Alejandro Fantino e Intratables finalmente se encontraron. El conductor de los envíos escandalosos de panelismo futbolero y de las trasnoches de operaciones abiertas coincide con el programa de escándalos y agite político del prime time de la TV abierta. Lo que se dice una reunión cumbre. Por ahora, los números no arrancan.
Alejandro Fantino asumió la conducción de Intratables como parte de una serie de cambios para revitalizar la alicaída programación de América. El conductor abandonó Fantino a la tarde, donde nunca logró un rating consistente, y asumió ser la gran figura del ya clásico envío de panelismo político que, según dijo, “soñaba conducir”. Lo que se dice tener aspiraciones.
Alejandro Fantino surgió como un relator deportivo de registro chispeante y fervoroso a comienzos de la década del ’90, en Radio Mitre. Su popularidad lo llevó a la naciente industria de la TV por cable de deportes. Así, luego de pasar por varios envíos de suerte dispar en TyC Sports –que incluyó la conducción del embrionario Código F, antecedente de lo que luego sería Estudio Fútbol– se hizo cargo de un programa donde encontraría su mejor forma: Mar de fondo. En una atmósfera relajada y fuera de la agenda agresiva que empezaban a adquirir los programas deportivos de TV, logró momentos de entrevistas intimistas donde se pudo conocer el lado oculto de muchos deportistas, por lo general futbolistas. Muchos fragmentos de esas entrevistas todavía hoy mantienen muchas vistas en YouTube o son revisitadas por programas de archivo.
El éxito y la buena forma de ese envío –sumados a su trayectoria que mantenía y se ampliaba en la radio– lo llevaron a la TV abierta. Manteniendo en paralelo su carrera como conductor de ciclos de interés general con su trabajo dedicado al deporte.
Otro hito de su carrera aparece a mediados de los 2000 con la aparición de Animales sueltos, ya en la pantalla de América. Animales sueltos comenzó como un programa de variedades que alternaba entrevistas a personajes mediáticos con la cosificación de mujeres. La dupla con Coco Sily y la facilidad para generar un clima distendido para la entrevista –y cierta habilidad de mezclar registros sin caer en el ridículo– generaron cierta atención. Jorge Guinzburg en La Biblia y el calefón ya había sentado las bases del género conversación de extraños-parecidos, de la cual Fantino construyó una versión clase Z.
No obstante, el creciente interés en la agenda política, sumado a una exploración en lo redituable que le resultaba a Fantino la entrevista personal hizo que el programa fuera mutando hacia un programa de debate de temas más serios, hasta convertirse en un programa político hacia 2012. El conductor tiene un estilo de entrevista en la que se ubica en la posición complementaria y subordinada en relación al entrevistado, que por lo general permite que se relaje y hable libremente. El latiguillo tan mentado: “pará, pará, pará, ¿vos me querés decir que…?” y repetir de manera automatizada cualquier estupidez, genialidad u obviedad que haya dicho el entrevistado es la señal de ese juego. Fantino actúa como si fuera menos perspicaz que su entrevistado y también que sus televidentes. Un gag curiosamente efectivo.
También en América condujo un programa de debate deportivo posfecha llamado El show del fútbol donde reunió a una fauna diversa de periodistas partidarios, exfutbolistas sin mucha dicción e incluso algún árbitro de alto perfil. Allí desplegó toda su capacidad para generar repercusión a partir de cualquier tontería, improvisar peleas más inverosímiles que las de Mauro Viale y repetir infinitas veces anécdotas ya conocidas, la gran mayoría de ellas a cargo del exhincha de la Selección argentina, Oscar Ruggeri.
Mientras tanto, en otro lugar de la programación de América, Intratables nació como un programa de espectáculos con panelistas. Algo así como un programa de la tarde pero a la noche. No obstante, muy rápido encontraron el yeite de agitar la grieta, junto con la construcción de perfiles extremos entre sus panelistas. Empleando una técnica bastante común en estos envíos se construyen personajes opuestos y una falsa idea de pluralidad. Los “fenómenos” de Paulo Vilouta –como hombre común– y Diego Brancatelli –casi como caricatura de militante kirchnerista– son la prueba palmaria de un programa que no quiere discutir nada seriamente.
Fantino e Intratables, que se quisieron siempre, que crecieron juntos en el agite de la grieta y el empobrecimiento creciente del panelismo político en TV, finalmente se encontraron. Los primeros números de este encuentro promedian los dos puntos de rating. Un resultado pobre y preocupante. Pero Fantino ha demostrado su capacidad para encontrar pepitas de rating en el fango más espeso. Si hace falta, volverán las entrevistas personales. Si hace falta, volverán los ex futbolistas y las anécdotas del Mundial 86. Si hay algo que Fantino no escatima son recursos remanidos. «
INTRUSOS 2021
Conducción: Alejandro Fantino. Panelistas: Diego Brancatelli, Paulo Vilouta, Debora Plager, Claudio Savoia, Gustavo Grabia, Martín Candalaft. Lunes a viernes de 21:30 a 23:30, por América TV.
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Malísimo la conversión de intratables! Fantino un desastre siempre piensa en el deporte.. y esto es política y actualidad