguado en su afecto aunque su intensidad ya no sea la de los tiempos mozos. En diálogo con Tiempo desde La Habana, el músico cubano discurre sobre su actualidad artística y el estado del arte en la región.
¿Su show tendrá una parte experimental, como sucedió en otras presentaciones recientes?
Tendrá su parte experimental, como sucedió en España y México. En ese segmento incluiré canciones de mi repertorio que por distintas razones no se conocen mucho, canciones que formaron parte de discos que llegaron a mucha gente pero no fueron muy trascendentales.
¿Cantará alguna canción de música estadounidense en inglés, como lo tiene programado para su próximo proyecto?
Eso es un proyecto con un grupo más de cámara, más reducido, íntimo, más jazzístico también, que es una tendencia que siempre ha sido parte de mi repertorio aunque con distintas modalidades. Son estándares del cancionero popular estadounidense que he escuchado toda la vida.
A Milanés lo entusiasma hablar de su relación con la música. Por eso sin mediar pregunta agrega que las canciones estadounidenses formaron parte de su primera etapa musical «en los 60». «En esos años conocí muchas de esos temas tan populares recuerda. La noche era muy movida en La Habana y hacíamos música estadounidense, sobre todo jazz. Eso fue hasta 1965, que ingresé en Los Bucaneros, el primer grupo en el que éramos todos jóvenes y ya no se escuchaba tanto jazz. Después de eso ya empezamos a hacer la nueva canción cubana, la nueva trova.
¿Le da nostalgia algo de esa época?
En realidad no me da nostalgia nada. Cuando se cumplen las cosas y se queman las etapas, todo pasa a ser un ciclo más que uno integra a su vida. Por eso deseo seguir experimentando, buscando cosas, aprendiendo de lo que lo que se me va presentando.
En recientes entrevistas, Milanés criticó duro a «Despacito», el tema musical que es un éxito en el mundo. «Traté de escucharlo una vez y no pude terminarlo asegura sin reír. De hecho lo conozco a Luis Fonsi y sé que hace cosas mejores. Pero el tema no pasa por «Despacito», sino por el reggaeton, que desde el punto de vista de la poesía y la música no aporta nada y tiene nada que ver con la música popular latinoamericana, que creo que está en una crisis.
-¿No cree que el reggaeton es un género popular?
-Lo popular es lo que viene del pueblo y lo que viene del pueblo no puede ser grosero, vulgar. Esa es mi opinión. Hoy en día se generan confusiones con la ambigüedad de la palabra Wpopular. Las masas propias están dirigidas por las transnacionales y los medios. Cuando le das una mentira todos los días el convencimiento propio de los seres humanos puede cambiar. Cuando le dan superficialidad todos los días, el pueblo la termina aceptando como una verdad.
-¿Ve algún otro movimiento popular que sea interesante y novedoso?
-No. Pero lo que veo es que por otro lado, minoritariamente, hay gente que se está esforzando en mantener los ritmos que han nacido hasta ahora y han permanecido a través del tiempo por su calidad. Por ejemplo, se hace buena música del son cubano, de la salsa (derivada del son cubano), el jazz, el bolero, el merengue, la bachata. Y en tu país el rock: el rock argentino tiene una excelencia que lo destaca más allá de lo que es el anglosajón. Ha alcanzado una calidad notable desde el punto de instrumental, vocal y poético.
Entonces cree que la música de calidad pisará las calles nuevamente.
Perfectamente. Creo en lo cíclico de la vida, de la humanidad, y pienso que esto es un ciclo malo que está pasando la música popular, y que la verdadera música buena volverá. «