Este sábado el gran Litto Nebbia hará su primer show en streaming, en una plataforma que también está debutando: All Arena (disponible también en app por Apple Store y Google Play). “Lo del sábado es una forma de equilibrar tanto parate -dice Litto Nebbia desde su casa, donde dice estar recluido desde el comienzo de la pandemia-. Tenía cubierto hasta febrero del año que viene: al volver de México nomás tenía el Lollapalooza, en abril fechas en Perú, después Chaco, Misiones y Corrientes, y después me iba para Madrid y Barcelona; después volvía y ahí al Coliseo, ahora en octubre, qué sería el 40 aniversario de Sólo se trata de vivir. Y con todo esto se fue al diablo, por supuesto.”
Nebbia define al streaming como “una cosa extraña”, dice que toca “con el mismo entusiasmo y las ganas que toco solo en mi casa, o delante de diez personas o delante de mil. De última, una vez que te enchufaste estás haciendo lo mismo; te sentís raro porque yo, que hablo mucho entre los temas y doy explicaciones de dónde vienen, me encuentro que lo estoy haciendo y lo estoy imaginando con la gente delante y no hay nadie. Pero sacando eso, si uno lo hace bien con cámaras, con buen sonido, es un espectáculo digno y acorde a la situación que está viviendo.”.
-Sos un músico de tocar bastante, ¿cómo pasaste estos meses?
-Estoy encerrado en mi casa desde la última actuación que hice en México, y fue la casualidad que regresamos de la gira con mi mujer el 22 de marzo, que empezaba la cuarentena. Así que nos venimos de ahí corriendo para casa y desde ese día estamos acá enclaustrados. Y en mi casa hago lo mismo que hago siempre cuando no estoy de gira: componer, tocar mucho el piano, la guitarra, ver muchas películas; mi mujer pinta. Es la vida que llevamos normalmente cuando no nos vamos de gira, pero ahora con mucho más énfasis. Escribí más de 20 músicas. Ya escribí la música para el álbum que creo que lo vamos a publicar antes de fin de año, que se llama Cuadernos del cine francés de los ’60. Es un álbum instrumental donde he escrito la música evocando toda una serie de películas que vi en mi adolescencia, de lo que era en ese momento la Nouvelle Vouge, Jean-Luc Godard, François Truffaut, ese tipo de cosas. Lo que hice fue evocar muchas de estas películas que me marcaron, las tengo hoy en día y son muy buenas estéticamente: por la iluminación, en la fotografía que usan, todo ese tipo de cosas. Independientemente de que esas películas tienen su música con grandes compositores de cine, yo lo que hago es una música evocando a cada una de ellas. Por un lado escribí eso que es un trabajo lindo instrumental en soledad, toco todos los instrumentos que suenan, y por otro estoy terminando una cantidad de composiciones que serían los temas que normalmente tengo todos los años, con canciones con letras, que los voy a empezar a grabar con la idea de poder publicarlos en abril del 21. Ya tengo la mitad de las composiciones y hasta tengo el título: Nunca encontraré una casa como la que hay en mí. Leés el título y alguien puede pensar que se me ocurrió por esto de estar encerrado y no, es una canción que escribí en el 77 y que nunca la había publicado. Justo ahora se me ocurrió rescatarla. Pero el álbum tiene todas canciones nuevas, excepto la del título. Esas son un poco las cosas con las que estoy entusiasmado.
Se le pregunta sobre la película o el director que lo hizo fan de todo ese cine, y con la sutiliza de una de sus canciones, dice: “En esa época todas esas películas tenían un toque de atención, cierta manera de cómo se comportaba espontáneamente la juventud. Entonces a uno le pegaba mucho eso. Yo volví a ver Bande à part, que es del ’62, ’63 (1964, estrenada en 1965 en Argentina como Asalto frustrado), de Godard, y los tres personajes de la película, si los ves ahora, parecen tres pavos que andan girando toda la película, corren, se escapan, hacen unos quilombos. Y en ese momento significaba un llamado de atención de una juventud que de alguna manera quería revelarse con un montón de cosas del orden establecido por los mayores, que en esa época era muy fuerte. A vos lo que te gustaba de esa película era eso. A lo mejor sí la veía alguien mayor que vos, decía: son unos tontos. Pero para nosotros significaba mucho. Lo mismo que a los dos o tres años, que fue el nacimiento del hippismo, la beatlemanía y el rock en general. No podría decir una película, todas tienen cosas lindas. Y me gustan y es un lenguaje que en ese momento era una bomba de moderno, de nuevo, una estética distinta. Porque los tipos rescatan mucho la iluminación en la fotografía, todo eso lo hacían porque eran admiradores de fotógrafo increíble que era Cartier-Bresson; una conjunción, una serie de cositas que te estoy contando que hacían que me gustara mucho ese cine.”
