Morrissey se despachó en las últimas horas con fuertes declaraciones sobre el papel que jugaron los medios y la industria de la música por las repercusiones que tuvo la muerte de Sinéad O’Connor. El cantante legendario de The Smiths, quien siempre se declaró un gran admirador de la intérprete irlandesa fallecida a los 56 años, eligió su sitio web para expresarse.
“Su sello la abandonó después de vender 7 millones de discos. Se volvió loca, sí, pero poco interesante, nunca”, escribió el músico. “Ella no había hecho nada malo. Tenía una orgullosa vulnerabilidad… Y hay cierto odio en la industria de la música hacia los cantantes que no ‘encajan’ (esto lo sé muy bien), y nunca son elogiados hasta la muerte, cuando, finalmente, no pueden responder”. Morrisey, conocido por sus declaraciones controvertidas en el pasado, continuó: “El cruel corralito de la fama rebosa de elogios para Sinéad hoy… Con las habituales etiquetas tontas de `ícono’ y ‘leyenda’. La alaban ahora SÓLO porque es demasiado tarde. No tuvieron las agallas para apoyarla cuando estaba viva y los estaba buscando”.
Sobre el papel que juega la prensa, el autor de «Bigmouth Strikes Again» dijo que los medios etiquetan a los artistas “como plagas por lo que ocultan… Y llamarían a Sinéad triste, gorda, chocante, loca… ¡Ay, pero hoy no!”, ironizó y criticó la hipocresía de los “directores ejecutivos” de las poderosas corporaciones que, según él, fueron responsables de que O’Connor “se rindiera … Porque ella se negó a ser etiquetada, y fue degradada, como siempre son degradados los pocos que mueven el mundo”.
Para concluir su emocionante descargo, Morrissey enumeró a otras grandes artistas como Judy Garland, Whitney Houston, Amy Winehouse, Marilyn Monroe y Billie Holiday, quienes como la irlandesa, también murieron por circunstancias que en gran parte tuvieron que ver con la presión de sus carreras. “Ella fue un desafío, y no podía ser encerrada, y tuvo el coraje de hablar cuando todos los demás permanecieron en silencio. Fue acosada simplemente por ser ella misma. Sus ojos finalmente se cerraron, en busca de un alma que pudiera llamar propia”.