El heredero de Marciano Cantero habla del álbum póstumo de su padre, grabado durante la crisis de 2001 y que muestra una faceta desconocida del músico.
Pero su voz, inconfundible, vuelve del más allá, gracias a su hijo Javier, quien decidió ponerse a producir y sacar un disco póstumo de su padre, con canciones que mantuvo guardadas durante más de dos décadas y que nos permiten volver a disfrutar de su talento. El título de este nuevo e inédito disco es Marciano 2001, y ya está disponible en plataformas y en formato físico.
Fue grabado un departamentito monoambiente en Paraguay y Malabia. Muestra en 12 canciones lo que le pasaba al autor en ese momento de crisis económica en Argentina, “pero también lo que le pasaba con su carrera, la separación de mi mamá y, sobre todo, su poder de transformar toda esa adversidad en genialidades sonoras”, señala el hijo, quien le está ofreciendo a los fanáticos la oportunidad de descubrir una faceta desconocida de uno de los artistas más icónicos del rock nacional.
“Yo tenía nueve y ahora tengo 32. Tengo el recuerdo muy patente de todo. Este fue el soundtrack de mi vida. Siento que hay una forma de definirlo: todos los discos de Enanitos son de Marciano Cantero, de su trabajo como profesional. Este disco es de mi papá cuando era mi papá, y de cómo era nuestra vida, cómo corrían nuestras horas mientras jugábamos y comíamos sopa de arroz en ese departamentito”.
Javier tenía el disco desde siempre, se lo guardaba como un tesoro, y fue como un legado. “Es sin duda mi disco favorito y el que forjó mis gustos musicales: Beatles, Radiohead, Oasis, Jellyfish, Beach Boys, todo eso está acá adentró. Siempre lo revisitaba, y hasta a veces con mi viejo hablábamos de él. Y él me decía que lo guarde”, cuenta al borde la emoción.
Cuando su padre murió, el dolor lo inmovilizó. Siendo también (y casi inevitablemente) músico, Javier se negó a hacer tributos y a cantar las creaciones de Marciano. “No se sentía sincero, no quería forzar nada. Pero después de un tiempo, un día puse este disco y fue como reencontrarme con él, volver a ese departamento. Y encontré de nuevo una motivación, una pasión. Entonces esa sensación de transportarme en el tiempo compartiendo con mi papá me dio muchas ganas de compartirla con todo el mundo. Le dediqué todo mi tiempo y me puse a ver la lista de canciones”.
El heredero de Marciano Cantero respetó el orden de las canciones y trató de revisar todas la tomas y versiones para poner la mejor. “Encontré una foto de él saliendo de una tienda en California donde compró alguno de los aviones que nos gustaba armar, y dije: tengo la imagen de tapa. Y me puse a hacer todo para sacar el disco. El resto fue muy dictado por él. Me dejó todo fácil. Fue algún remasterizado, algún toque, pero es un trabajo muy crudo. Fue lindo hacerlo. Y reconectar”.
Tuvo una gran recepción por parte de los fanáticos. “Lo anuncié muy pronto por ansiedad y generó mucha expectativa. Pido disculpas por eso, pero tenía que salir perfecto y, además, no sabía que había tanto papeleo. Pero el amor que le pusimos, en todos los detalles, es para ellos, para la gente que le gustaba lo que mi papá hacia”, dice el hijo de Marciano. “Este es un disco que se aleja de lo que hacían con Enanitos, que iba más hacia el rock latino. Va por otro carril, mucho más experimental, de laboratorio. Hay cinco canciones que las editaron con Enanitos, pero acá están en versiones muy puras, solo con guitarra o como eran antes de pasarle el filtro del grupo”.
Hay temas que están hechos en conjunto con Coti Sorokin, Horacio Gómez y Dani Martín. “Estaban contentos. Hablé con Coti y estaba feliz, porque fue algo muy lindo lo que hacían. Oír cómo se potenciaron para armar una dupla tremenda está genial. Coti sacaba cosas increíbles de mi papá. Dani Martín, por otro lado, lo alentaba a ir por el lado más experimental, y las canciones incluidas en este disco son ellos jugando y probando cosas en su estudio de la calle Borges, con cosas de Radiohead, con estribillos que implosionan, en contra del sentido común. Eso me encanta”.
Javier Cantero insiste en lo mucho que influyó en su vida como músico ser testigo de la creación de este disco. “Toco la guitarra y canto. Y amo este disco como si fuera uno de Oasis o de los Beatles, más allá que es de mi papá. Me encanta. Me estoy preparando para salir a tocarlo con mi banda, quiero cantarlo con la gente. Grabamos una live session del disco hace poco y pronto lo sacaremos. Se siente bien, como lo correcto y lo indicado para hacer ahora en mi vida. Es lo que siento”.
De a poco va forjando su propio camino, aunque reconoce que muchos años luchó contra ser el hijo de Marciano. “Mi viejo me pedía que le muestre lo que se me ocurría y obviamente yo no me sentía a la altura. Además, será inevitable que mi primer disco no sea comparado con el primero de él, sino con toda su carrera y sus más grandes éxitos. Me cuesta encontrar mi voz como compositor, pero estuve cantando sus canciones y me di cuenta que tengo que soltar y dejarme llevar. Me sentía intimidado por la carrera bestial de mi papá, pero me di cuenta que todo lo hermoso que hizo me ilumina. Dejé la presión autoimpuesta de lado y estoy inspirado por él”.
Javier recuerda una tarde de 2018, cuando le mostraba a su padre una canción suya. Marciano le dijo que usara un acorde, que era perfecto. “Era un acorde de ‘The Long And Winding Road’, y escuchando este disco, me di cuenta que está en la última canción, o sea, que de alguna manera todo lo que hizo fue para pasarme esa sabiduría y sensibilidad. Y a veces no te das cuenta de ese aprendizaje. Por suerte, hoy puedo darme cuenta y aprovecharlo. Me gustaría poder hacer lo que hizo él con este disco: hacer canciones para mí y, si en algún momento salen del cajón, para hacer feliz a alguien, genial”.
Javier intenta estar siempre atento, para que la inspiración lo agarre trabajando. “Noel Gallagher dijo que hacer canciones es como ir a pescar: hay que poner la caña, a veces saldrán peces grandes, a veces chicos, a veces nada. Pero hay que ir al río. Es medio estar ahí y disfrutar. Hacer música es un privilegio que quiero continuar sin inhibiciones o temores. Este es el legado que me dejó y estoy tranquilo que por suerte encontré mi fuerza interna para seguir por mi camino”, señala.
Marciano 2001. Disco inédito de 12 canciones de Marciano Cantero cantante y bajista de Enanitos Verdes, casi todas propias, a excepción de las que coescribió junto a Coti Sorokin, Horacio Gómez y Dani Martín. Disponible en plataformas.
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