El virtuoso guitarrista se presentará este sábado y el próximo en el Torquato Tasso. La importancia impostergable de la música y la relación especial que lo une a su hijo.
El rock, funk y latin jazz serán parte de las dos noches donde el guitarrista contará con diferentes invitados en cada fecha: en la primera estarán Carlos “Patán” Vidal en piano y Sebastián Peyceré en batería, mientras que en la segunda jornada volverá a estar en los parches Vidal y se agregará Gustavo “Bolsa” González en batería, más el agregado Juan Salinas en guitarra) para repasar un material donde clásicos y temas propios serán los protagonistas de este encuentro. “Volver a tocar de menor a mayor es algo sensible. Primero sufrí la de todos los músicos durante el primer año de la pandemia, en relación a no poder tocar y sentir al público ahí. Para mí la música no es sólo tocarla sino también vivirla, y no poder sentir eso fue muy preocupante. Pero en junio pasado volví a tocar. Hoy siento que hay algo que se está acomodando y es más parecido a lo que sucedía antes, por eso siento que volver a tocar es una fiesta. Si bien en algún momento durante los meses más duros del aislamiento se tocó por internet, lo que siento es que el streaming es como una comida sin sal”, aclara Luis Salinas haciendo un rápido repaso sobre su pasado reciente pero también sobre su aquí y ahora inmediato.
Los próximos shows que ofrecerá el guitarrista son parte de su regreso a Buenos Aires en medio de una agenda que lentamente comienza a parecerse a la de otros tiempos. Dice Salinas al respecto: “El Tasso es un lugar único, y siempre trato de hacer ciclos ahí. Ahora volvemos con una propuesta especial donde habrá jazz, blues, funk y rock, así que lo que se promete es que estos shows serán bien distintos, con repertorio diferente en cada noche, no habrá repeticiones. Les pido que para el primer show sean puntuales porque al otro día hay elecciones”.
Para Salinas, la chance de subir al escenario con los músicos que lo acompañarán constituye una instancia personal muy querida, situación a la que no duda en referirse entusiasmado: “Patán es un tipo al que conozco desde los 90, una persona callada y tranquila que supo realizar una carrera extraordinaria como pianista y que no por nada tocó con Pappo. Debíamos volver a tocar juntos después de mucho tiempo, así que haremos jazz y blues, géneros que él maneja de gran forma. Y con respecto a los bateristas, Sebastián Peyceré es un músico que tiene una facilidad increíble para tocar la batería, tiene energía y también mucha fineza cuando sale del rock, así que es alguien muy completo como ejecutante. Y Bolsa González es uno de los mejores bateristas del rock argentino, al punto que cuando Pappo lo escuchó se lo llevó con él enseguida, sobre todo porque estamos hablando de un baterista increíble, así que cuando él toque iremos para el lado del rock. Por otra parte, mi hijo Juan está tocando la guitarra pero también el bajo en una gran forma, una situación que pude comprobar en vivo cuando se encargó de las cuatro cuerdas en algunas giras que hicimos por algunos lugares del país. Como padre es medio difícil hablar de tu hijo pero creo que se está transformando en un gran músico, y más allá de eso veo su crecimiento como persona, que es lo que más me interesa. Lo que hago como padre es transmitirle mis experiencias para que se cuide del ego, sobre todo porque el ego de los artistas siempre mata al genio. He conocido a muchísimos músicos pero no conozco a ningún músico que haya sido más grande que la música”.
La conversación con Salinas es siempre fluida, pero en un tramo de la charla el músico relata que se contagió de Covid-19, situación a la que no duda en catalogar como “extremadamente dura” más allá del tiempo transcurrido. Así se expresa: “Haber pasado por la enfermedad fue bastante (piensa), pesado y bravo. En mayo de este año, justo cuando me faltaba poco para que llegue la fecha de vacunación, me contagié, algo que también le pasó a mi hijo, con lo cual todo se hizo mucho más preocupante. Si mal no recuerdo, el contagio fue en un concierto al aire libre, en la ciudad de Rosario. ¿Viste que después de tocar uno siempre saluda a alguien? Bueno, fue en ese contexto donde algo nos sucedió. Así que al volver a Buenos Aires pasó lo peor de esta enfermedad que uno no se la espera pero que te golpea mucho. Es una enfermedad dura y lo peor es que sigue dando vueltas, así que debemos cuidarnos para seguir haciendo lo que a todos nos gusta. Pienso que ahí está la clave”.
Luis Salinas
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