El artista, que agotó las localidades en apenas dos horas, señaló que su llegada al predio de Villa Madero surgió a partir de un primer acercamiento con el Ministerio de Cultura para interiorizarse sobre cómo completar sus estudios, una promesa que espera poder cumplir pronto.
«Hay que darle para adelante. Yo cumplí mi sueño, pero cuánto más me queda por delante, cuántas cosas más por saber, aprender y ser. Así que bien ahí, siempre para adelante», señaló sobre el final de la noche, acompañado en el escenario por la Keloke Band y su ladero incondicional Maxi «El Brother», manager y complemento del vivo como corista y animador. En conferencia de prensa, había dicho semanas atrás -señalando al ministro Tristán Bauer- que, «aunque haya complicaciones, sean los estudios o el proceso de pasar a ser adulto y tener responsabilidades, siempre hay que encarar para adelante» y, en su caso, servir como ejemplo para «brindar una ayuda y dar motivación» a los más jóvenes.
Recién asomando la noche, desde las pantallas se reproducían algunas de pasajes de sus primeras irrupciones mediáticas como la entrevista que le brindó al periodista Julio Leiva en su programa “Caja Negra”, donde contó por primera vez que había compuesto uno de sus principales éxitos el “RKT” con una computadora del plan Conectar Igualdad y un micrófono de mil pesos. Con los músicos dando el puntapié inicial con un instrumental que tomaba prestado melodías de la banda sonora de “El Padrino” y las bailarinas listas para el perreo, Valenzuela su ingreso para interpretar “Mi banda encendida”, una de las tantas que pergeñó junto al productor DT Bilardo, una pieza clave en el desarrollo de su “cumbia 420”.
“¿Qué onda? Estamos todos acá. ¿Todo bien? Cero titubeo”, rompió el hielo antes de hacer la segunda de la noche (“Titubeo”) para correr los titulares de los últimos días y retomar el tono de la conversación pública de vuelta hacia el fenómeno popular que arrasa con millones de reproducciones en las plataformas y que anoche tuvo su celebración a gran escala en el predio estatal de Villa Martelli. En su única mención en el escenario con su imputación por presuntas amenazas de muerte y lesiones denunciadas por un vecino suyo de la localidad bonaerense de General Rodríguez, el cantante apeló a la ironía para descargarse frente al público de lo que definió como una “payasada”: “Esta es la campera con la que todos me acusaron. A la campera no le importa y a mí tampoco”, dijo antes de ofrendarla al público.
“Alta Data”, “L-Gante RKT”, “Clandestina 420” y “Me re sirve” fueron completando el largo repertorio hasta la llegada del momento más esperado por los más chiquitos, el abecedario en ritmo cumbiero y un primer mensaje para los más jóvenes: “Persigan sus sueños y sus metas que, paso a paso, todo llega, perro. Y si de abajo mejor para la experiencia”, señaló el artista, entre las tantas muestras de madurez que exhibió como referente de una generación. Ya sea cantando a capella sobre una base de batería un fragmento de “Bar”, el tema que grabó con Tini Stoessel, acompañado por su banda o arriba de una pista, L-Gante desplegó todo su carisma y justificó largamente cómo llevar el trajín de estar en el centro de atención, a veces visiblemente emocionado y agradecido como en el final, y otras con sobrados gestos de generosidad para compartir las miradas con otros artistas y referentes de la “Cumbia 420”.
Desde las pantallas, que casi siempre acompañaron con visuales de alto impacto y hojas de marihuana, se exhibieron algunos registros de la intimidad del fenómeno en toda su dimensión en su recorrido por todo el país y con “Clandestino” de Manu Chao sonando de fondo para musicalizar unos minutos de resumen de los últimos dos años. De vuelta sobre el escenario para presentar a la Keloke Band, interpretó “Dónde están los guachos”, “Perrito Malvado” y “C Pikó La Clandestina”, estos últimos dos grabados junto a uno de sus ídolos, el líder de Damas Gratis y referente de la cumbia villera, Pablo Lescano, al que le dedicó uno de sus temas antes de continuar con “Pistola Remix” y regalarle luego unos minutos a El Noba, el cantante que cosechó apoyos durante toda la semana, para que cante “Tamo Chelo”.
Es que el artista de Florencio Varela, que pasó cuatro días detenido esta semana acusado de manejar una moto que tenía pedido de captura, contó desde el primer momento con el apoyo de L-Gante y de otros colegas que pidieron en redes sociales por su liberación y convocaron a movilizarse frente a la comisaría en los últimos días. “Sin miedo al éxito y desde el barrio. L-Gante Keloke, argentino al ritmo pero del pueblo y no de los caretas”, avisó Valenzuela en su regreso, de vuelta sobre el escenario y enfundando un camperón dorado, para continuar con Visionario en su lista recargada de éxitos y contar con invitados como La Joaqui (“Lassie”), Néstor en Bloque (“Barrio Prendido”) y John C (“C90”).
Arengado por “El Brother”, había interpretado su versión en directo de la “BZRP Music Session #38” que lo catapultó directo hacia la masividad y sin distinción de clases sociales, en uno de los momentos más esperados por el público que cantó, bailó y se prestó al juego de luces con las pantallas de sus celulares. A corazón abierto, L-Gante compartió su emoción luego de la culminación de una noche soñada para su carrera y dejó un último mensaje para todos, incluso para sus detractores: “La frase es que los giles la cuenten como quieran. Si hablan mal o bien de uno, no importa, porque total están hablando”, señaló.
Después de horas en las que se dio el gusto de bajar de la pasarela para entregarse al contacto directo cercano con el público y de compartir sobre el escenario con su novia Tamara y su hija Jamaica, el referente de la “Cumbia 420” comenzaba a despedirse con una segunda vuelta de “Perrito Malvado” y envuelto en una lluvia de papelitos. Luego de recibir el saludo y abrazo de los ministros Tristán Bauer y Carla Vizzotti, y de la directora de Tecnópolis, María Rosenfeldt, renovó su compromiso para concluir sus estudios secundarios para seguir “dándole para adelante” en su carrera y en la vida y se despidió con “Pinta”, la canción que grabó junto a Lescano y Bizarrap como cortina de la nueva temporada de “El Marginal”. «Me hicieron llorar. Espero que lo hayan pasado completamente de diez y que lo hayan disfrutado. Antes que nada agradezco a cada uno de ustedes por el aguante. Y también a los que no les gusta lo mío pero tuvieron el valor de traer a los pibitos para disfrutar», se despidió.
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