Francisco Benítez, el joven cordobés que anoche resultó ganador de «La Voz argentina» (Telefe) con el 44.3% de los votos del público, aseguró que del certamen televisivo que arrasó con el rating se lleva «la enseñanza de que la vida te puede cambiar de un segundo a otro» y la confirmación de que «la música no es para competir sino para compartir».

«Dormí muy poco pero estoy bien, en shock todavía, hoy cuando me desperté y vi el premio en la mesita de luz no lo podía creer», contó Francisco, 22 años y oriundo de “
Es que en tan solo unos meses pasó de ser un trabajador de una cooperativa eléctrica a ganar el certamen que anoche alcanzó un promedio de 24 puntos según el sitio television.com.ar y se convirtió en la emisión más alta del programa de los últimos dos meses.

A punto de transformarse en padre primerizo, además de su voz, la historia de Francisco se popularizó porque, al igual que el músico y compositor cubano Santiago Feliú (1962-2014), la tartamudez que tiene desde pequeño desaparece por completo cada vez que canta.

«Fue todo muy lindo porque pude hacer lo que me gusta y estar bien conmigo, fue una experiencia única porque me cambió la vida: desde el principio hasta el fin hubo un cambio en mí», dijo.

Anoche, de la votación final que disputaron Luz Gaggi –cuyo carisma y talento prometen una interesante carrera musical–, Ezequiel Pedraza, Nicolás Olmedo y Benítez participaron 4.600.000 personas, un récord absoluto para el envío de Telefe. Y fue allí que Francisco obtuvo el 44,3% de los votos del público (que además de convertirlo en ganador, catapultó a Soledad Pastorutti como la coach ganadora por segunda vez en el reality) seguido por Luz (del equipo de Mau y Ricky con el 27,9%), Nicolás (Lali Espósito, con el 14,4%) y, por último, Ezequiel (Ricardo Montaner, 13,4%).

«Lo que me llevo es una gran enseñanza de que todo se puede, además de las amistades que hice acá y, sobre todo, una frase que tuvo para mí un significado clave: que la música no es para competir si no para compartir», dijo.

Consultado sobre el furor del envío que se reflejó en el rating pero también en redes sociales, Benítez dice haberlo «tomado con mucha calma»: «Mi idea no era ganar si no poder hacer lo que me gusta y estar bien yo. No me importaba irme en cualquier ronda porque no me importaba la competencia si no poder hacer lo que me gusta».

«Me daba igual -agregó- si ganaba yo o un compañero; me iba a poner re contento igual porque todos se lo merecen y este premio se lo dedico a ellos porque yo no soy un ganador, somos todos los que pasamos ahí».

Ahora, con un millón de pesos bajo el brazo y la experiencia de haber brillado en los escenarios, dice que su prioridad es «volver a su pueblo con su familia, esperar la llegada de su hijo y después ver qué hacer».

«Todavía no tengo ningún proyecto musical, primero quiero pasar todo esto y después se verá porque si pienso ahora, todo junto es demasiado», concluyó.