Alberto Castillo, el cantor que desafió a los pitucos, lamidos y shushetas

Por: Sebastián Feijoo

Se cumplen 20 años de la muerte de un emblema del tango y nuestra música popular. Castillo inauguró un estilo personalísimo que construyó puentes con diversos géneros.

Para los más incautos, Alberto Castillo era ese señor de las ocho décadas que paseó muecas, arengas y palabras junto a Los Auténticos Decadentes en la revitalizada versión del clásico «Siga el baile» (1993). Un hombre de tango pintoresco, simpático y trajinado. No mucho más. Pero ese mismo cantor comenzó una carrera fulminante en los ‘40, cuando desafió los cánones de la época, construyó un estilo singular –de afinación precisa, tono provocador y fraseo angular– y conquistó el corazón de los sectores populares que lo adoptaron casi como una reivindicación. Castillo siempre abrazó ese sentido de pertenencia y cuando consideró necesario hasta se bajó del escenario para defenderlo a trompadas. Hoy se cumplen 100 años de su nacimiento y su recuerdo les gana a las imposiciones del tiempo. 

Alberto Salvador De Lucca –nombre con el que nació– comenzó a conocer el mundo el 7 de diciembre de 1914, vivió su infancia en Floresta y ya a los siete años cantaba con entusiasta convicción. Por esos tiempos también alternaba entre la barra de sus amigos de Flores y la de sus primos de Mataderos. Acaso de tanto patear aquellas calles y potreros surgió su sensibilidad e identificación con las necesidades populares y la distancia con los «pitucos, lamidos y shushetas» que marcó su carrera. Hijo de inmigrantes italianos, Castillo también encarnó el sueño de ascenso social de la época cuando se recibió de médico –se dice que cuando el ritmo de trabajo lo permitía amenizaba las guardias con algunos tangos– y más tarde de ginecólogo.

Luego de breves pasos por las formaciones de Julio De Caro (1934), Augusto Berto (1935) y Mariano Rodas (1937) y poco antes de terminar sus estudios, en 1939 fue convocado por el mítico director de orquesta de Ricardo Tanturi y comenzaría a hacer historia. El tono bailable y directo de la agrupación del pianista alcanzaría una nueva dimensión con el primer Castillo. El cantor ya desde sus primeras apariciones comenzó a desplegar su estilo singular y gran carisma. Su tono era altivo, pero todavía jugaba con un abanico de matices. Tanturi y Castillo alumbraron clásicos como «Recuerdos», «Noches de Tango», «Moneda de cobre» y «Esta noche me emborracho». Pero el máximo emblema fue y es «Así se baila el tango». «Qué saben los pitucos, lamidos y sushetas, qué saben lo que es tango, qué saben de compás? Aquí esta la elegancia, que pinta, que silueta, que porte, que arrogancia, que clase pa’bailar», cantaba y agitaba. La hinchada se venía abajo. Pero de vez en cuando también se armaba alguna trifulca a las que Castillo no les sacaba el cuerpo. Su carisma y el crecimiento exponencial de su popularidad hicieron que en 1943 abandonara a Tanturi y armara su propia orquesta. Su primer director fue el violinista Emilio Balcarce, que más tarde haría historia con Osvaldo Pugliese primero y con el Sexteto Tango, después. Desde entonces la voz de Castillo ganaría cuerpo y paulatinamente acentuaría sus dotes histriónicos, el arrastre de su fraseo y su tono zumbón. En esta etapa se destacaron «La que murió en París», «Los cien barrios porteños», «La copa del olvido» y una nueva versión de «Así se baila el tango». Con el tiempo también abriría su repertorio a otros ritmos. En ese ámbito, el candombe «Siga el Baile» se transformaría en su nueva nave insignia. 

