Dinámica y sin bajada de línea, el nuevo título de animación de Warner consigue divertir, a la vez que invita a la reflexión sobre la relación entre los adultos y los niños.
Sin caer en la nostalgia de que todo pasado fue mejor, pero sí poniendo énfasis en las contradicciones de un tiempo que se cree mejor que los que lo precedieron, la película de animación de Warner cuenta cómo las cigüeñas, que pasaron de entregar bebés a repartir celulares y otros adminículos modernosos, ven peligrar el negocio por una humana.
Sin entrar en detalles, el fin de la entrega de bebés por parte de las cigüeñas se atribuye a un episodio en el que una de ellas miró a los ojos a un chiquilín, quedó encandilado (el género no lo establece la especie, sino que hay cigüeñas macho y hembra) y reclamó su tenencia, produciendo el colapso de todo el mecanismo de entrega. A partir de ahí, las cigüeñas forman parte de una gran corporación a la que todos quieren presidir: alcanzar la jefatura equivale a la explosión de un Big Bang.
Sin embargo, la humana en cuestión (a la sazón la chica que aquella vez no fue entregada como correspondía), y un chico, hijo único al que sus padres le dan menos tiempo para jugar y pasarla juntos, que harán lo impredecible: él pedirá un hermanito, ella, recluida en la vieja oficina de cartas con pedidos de bebés, tratará de cumplirlo. Así el film comenzará a andar dinámico y seguro sobre su objetivo de hacer entender al mundo que es mejor si tiene niños, y mejor aun si los adultos juegan con ellos y de paso se divierten un poquito, que falta que les hace.
Sin falsas morales ni discursos admonitorios, y acaso sin quererlo, Cigüeñas apunta sobre uno de los temas del futuro cercano: una baja natalidad convierte al mundo en un sitio de adultos, algo que históricamente la humanidad no había conocido y por lo tantos está lejos de prever sus consecuencias. Incluso plantea, aunque en términos secundarios, que el jugar y prestar atención a los chicos está más relacionado con pasar un buen momento ahora que por un potencial beneficio a futuro.
Veloz y efectiva como sonrisa de bebé, Cigüeñas hace reír y emocionar casi por igual, y deja un lindo gusto a haber podido aprender algo nuevo sobre eso que solemos llamar humano.
Cigüeñas (Storks. Estados Unidos, 2016). Dirección: Nicholas Stoller, Doug Sweetland. Guión: Nicholas Stoller. Voces originales: Andy Samberg, Kelsey Grammer, Jennifer Aniston, Ty Burrell, Danny Trejo. 92 minutos. Apta todo público.
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