El resultado fue un disco que tendrá 50 minutos y unos 15 temas. “Vos pensá que los tipos hacían lo que se llamó el cine de autor, y fueron los únicos que consiguieron, creo que por ley, que ningún productor o distribuidor tocara algo la película una vez que ellos la entregaban”, destaca Nebbia.
Esos años fundantes de la historia moderna como la conocieron las juventudes de la segunda mitad del siglo XX, también tendrá la edición del libro The British Invasion y la música beat de los 60 en USA, el libro que escribió en coautoría con el periodista Marcelo Gobello: la publicación incluye dos cds con 46 versiones de clásicos del rock y el pop inglés y estadounidense de los años ’50 y ’60, a cargo del propio Nebbia y de artistas amigos como Los Reyes del Falsete, Pez, Gonzalo Aloras, La Perla Irregular, Los Pels, Leo García y Los Mersey Mustards.
-¿Cómo lo ves al presidente Alberto Fernádez?
-Y yo no puedo ser objetivo, porque él es amigo mío. Lo veo a nivel imagen, de lo que podés ver cuándo sale a hacer un discurso, y lo veo con un carácter, que sé que lo tiene. Es muy tranquilo, se mantiene muy firme con sus cosas, lo cual me parece importante, porque a veces veo que le hacen unas entrevistas que son realmente de discutir todo el tiempo si uno se engancha, y el tipo se maneja bien, con tranquilidad. Y es muy importante eso, una manera política que tiene. Lo veo también de alguna manera cansado porque la cantidad de cosas que maneja son demasiadas. Y porque bueno, el destino de la vida ha querido que agarre un país maltratado y que justo empiece la pandemia.
-¿Notaste algún cambio en especial en lo que va de la pandemia?
-A mí lo que me da más preocupación de lo que está pasando es el saber la existencia de tanta gente que la ha pasado muy muy mal, a veces afectadas por el tema laboral, a veces por el tema de vivienda; eso me preocupa. En lo personal estoy bien, con mis discos, mis cosas, mi casa; no me puedo quejar. Pero eso no quita que no me preocupe un montón de cosas que socialmente pasan a mi lado. Al comienzo pensaba, como muchos amigos míos, que ahora el hombre iba a recapacitar y se iba a dar cuenta de que lo material no es tan importante, porque el virus no es excluyente, no importa la clase social, el dinero ni todo eso. Pero ¿cuál es la garantía de eso? La reflexión posterior es ver que en cuanto esto se soluciona, y ojalá sea pronto, hay un montón de gente que está en la especulación y va a seguir la especulación. Pero ojalá qué en algunos lugares sirva para algo.
-¿Y en cuanto a la música y los artistas en general?
-Veo muy embromado el futuro para los músicos, aunque mañana aparezca la vacuna y todo eso. Hay un montón de hábitos y de asuntos que están para quedarse. La música, el arte, el espectáculo, el entretenimiento van a estar en la cola de la posibilidad de que se recupere trabajo, porque no podés habilitar espacios de masividad. Por más que lo hagas con protocolo y todo eso también ahí va a empezar a funcionar el problema económico. Porque una banda o una obra de teatro tiene un montón de gente que trabaja alrededor. Y vos podés ir a tocar solo a un lugar de 200 personas, con 80; yo puedo ir a hacerlo con un sonidista y no me importa, gano menos. Pero cualquiera que necesite un rendimiento más, con eso mismo no ve un mango. Y tampoco la solución va hacer que la gente pague el triple. Así que no sé cómo va a ser. Espero que surjan ideas y cosas de todo el mundo. Con un poco de esfuerzo se puede hacer que vuelva a existir el tema de tocar, hacer una gira, lo que sea. Pero para que eso pueda suceder creo que todas las partes tienen que colaborar, primero que nada bajando los costos, de los que ganan más, que es el músico pero también el empresario. Es la única manera, porque sino los números no van a cerrar nunca, por más ganas que se ponga.