Este miércoles 30 de agosto en el Museo del Cine se presenta Ariel, la película de Alison Murray que cuenta la historia de un hermano y una hermana que por primera vez en su vida adulta regresan a su país natal, Argentina, donde empiezan una búsqueda de su identidad que hasta el momento habían postergado -en el mejor de los casos-, cuando no negado, por aquello de que “de eso no se habla”. La película tuvo su primera función en la presentación de Tango BA Festival y Mundial 2023, ya que, en el periplo de los protagonistas, cruza el tango en la ciudad con la búsqueda de nietos de las Abuelas de Plazo de Mayo, ampliando de manera novedosa, el abanico de los rasgos identitarios de una cultura.

“Ese cruce del tango con los derechos humanos me pareció interesante, porque nunca se agota tener un testimonio más, una historia más sobre los hijos apropiados”, afirma Cristina Banegas, quien en el film hace pareja con Gerardo Romano. La actriz cuenta que la directora la contactó porque necesitaba actores argentinos “que tuvieran un inglés no muy bueno, porque interpretamos a dos argentinos que nos hemos escapado a Canadá hace años, con ese acento de la gente mayor que nunca termina de aprender el idioma y de perder su acento”, resume entre las razones más evidentes, para no entrar (acaso por pudor) en las más profundas: su enorme estatura actoral.

Se puede decir que Murray pertenece de lleno a la más reciente Modernidad: nació en Nueva Escocia, se crió en Inglaterra y hoy está radicada entre Canadá y Buenos Aires; aquí tuvo dos hijos y se convirtió en campeona de tango en 2014. La directora de Ariel declaró que fue “capturada por la belleza de la ciudad a partir de la película Happy Together”, de Wong Kar-wai, y en 2005 viajó a Buenos Aires a tomar clases de tango. «El 2023 marca el 40 aniversario del fin de la última dictadura militar en la Argentina, una dictadura respaldada por EE.UU, con su ‘Operación Cóndor’. Esta dictadura impactó directamente en mi familia. Estoy feliz de ver la reciente nominación al Oscar y el premio al Globo de Oro de la película Argentina 1985, que analiza lo que sucedió en los años inmediatamente posteriores al colapso del régimen.”

La directora Alison Murray (izq.) junto a Cristina Banegas (der.), durante el rodaje de Ariel.

Sin especificar cuál fue ese impacto directo, Murray enhebra una historia de tono trágico griego, aunque con un desenlace algo más esperanzador, pese a las secuelas sin fin con el que la dictadura marcó la historia argentina. “A mí me parece que es necesario militarlo siempre”, dice Banegas respecto al tema de los derechos humanos y la referencia de la realizadora al film de Santiago Mitre protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani. “Son historias que siempre van a estar presentes y a las que siempre tenemos que responder, acompañar, militar. Tal vez ahora es un momento crítico de nuestro país y está bueno que aparezca esto, está bien que se siga pensando, trabajando sobre esto. Y que se siga haciendo ficción y todo lo que se pueda en relación a los derechos humanos, a los hijos apropiados, a los nietos. Es parte de nuestra historia, de la parte más oscura y es importante que siempre se resignifique en cada película, en cada obra, cada libro, cada medio que lo tome como temática.”

-¿Y por qué creés que pese a tanta obra, película, libro, juicios a genocidas, restitución de identidades y reconocimiento internacional, el negacionismo vuelve con tanta fuerza?

 Siempre hubo negacionismo, pero ahora está más presente porque los fachos están en los medios; no porque sea algo de ahora lo de la teoría de los dos demonios, los excesos. Está más presente porque están más visibles, tienen más impunidad para expresar las barbaridades que expresan. Pero no me parece que sea algo que antes no estuvo presente, siempre lo estuvo.

Respecto a algunos episodios del pasado (desde quema de teatros por exhibir determinadas obras hasta asonadas militares) que ante tanto juicio y condena en las últimas décadas parecen de los tiempos de las cavernas, Banegas dice que “en 1984 todavía no estaba muy instalada la democracia; había problemas, todavía. Sigue habiéndolos: los negacionistas siguen siendo negaciones, los fascistas, fascistas. Pero aquí estamos nosotros para resistir”.

Cristina Rosato y Raphael Grosz-Harvey interpretan a dos hermanos que regresan de Canadá para buscar su identidad.

-¿Aunque esta vez el negacionismo, como en el caso de Milei, ganara por el voto popular?

-Los espacios de la cultura, el teatro, el cine, la literatura, la pintura, la escultura funcionaron como espacios de resistencia durante la dictadura, y algunos lo pagaron caro. Pero volveremos a la resistencia si es así, si viene así la mano, si ganan. Cosa que espero que no ocurra. Habrá que volver a hacer la oposición, a militar y a resistir.

Banegas no se anima a ir más allá de ese futuro que los días que corren indican con buenas probabilidades de concretarse. Pero como siempre, entre ese futuro temido o anhelado, y el presente, hay un mientras tanto que se hace difícil transitar; más en tiempos en los que la ansiedad, la desilusión y el desánimo (que cada cual le dé el orden que quiera) rigen cual faraones el cotidiano. “Creo que hay muchas formas de resistencia que ayudan (sonríe). Ahora están las reuniones en las plazas. La del domingo en la que estuvo Ofelia Fernández fue multitudinaria; aparecen las acciones de resistencia. Y creo que eso es muy valioso. Es importante que la sociedad piense, reflexione y tenga una relación con el futuro como posibilidad reparadora de todos estos años tan difíciles que hemos pasado, que hemos compartido. Vamos a ver”.

Ariel

Una película de Alison Murray. Con Raphael Grosz-Harvey, Cristina Rosato, Eleonora Wexler, Cristina Banegas, Gerardo Romano y Juan Malizia. Miércoles 30 de agosto a las 17 en el Museo del Cine, Agustín Caffarena 51.