Desde el palco los oradores exigieron un paro nacional para poner fin a los despidos y reincorporar a los cesanteados. Con críticas a Moyano, las organizaciones anunciaron su participación en la marcha del 21 de febrero.
Los trabajadores estatales están siendo blanco de una nueva oleada de despidos que llegaron a cuatro mil sólo durante el mes de enero. Por eso la marcha tuvo como protagonistas salientes a los trabajadores del INTI que partieron temprano desde las instalaciones de Migueletes con unos treinta micros y decenas de automóviles, lo mismo los trabajadores del Hospital Posadas que fue otro de los cuatro puntos de encuentro elegidos por los organizadores para dar comienzo a la jornada. Las otras columnas avanzaron desde el Puente Pueyrredón y desde la autopista Richeri. Luego confluirían en 9 de Julio y avenida de Mayo para marchar juntos hasta la plaza.
También estuvieron los mineros del carbón del Río Turbio que, al igual que los trabajadores del INTI, mantienen su planta ocupada hace semanas en rechazo de los 500 despidos, los trabajadores del Senasa y los integrantes del Ballet Nacional que resisten el cierre. También participaron los docentes universitarios de la CONADU Histórica.
Pero la marcha, que se adelantó a la convocatoria impulsada por Hugo Moyano y que fue avalada por el Consejo Directivo de la CGT para el 21 de febrero, se transformó en un punto de referencia y agrupamiento de más sectores que excedieron a los empleados públicos.
Comenzando por los movimientos sociales agrupados en el triunvirato piquetero (CTEP, CCC, Barrios de Pie) y el Polo Obrero que aportaron miles de manifestantes. Trabajadores del sector privado también estuvieron a través de la Federación Azucarera Regional que contabiliza más de mil despidos, los aceiteros, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires, el Sindicato Único del Neumático de la Argentina (SUTNA), el SITRAIC, la seccional oeste de la Unión Ferroviaria entre otros sindicatos y sectores en conflicto que vieron en la movilización una vía para que se expresen sus reclamos.
Ya en la plaza, pasadas las 14 horas, hicieron uso de la palabra varios oradores empezando por Nora Cortiñas que, en nombre de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, señaló que todos los despedidos son imprescindibles y reclamó su incorporación.
Luego hablaron los representantes de los conflictos que se están desarrollando: Rafael Vargas de la Federación Azucarera Regional del NOA, los delegados del INTI, del SENASA y del Hospital Posadas.
Luego fue el turno de los sindicatos y organizaciones convocantes. La apertura estuvo a cargo de Romina Del Plá, secretaria general del Suteba La Matanza, dirigente de la Coordinadora Sindical Clasista y diputada nacional por el Frente de Izquierda. También hicieron uso de la palabra Freddy Mariño de la Corriente Clasista y Combativa, Tato Dondero del SiPreBA, Rafael Klexer de la CTEP, Jorge Adaro de Ademys y Walter Córdoba de Barrios de Pie. El cierre estuvo a cargo de Ricardo Peidro secretario adjunto de la CTA «Perón».
En la apertura, Del Plá destacó que la movilización hizo confluir los conflictos, desde el sur hasta el norte del país y puso sobre la mesa el método de la huelga y la ocupación para enfrentar los despidos. Además, destacó que al igual que los cacerolazos nocturnos contra la reforma previsional, los conflictos están siendo acompañados por verdaderas puebladas como en Azul, el Río Turbio y en San Ignacio. Por último, planteó que es necesario un paro activo nacional para derrotar el plan de guerra del gobierno. Si bien adelantó que su corriente participará en la jornada del 21 y en todas las instancias que se presenten, propuso un congreso de delegados de base con mandato porque no pueden negociar por nosotros los burócratas que negociaron la reforma laboral.
En el cierre Ricardo Peidró la emprendió contra la CGT señalando que a ellos «no nos van a correr con carpetazos» y que «el ajuste tiene un cómplice que es modelo sindical empresario que siempre hemos rechazado.
Con escasas excepciones (la CTA Perón no terminó de definir su actitud) los participantes coincidieron en reclamar un paro nacional y, no sin críticas a Hugo Moyano y al sindicalismo empresario, adelantaron que serán parte de la concentración del próximo 21 de febrero en una columna diferenciada que se organizará este sábado en un plenario a realizarse en el Hospital Posadas.
La marcha, referenciada en los conflictos existentes, cumplió su objetivo de ofrecerse como una continuidad de las movilizaciones contra la reforma previsional de diciembre y de inaugurar el ciclo de movilizaciones que deberá enfrentar el gobierno en 2018 si es que pretende seguir avanzando con los despidos y las reformas que todavía no ha podido implementar.
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