Jorge Dragone fue pianista y arreglador en la orquesta de Castillo desde 1955 hasta la muerte del cantor, el 23 de julio de 2002. «Cuando entré el director era el bandoneonista Ángel Condercuri. Era una orquesta solvente, que sabía lo que quería. Nuestro objetivo era que brillara el cantor: no opacarlo con arreglos traídos de los pelos ni cosas raras. Creo que ese objetivo se cumplió bien. Cuando Castillo decidió incorporar candombes y pasos dobles, entre otras cosas, nos supimos adoptar. Se trabajaba mucho, hacíamos muchas giras por América y Europa. Alberto siempre fue una gran persona, con un humor muy vivaz», relató Dragone en diálogo con Tiempo, poco antes de su muerte en mayo de 2020. 

Las experiencias de Castillo con ritmos por fuera del tango no fueron las mejor recibidas en el ambiente. Aunque su trabajo con el candombe obtuvo muy buena repercusión aquí y en el Uruguay. Y con el tiempo fue reivindicado por colegas abocados a estudiar y avivar el aporte de la cultura afro en el tango y la música popular argentina en general –Juan Carlos Cáceres fue una de las máximas figuras de esta corriente–. Pero el factor determinante en la carrera de Castillo fue su voz, su fraseo y personalidad. Hoy resulta imposible comprender en profundidad el impacto de su figura en los ’40. Exige dejar de lado casi los 80 años de cultura posteriores. Su porte desafiante, su despliegue escénico y sus reivindicaciones clasistas eran algo inédito que rara vez dejaba espacio a la indiferencia: lo amaban o lo rechazaban con el mismo fervor. Pero eran muchos más sus seguidores incondicionales. 

Castillo y su orquesta sufrieron las implicancias del golpe del ’55, la explosión del Club del Clan y las nuevas estrategias de las industrias culturales globales. El declive era inevitable. El cantor se las arregló para seguir trabajando, aunque cada vez en forma más espaciada. Pero en 1993 una idea le regaló un reencuentro con los grandes escenarios y las nuevas generaciones. Un Castillo ya grande, algo desmejorado, pero siempre entusiasta se juntaba con Los Auténticos Decadentes para grabar otra versión del clásico «Siga el baile» (1993) –ver recuadro–. Nuevamente Castillo sonaba en las radios y era requerido para shows y presentaciones varias.  

Su hijo Alberto Jorge De Luca reflexiona: «Yo no tengo nada que ver con la música –n. del r.: es obstetra–. Pero papá dejó una estela de cariño que no se extingue. Creo que su máximo valor fue la autenticidad. Tenía un color de pueblo que no se puede impostar. A la corta o a la larga, la gente se da cuenta si está forzado. Para cuando el viejo apareció con Tanturi todos querían ser como Gardel. Él sacó a relucir una personalidad avasallante que no se parecía a nada. Ya pasaron casi 70 años de su época de esplendor y a su manera sigue brillando. A su velatorio se acercó gente de la política, de la cultura y también personas muy muy modestas. Me acuerdo como si fuera hoy de un señor y su amigo que vinieron con un ramito de flores. Se me acercaron y uno de ellos me dijo: ‘Le pido disculpas por cómo estamos vestidos. No tenemos otra cosa. Pero no podíamos fallarle: su papá cantaba para nosotros’.»

Sin lugar en los debates sobre cuál fue el mejor cantante de la historia del género –divertidos para una charla de café, inocuo porque el arte no resiste rankings–, Castillo supo construir una obra y un mito sin fotocopias que le valieron un lugar distintivo en la historia del tango. Un orgullo para muy pocos.

Alberto Castillo: 7 de diciembre de 1914 – 23 de julio de 2002.


Su influencia en cantores actuales 

Walter «Chino» Laborde

«Del gran Alberto Castillo me gusta prácticamente todo. En él nada tiene desperdicio. Disfruto de su expresión natural, el color de su tono, el uso inteligentísimo de su media-voz y el manejo de los matices –de su voz «chiquita» a la ‘gigante’–. También su porteñismo: todo lo que su figura representaba para los argentinos, incluso para los detractores que nunca faltan. Su gracia arriba y abajo del escenario era inigualable. Lo que lo diferencia del resto de los cantores del siglo XX, la gran mayoría de ellos verdaderos monstruos sagrados, es el dominio de una afinación perfecta. Es de los más destacados en ese rubro, a la altura de Gardel y Charlo. Me influyó en prácticamente todo.»

