El documental "Una casa sin cortinas" procura revelar los misterios y tabúes de la vida, obra y legado de la primera presidente mujer de la Argentina. Su guionista y director, Julián Troksberg, también debió desandar una historia personal que nos alcanza a todos.
“La película empezó con una idea más personal, que después la película no desarrolla –cuenta Troksberg, que nació en diciembre de 1975 y a los pocos meses se convirtió en familiar directo de desaparecidos: su padre, economista y militante de la Tendencia (el amplio espectro peronista relacionado con la izquierda y los Montoneros) fue secuestrado por las Fuerzas Armadas–. ¿Cómo podía ser peronista si el peronismo también era esto? Mi vieja no quería hablar, sí conmigo pero no en cámara, y empecé a llegar a muchos peronistas que eran marxistas. No quisieron hablar en cámara pero para mí fue de una ayuda espectacular y les agradezco muchísimo. Y después Fernando Porta, economista también, que fue amigo de mi padre y sí eligió hablar, y para mí esa línea personal fue muy atractiva; él estuvo detenido ilegalmente unos días con Isabel y eso le permitió después poder exiliarse. Y hablamos de mi viejo, de la construcción política del momento, y fue muy lindo.”
Teaser UNA CASA SIN CORTINAS (A HOUSE WITHOUT CURTAINS) from Julián Troksberg on Vimeo.
Porta es el único de una larguísima lista de entrevistados (más de veinte), que la figura de Isabel no le despierta otra cosa que lo que le provocó en su momento: condena política, desprecio moral. El resto tiene matices: un montón. “La marca que generó Isabel en mucha gente no puede despegarse del miedo que le produjo. Creo que hay algo generacional. Para un amigo crítico más o menos de la edad de mi vieja (más de 70) le producía tanto rechazo que no podía ni ver la película. En cambio, para otra gente, quienes éramos más chicos en esa época, se anima a mirar un poco el personaje.”
-¿Elaboraste alguna hipótesis respecto a estas diferentes miradas?
-Tengo dos hipótesis racionalizadas después, y por eso la película abre y cierra con los años ’80. Por un lado viene Isabel y no se sabe dónde meterla. Viene de España, no es candidata pero el peronismo la recibe como reina, se reúnen las dos CGT para recibirla, la gente gritaba ‘vamos a volver de la mano de Isabel’, estaban Tula con su bombo que dice Isabel conducción; entonces había mucho más de lo que pensamos años después. Y por otro lado en lo personal, yo era un niño en esos años, me quedó marcada esa cosa del personaje que viene de España, con acento español, con un peinado raro, como alguien que viene de Marte; no sé, ciencia ficción.”
Para quienes vinieron después de Troksberg: María Estela Martínez fue una bailarina más conocida como Isabel Perón o Isabelita, que fue la segunda mujer de Perón y logró lo que no consiguió Evita: transformarse en la primera presidenta mujer de la Argentina, encima con la fórmula más votada -por escándalo- de la historia argentina; que durante su mandato la violencia política de la Triple A (amparada por el Estado) creció a límites insoportables; que de un día para otra devaluó la moneda en el 100 por ciento; que con ella como presidenta se dio el golpe del 24 de marzo de 1976, que los militares le ofrecieron dinero y amable salida del país a cambio de su renuncia pero no aceptó y por eso sufrió cinco años de prisión y un posterior exilio en el que el silencio público resultó su mejor compañero.
-De todas maneras nadie la condena decididamente, como si hubiera cierta comprensión por lo que le tocó vivir.
-No, no creo. Algunos peronistas más de la Tendencia, que no quedaron en la película, dicen: sufrió cárcel pero no como los compañeros, estuvo relativamente cómoda. Me sorprendió (Hugo) Curto, (Juan Manuel) Abal Medina, El Canca Gullo, que estuvo preso por ella hasta 1984, pero creo que es algo más del movimiento peronista: nos peleamos pero nos arreglamos. Porque además desde la izquierda y la derecha apostaban que el golpe militar para radicalizar las contradicciones y hoy no se animan a decirlo, e Isabel se quedó. En el costo personal sí es impresionante, en un momento todos apuestan al golpe menos ella. Había una clase media fuerte, con ingresos altos, y el Rodrigazo (mediados de 1975) es como el principio del fin, el primer intento de eso que va a venir, que también muestra los límites: la derecha no logra hacerlo con el peronismo, o sea que hace falta un nivel de represión más alto y finalmente viene el golpe.”
Una casa sin cortinas. El enigma Isabel Perón. Dirección: Julián Troksberg. Guión: Omar Ester y Julián Troksberg. Lunes 22 a las 18 en el Cine Gaumont. Online hasta el 28/3 en
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