Representó a algunas de las bandas más importantes de la década del setenta. También llevó a Pappo a Estados Unidos y trabajó con artistas internacionales como Joe Cocker, Rod Stewart, The Police, BB King y Frank Sinatra, entre otros.
Según informó su hija Cecilia en su cuenta de Facebook, Peter sufrió “un paro cardiorespiratorio”. En esa red social, Deantoni se mostraba muy activo a diario. Solía compartir fotos de sus desayunos y almuerzos en La Farola de Colegiales, y la música que escuchaba en su casa, que denominaba el Palacio Babilónico. Ayer mismo, por la mañana, hizo su último posteo: compartió el disco Bridges To Babylon, de los Rolling Stones, su banda de cabecera.
Deantoni, un personaje muy querido en el ambiente del rock, atesoraba grandes historias y era muy generoso a la hora de compartirlas. Además del libro que lanzó en 2016 con el título dedicado a Pappo, aunque era más sobre su propia vida, en 2023 publicó De la A a la Z con Peter Deantoni – A mi manera sigo rodando, con muchas más anécdotas desopilantes del rock que, como indica su nombre, iba de Almendra a ZZ Top sin escalas. Deantoni también tenía su programa de radio en Red Moskito, Caballos Salvajes, en el que mechaba entrevistas con mucha música.
El nombre de Peter Deantoni quedará siempre asociado al rock nacional, pero también a los grandes shows internacionales. Al margen de su experiencia junto a bandas locales tuvo un rol clave en las visitas a la Argentina de Joe Cocker, Rod Stewart, The Police y Frank Sinatra. Incluso fue el primero que, por pedido de Daniel Grinbak en 1981, entabló gestiones para traer a los Rolling Stones, algo que se concretaría varios años después.
Una de sus anécdotas más recordadas es lo que le tocó vivr con Rod Stewart en el Mundial de 1978. “Fui convocado por Óscar López, que manejaba el sello Talent dentro de Microfón, compañía que en esa época era presidida por Néstor Celasco. Los tres fuimos a buscarlo a Ezeiza y lo hospedamos en el Hotel Alvear. Mi papel fue como una especie de traductor acompañante. Para mí fue una experiencia inolvidable”, reveló en varias entrevistas. Junto al cantante y Bomi Bulsara, el padre de Freddie Mercury, que lo acompañaba, viajaron a Mendoza para ver la derrota de Escocia frente a Perú.
También recordaba con humor un episodio de inseguridad en el que corrió riesgo la vida del intérptete de Maggie May y I Don’t Want to Talk About It: “Una noche fuimos a una parrilla y de pronto entran tres tipos con armas cortas, tipo itaka. Uno se quedó en la puerta, el otro fue para el lado de la caja y el tercero empezó a pasar por las mesas juntando las cosas de valor de los que estaban comiendo. De inmediato, entró la policía y empezó un tiroteo en el que enseguida acribillaron a los tres ladrones. Nos tiramos todos al piso y me acuerdo que el productor Óscar López se tiró arriba de Rod y gritaba: `¡No disparen que el tipo vale un millón de dólares´!”.
Deantoni estuvo ahí cuando Pappo conoció a BB King, en la primera visita del Rey del Blues a la Argentina, en 1980. Antes del primero de esos dos míticos shows en Obras, como era costumbre en el camerino de BB varios músicos locales hicieron fila para saludarlo, entre ellos Pappo, que por entonces estaba concentrado en Riff. Cuenta la historia que cuando lo vio le besó el anillo y le regaló un queso y un vino.
Pasaron más de once años para que el Rey del blues regresara a la Argentina. Lo hizo en 1991 con shows en el Luna Park, pero el reencuentro con el Carpo se produjo un año más tarde. BB volvió en 1992 y Pappo fue uno de los elegidos para telonearlo en Obras. Su performance llamó la atención del músico estadounidense cuando estaba entrando al estadio, por lo que preguntó por el nombre del músico en tarima. Fue ahí cuando rememoró el regalo del argentino a quien llamó “Mr. Cheeseman”. Luego lo invitó a subir al escenario para los bises.
Deantoni fue testigo directo del comienzo de esa gran amistad que tuvo un segundo capítulo en 1993 cuando BB King invitó a tocar a Pappo a tocar en el Madison Square Garden de Nueva York junto a otros grandes del blues como Buddy Guy, Junior Wells, Lonnie Brooks y la cantante Koko Taylor.
Parte de esa gira que también tuvo un capítulo californiano con John Lee Hooker, la amistad del carpo con tecladista Deacon Jones y como éste desperdició la gran oportunidad de su vida de grabar con el legendario baterista Carmine Appice. Todo eso eso nutre las páginas finales de Pappo made in USA.
El lunes, el corazón del hombre que se paseaba por Colegiales con su mechón violeta, sus clásicos bigotes entrecanos, sus remeras rockeras, sus uñas pintadas y su anillo de calavera, dijo basta. Ni él ni nadie se lo esperaba. Lo último que hizo fue escuchar a los Rolling Stones y así selló una vida dedicada al rock.
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