Black Rodríguez Méndez

«Es un icono. Como cantor creo que tuvo varias etapas. Lo que vimos en la última época era lo que yo llamo ‘El Muñeco’, algo parecido a los que pasó en los años finales del Polaco Goyeneche. Ese fue el Castillo que pegó en el público rockero. A mí me gustaban más sus etapas previas. Es realmente admirable cómo construyó un personaje diferente a todo en un ámbito como el tango. De niño no podía dejar de verlo y escucharlo cantar cuando aparecía en la televisión. En la consideración general su carisma posterga al cantor. Pero tenía mucho oficio y recursos.»

Hernán “Cucuza” Castiello

«Castillo muchas veces es subestimado como cantor. La gente suele hacer foco en su carácter popular, que no es para nada poca cosa. Pero tenía una oreja y una afinación como pocos. Un oído casi absoluto. Si no me equivoco esto lo destacó el mismísimo Emilio Balcarce, un músico enorme. Inventó un protagonismo que hasta ese entonces los cantores de orquestas no tenían. Otra de sus virtudes era que su estilo era totalmente identificable al instante. Escuchás dos palabras y ya sabés que es Castillo. Eso tampoco pasaba ni pasa tan seguido. Me gusta Castillo como cantor y como símbolo popular.»

Compartir

Crece la interna del gobierno: Villarruel apuesta a un espacio de centro-derecha para disputar las listas del 2025

La vicepresidenta sigue con su armado territorial. En su entorno sostienen que puede representar a…

6 horas hace

Tras la adhesión de Córdoba al RIGI, denunciaron al gobernador y otros funcionarios

Centenares de profesionales de distintas disciplinas realizaron una denuncia penal contra el gobernador cordobés, legisladores…

6 horas hace

Las pymes industriales advierten que en 2025 pueden caer 300 mil empleos por el cierre de 25 mil empresas

El sector está en alerta por la falta de una "política industrial" ante el posible…

7 horas hace

Más de 10 mil piqueteros marcharon y Bullrich no pudo activar el protocolo represivo

El "ollazo" organizado por el Frente de Lucha Piquetero se desplazó por el centro porteño…

7 horas hace

El FMI confirmó que ya negocia un nuevo acuerdo con Argentina

Lo admitieron voceros del organismo en Washington. El Gobierno quiere dinero "cash" para pagar vencimientos…

8 horas hace

Ventanas a un mundo poco visibilizado: el de niñas, niños y adolescentes que viven en hogares

Una muestra fotográfica refleja las realidades de chicos y chicas institucionalizados. Hay más de nueve…

8 horas hace

La Corte declaró prescripta la condena contra Domingo Cavallo por los sobresueldos

También anuló la prohibición para ejercer cargos públicos. Había sido condenado por el pago de…

9 horas hace

El gobierno envió al Congreso el proyecto para eliminar las PASO pero no está claro si llamará a extraordinarias

El gobierno giró el proyecto de Ley para eliminar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias…

10 horas hace

Diputados del PRO y la UCR se disputan la banca de un legislador fallecido y agitan una nueva interna en medio de la rosca por el Presupuesto

El fallecimiento del fueguino Héctor Stefani abrió una pelea por la banca que se disputan…

10 horas hace

Construcción: en octubre aumentó el costo y el salario no se movió

El ndec registró un aumento del costo del 1% y las empresas registraron una variación…

12 horas hace

Lógica matemática, comprensión lectora y administración: cómo es el examen del Gobierno a empleados públicos

Habrá tres tipos de evaluaciones: para servicios generales, administrativos y profesionales. El personal tendrá que…

12 horas hace

Ciencia para todo público: este jueves llega la Noche de las Universidades

Comenzará a las 19 horas en todas las universidades públicas del país, en conmemoración al…

13 horas hace