Nación Ekeko, el proyecto que encabeza Diego Pérez, lanzó «Hermanos», segundo single de un disco (Qomunidad) que espera ver las redes y por qué no hasta el vivo antes de fin de año. “El primer single fue una versión de ‘Arriba quemando el Sol’, de Violeta Parra -cuenta Pérez-, con Maryta de Humahuaca (de Jujuy) como artista invitada. Es un disco comunitario donde se comparte la creación con artistas de todo el mundo.”
«Hermanos» cuenta con la colaboración de Pascual Muerdo, y Pérez dice que su letra y música es un concepto que viene “pensando y vivenciando hace mucho: la idea de que la naturaleza no nos pertenece sino que nosotros pertenecemos a la naturaleza”. Algo que dice que viene “compartiendo con las comunidades originarias, sobre todo la etnia Qom; ellos tienen esa frase como un estandarte: el monte no nos pertenece, nosotros pertenecemos al monte. Y es algo que creo que con la pandemia nos estamos dando cuenta de todo lo que está haciendo el ser humano en la Tierra, sobre todo los que estamos viviendo en las grandes ciudades”.
Como músico, compositor y productor, desde principios de siglo Pérez integra Tonolec y a partir de 2012 Nación Ekeko. En ambos proyectos investiga la música de raíz latinoamericana y experimenta con sonidos más contemporáneos y nuevas tecnologías. “Empecé a trabajar con música de pueblos originarios un poco buscando mi identidad, sintiendo que la integración de todas las culturas y de los tiempos con la electrónica es una forma de resumir en un sonido quién soy, de dónde vengo como chaqueño, argentino y latinoamericano. Ahora dicen que el folklore electrónico se puso de moda en Europa. Pero yo lo sigo viendo como música: si alguien hace trap o reggaetón y lo hace bien yo lo disfruto. Tratamos de ponerle título y subtítulo a todo, cómo empaquetarlo, y en definitiva todo es música. Y ‘Hermanos’ apunta a traer ese mensaje pero a partir de un ritmo, de un movimiento; por ahí no sea tan intelectual, pero te podés conectar a partir del movimiento, que creo que es algo importante en este momento: no perder la relación con el cuerpo, que es nuestra propia naturaleza.”
-Hace mucho que venís cantando y peleando sobre este tema. ¿Qué se siente haber advertido tanto, incluso haber profetizado, y que haya pasado igual?
-Hasta incluso los que veníamos mirando este tipo de problemas, de alguna manera lo veníamos postergando. Esto nos obliga a cambiar ciertos paradigmas de vida, que espero sean positivos. Fue como un cachetazo de la naturaleza. Se está hablando mucho en los medios de no salir, no contagiarse, pero se habla poco de alimentarse bien, de la salud física y espiritual, de cuidarse, tomar medicinas naturales, salir al sol que también es salud hacer fotosíntesis humana. Este es un freno muy grande, y me parece muy interesante más allá de lo negativo que puede traer esto.
-¿Cómo creés que volvería la música, qué podría ganar y qué perder?
-Creo que se puede instalar el streaming y todo eso como parte de una forma de comunicación digital, pero mucha más gente va a valorar lo directo, lo artesanal. Incluso no sé si se puede eliminar, pero sí bajar un poco la cantidad de festivales donde tocan 20 bandas cada media hora, como el Lollapalooza, y hacer cosas donde la artista esté más cuidado y el que va a verlo pueda percibirlo de una manera más sutil. Por ahí es una buena posibilidad para empezar a conocer a los artistas regionales, que están ahí cerca, que pueden brindar su arte directo, que podés disfrutar de ese encuentro de una forma más íntima. En ese sentido sería una buena posibilidad para profundizar esas cosas y de no apostar a lo mega, los gigantes y las súper producciones.
-Y con menos celulares registrando el momento para mostrar que se estuvo ahí y más estar ahí, en el momento. Sobre todo por las dudas de que quizás no se vuelva a estar, ¿no?
-Eso es providencial: aprovechar y disfrutar mucho más lo vivencial, que tal vez en otro momento uno estaba conectado en mil cosas a la vez y no estaba presente en el lugar. Esto también nos lo está mostrando y creo que lo podríamos aprovechar. Personalmente lo vengo pensando antes de la pandemia, pero creo que esto lo profundiza.
-Ahora ya nadie va a poder decir que no sabía o que no le avisaron.
-Totalmente. También hay que tener en cuenta que esto se puede repetir. No quiero ser negativo, pero lamentablemente estamos sembrando el caldo de cultivo para que esto se repita; si no frenamos va a suceder de nuevo. En estos días hice una especie de slogan: viví donde y como te gustaría que te agarre la próxima pandemia. Es como cambiar un poco radicalmente algunas cosas. Yo de hecho me estaba por mudar a las afueras de Buenos Aires y me agarró la pandemia.
Pese al frenazo de la pandemia, Pérez no percibe que aún se ha comprendido la profundidad del problema. “Hace falta entender que somos un ser integrado: alma, espíritu, cuerpo y mente, todo en un mismo lugar. Como para la música, tampoco hay bateas para nosotros (ríe), está todo en un mismo lugar.”