Después de que una serie de desastres naturales sin precedentes amenazara el planeta, los líderes del mundo se reúnen para crear una intrincada red de satélites para controlar el clima global y mantener a salvo a todos. Sin embargo, la solución dura poco y el sistema diseñado para proteger la Tierra empieza a atacarla. Así, en medio de un thriller impostado y un desastre que trata de rememorar desde Armagedon a 2012 pasando por alguna otra película catástrofe de fin del mundo, Dean Devlin, casi en su debut cinematográfico (sus antecedentes, y de los buenos, están en la producción), lleva la película por terrenos que resbalan tanto que termina aburriendo.
Por momentos parece que irá hacia la leve parodia del género, por momentos que quiere copiarlo con fidelidad para conseguir el entretenimiento que busca pero se le escapa más fácil que el agua entre los dedos. La sucesión de escenas, por ejemplo, de la catástrofe que se desata, carecen de atractivo; las escenas en las que la trama se va comprendiendo, y se desarrolla, carecen de la tensión dramática indispensable en cualquier producto, incluido Hollywood, pese a que a veces se crea que lo único que necesita un buen tanque de esa industria sea una afiata parafernalia de efectos especiales.
En ese zigzagueo constante se va un film que había despertado muchas mejores expectativas que las que definitivamente concreta.
Geo-Tormenta (Geostorm. Estados Unidos, 2017). Dirección y guión: Dean Devlin. Con: Gerard Butler, Abbie Cornish, Andy Garcia, Ed Harris, Jim Sturgess, Talitha Bateman, Richard Schiff, Mare Winningham, Eugenio Derbez, Alexandra Maria Lara. 109 minutos. Apta para todo público con leyenda