En un intento por reflejar la complejidad humana, el dramaturgo y director Christian Ortiz escribió Tres vidas para Oswald, una obra acerca de Osvaldo, un hombre común, de clase media, que analiza diferentes situaciones cotidianas que le tocan vivir. Así, se lleva a escena su mirada sobre el amor, la pareja, los hijos, el trabajo o la relación con su propia madre. Y todo visto bajo la lupa del humor, para que lograr una identificación y empatía con el público.
El actor Maxi Ghione es quien encarna a Osvaldo, mientras que Claribel Medina interpreta a las tres mujeres que se relacionan con él durante la pieza. Un desafío que la actriz asumió con ganas. “Cuando Christian Ortiz me propuso entrar en el proyecto me sentí atraída por la idea, pero no contesté inmediatamente; quería pensarlo, leer el texto bien. Me tentó estar con Maxi, con quien nunca había trabajado; nos hemos cruzado en elencos como el de Los Roldán, pero nunca compartimos una escena. Además el guión era sólido, divertido, y me maravilló esto de hacer tres personajes dentro de una misma obra”, cuenta Medina.
Los papeles que desarrolla, cuenta la actriz, pueden hablar acerca del desamor, los fracasos, o los propios defectos de carácter. “También aborda lo complejo que es para la mujer la maternidad. Transitarlo desde el lado del humor ayuda a mostrar que ninguna vida es suficiente si uno no cede y se adapta. Sin paciencia y serenidad, nada se sostiene. En mi caso, me toca encarnar a tres mujeres, cada una con sus propios conflictos. Hay una manera de mirar el amor distinta en cada una de ellas. Pero la obra no pretende ser una enseñanza en lo más mínimo, sino demostrar que cada uno elige cómo tomar cada cosa que le pasa”, comenta la protagonista.
Tres vidas para Oswald apela a distintos recursos del género, ya que es una obra hilada por una base de stand up, a cargo de Ghione, quien hace un monólogo cuando cada historia termina. “Está bueno, porque muestra qué le pasa a él como hombre ante el embarazo de una mujer, qué le pasa ante una infidelidad, qué le pasa cuando Dios es más importante que nada, o cuando quiere poner todo en función de la pareja y no hay individualidad. Creo que muchas personas se van a sentir identificadas pero no ofendidas, y si la mirada es compasiva o no, lo decide el público mientras se ríe”, aporta Medina.
La actriz trabajó los tres personajes que tiene a cargo de distintas maneras. “En el texto estaban bastante definidos, pero una le pone su impronta. Nuestro juego es adornar esos personajes, darles vida. El ensayo te da ese tiempo tranquilo de la creatividad, donde vos vas buscando y armando a cada una de estas mujeres, en la interacción con el otro aparecen cosas que no están en el texto, y que se van sumando. El corazón se te sale del pecho cuando sentís que vas bien por este camino”. Cada una de esas mujeres interactúa con los distintos tipos de cónyuge que el personaje de Osvaldo despliega. “Es un desafío, pero cuando entras en escena se convierte en un juego interesante, porque sentís que te fusionas con todo: las luces, los sonidos, la música, la escenografía, el vestuario, todo ayuda para terminar el trabajo. Como actriz amalgamás lo que estuviste creando sola en tu cabeza o leyendo el guión con todo eso, y ese proceso me encanta”.
En cuanto a la conexión con el público y la importancia de que puede tener para un proyecto teatrl contar con una figura popular como ella, Claribel Medina opina: “Estamos viviendo momentos en donde la gente tiene ganas de reírse. Lo que sostiene todo es las ganas del público de prestarse a ese juego, no importan los nombres. Esta es una historia basada en el absurdo, y eso es atractivo. Después, para mí, como actriz es lo mismo. Yo encaro con la misma intensidad todo lo que hago. Siento que cada trabajo es un mundo, camino por la comedia, el drama o la comedia dramática, con el mismo deseo. Me encanta hacer de todo.”
En paralelo a Tres vidas para Oswald, la actriz conduce El show del problema, uno de los programas de la tarde de El Nueve. “Me da placer hacerlo, me siento cómoda, siento que puedo divertirme y jugar de una manera distinta a la que lo hago filmando una tira, o arriba de un escenario. Son mundos distintos que trato de no mezclar”. Sin embargo, siente que su mayor libertad creativa está en el teatro. “Es una vía para contar millones de cosas y en este país es una bendición cómo la gente espera los espectáculos. Es maravillosa la cantidad de teatros que tiene este país, hay de todo y para todos los estilos. En el rincón más pequeño, donde no lo esperas, aparece un teatro increíble. Te lo digo porque en las giras conocí la potencia y el amor que tienen los argentinos por el teatro. Y eso hay que valorarlo. La gente ama esos lugares de encuentro. Eso me da orgullo y admiración. La ansiedad de la gente por verte te da fuerzas, y una espera que se abra el telón y empiece la magia”.
Tres vidas para Oswald
Una obra escrita y dirigida por Christian Ortiz. Con Claribel Medina y Maxi Ghione. Todos los jueves de agosto y septiembre, a las 20.30, en el Teatro Premier, Av. Corrientes 1565.