De todos los golpes que viene sufriendo la Argentina desde el 10 de diciembre, la muerte de Nora Cortiñas el 30 de mayo a los 94 años fue uno de los más duros. No sólo fue perder a una de las primeras Madres de Plaza de Mayo, la que desde la desaparición de su hijo Gustavo el 15 de abril de 1977 nació a una vida nueva y se convirtió en ícono de la lucha por los Derechos Humanos. Fue también perder a alguien cuya protección sentían muchos y a la que por algo llamaban “la madre de todas las batallas”.
Esa mujer bajita y enérgica que hasta su último suspiro estuvo luchando contra las injusticias en nuestro país y el mundo es la que retrata el documental Norita, de Jayson McNamara y Andrea Tortonese, que llega a los cines este 7 de noviembre. “Vivimos en un infierno. Nada más que uno se repone, porque hay que reponerse, porque hay que seguir luchando”, dice desde la pantalla sobre su historia y parece que hablara de este presente también.
Norita aprendió en la segunda mitad de su vida que a las luchas hay que ponerles el cuerpo. Y por eso iba a todos lados, con su sonrisa inconfundible y el puño en alto. Infundía valor y daba contención a quienes lo necesitaran, incluso cuando ya tenían que llevarla en silla de ruedas. “Yo no era revolucionaria, como soy ahora. Pero fui tomando consciencia a medida que salía a la calle”, cuenta en el documental.
El film muestra su tragedia personal entrelazada con la de muchas otras personas y retrata la manera en que con determinación se enfrentó a todos los obstáculos e hizo que el dolor por la desaparición de su hijo mutara para convertirse en esa energía contagiosa con la que afrontaba las batallas, incluida la que dieron las mujeres por la legalización del aborto en 2020, en la que fue una figura central.
La idea de hacer esta película fue de McNamara, quien ya había dirigido El mensajero, un documental sobre Robert Cox, el director del Buenos Aires Herald. Él fue quien logró convencer a Cortiñas. Luego se sumó Tortonese, en principio convocada para hacer animaciones, aunque terminó codirigiendo y coescribiendo el guion. “Norita la llegó a ver, por suerte. Y estaba conmovida y en paz con cómo había quedado. Eso fue una gran tranquilidad para ella y para nosotros”, cuenta.
A Norita lo que más le importaba era que reflejaran su militancia. “Jayson, junto con Francisco Villa, que es el director de fotografía, empezaron a seguirla, a acompañarla. Nora era un ser adorable y muy enérgico. Y ellos lograron meterse en ese canal de energía que ella tenía para registrar todo. Después acompañarla a su casa, registrar el archivo personal de Nora”, añade la codirectora. “Esa también fue una manera de conocerla”.
En la película está muy presente también, como en una trama paralela, Ana María Careaga, hija de Esther Ballestrino de Careaga, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y una de las tres madres desaparecidas. “Ana era activista política y también fue secuestrada. Era muy joven y estaba embarazada. Por suerte, tanto ella como su hija sobrevivieron. Y Ana creó un vínculo muy afectuoso y profundo con Nora. Nora, habiendo perdido a su hijo; Ana, habiendo perdido a su madre; y su madre, amiga de Nora. Hay una historia afectiva muy fuerte entre ellas a partir del dolor de la pérdida que trajo la dictadura civico-militar, de los crímenes de lesa humanidad que atraviesan esas dos vidas”, explica Tortonese.
El film cuenta con Jane Fonda, Naomi Klein o Avi Lewis entre sus productores. “Empezamos siendo muy poquitos y muy a pulmón. Pero a lo largo del camino, a medida que el proyecto fue creciendo, empezó a tener esa energía que tenía Nora de llegar a todos lados. Se armó una especie de cadena de información, de afecto, en donde todos, desde su lugar, comenzaron a apoyar y a participar”. También forma parte de esta estructura Gustavo Santaolalla, amigo de Cortiñas, que hizo la música de la película.
La idea de las animaciones a cargo de Tortonese era reflejar aquello que no estaba en el material de archivo y tampoco se quería ficcionalizar. “La animación viene a contar con emoción y con una sensibilidad distinta ciertas cuestiones como el afecto de Nora por Gustavo, la unión que tenían, los momentos difíciles de la búsqueda, el miedo que ella vivió y el encuentro con sus compañeras”.
La película se estrenó en Los Ángeles en el festival Dances with Films. Después participó en el Festival de Cine de la Provincia de Buenos Aires, donde ganó el premio a mejor documental, y estuvo en el Festival de Cine Documental de Buenos Aires (FIDBA), en el que obtuvo una mención por el uso de del material de archivo y por las animaciones.
Según Tortonese, lo más interesante que sucede con Norita es que propone conversaciones. “Después de las proyecciones aparece una gran necesidad de hablar y de ser escuchado”. Y de eso se trata. “Norita quería que la película llegara a todos lados, que conversemos acerca de nuestra historia, que volvamos a tener un pensamiento crítico y profundo, no reaccionario, sino reflexivo. Y eso es lo que deseamos: que las personas se conmuevan, que volvamos a conectar con lo humano, con la capacidad de crear, de unirnos, de cuidarnos y de ser mejores”.
“Nos gusta pensar que esta película es una extensión de ella. Y que es una manera más, como tantas otras expresiones, que la traen a Norita al presente”, señala la directora. “Sería buenísimo que todos y todas los que la amamos, nos sumemos a la tarea de comunicar esta película de todas las maneras posibles para que podamos seguir instalando las conversaciones que de verdad son importantes y podamos seguir haciendo memoria por la verdad y por la justicia, por todas las madres y por los 30 mil”. «
Norita
Dirección y guion: Jayson McNamara y Andrea Tortonese. Estreno: 7 de noviembre. En cines.