La salida de Jorge Ferraresi de la intervención administrativa de Edesur tuvo una explicación oficial: el funcionario completó su misión en la distribuidora eléctrica al crear un plan de obras junto con los intendentes que dirigen en la zona de cobertura de la empresa.
Ferraresi lo señaló así en su cuenta de la red social Twitter, en la que señaló: “Hemos presentado un diagnóstico en base a un relevamiento territorial, sus informes y el plan de acción para que nuestros vecinos y vecinas dejen de sufrir problemas por falta de inversiones. Con la ruta trazada, consideramos que la actuación como interventor está cumplida”.
Ese plan fue presentado el lunes 24 de abril por el ministro de Energía, Sergio Massa, la secretaria de Energía, Flavia Royon, y el propio Ferraresi. Estipula una inversión de $ 7000 millones que se fondearán con el 37% de los nuevos ingresos que percibirá Edesur por los aumentos tarifarios.
Al momento de la puesta en escena del programa de obras, no había señal alguna de que Ferraresi hubiera cumplido su misión. Massa aseguró que “ahora viene una etapa de trabajo”, en la que incluyó al intendente de Avellaneda. A su turno, Ferraresi exclamó: «El control y el seguimiento de las obras lo haremos con los intendentes”, incluyéndose en las tareas de la etapa siguiente.
Tiempo pudo confirmar en dos intendencias de la zona sur del Gran Buenos Aires que no tenían señal alguna de que el interventor en Edesur fuera a renunciar a su cargo. De hecho, su intervención arrancó el 21 de marzo y se extendía por 180 días, pero solo llegó a 50 jornadas.
Todo esto sería una anécdota si no fuera porque la razón detrás de la salida de Ferraresi podría estar más vinculada a una pulseada económica y política con una multinacional que ha sido apuntada por el gobierno nacional como responsable de la pésima calidad del servicio eléctrico en la zona de concesión.
La multinacional en cuestión es Enel, la semi estatal italiana propietaria de Edesur y que le puso el cartel de venta a todos sus activos en el país. Los más rentables ya los vendió: las centrales generadoras de energía Costanera y Dock Sud. Le quedan en el portafolio dos activos más: Edesur y la central hidroeléctrica Chocón, en Neuquén.
Enel no consigue comprador para Edesur. En el mercado financiero circulan las versiones acerca del regateo constante que realizan los potenciales compradores con el objetivo de bajarle el precio a mínimos “insostenibles” según Enel. Y en la conducción local de la firma se sospecha con que el gobierno viene trabajando en esa línea, la de bajarle el precio, desde que Enel anunció su intención de vender, en octubre de 2022.
La plata es mía
En ese contexto, Claudio Cunha, el CEO de Edesur, impugnó el plan de obras de Edesur con un argumento insólito: el dinero previsto, los $ 7000 millones, “eran insuficientes”. En realidad, Cunha no pedía que se detrajeran más fondos de los que le ingresarían a Edesur por el aumento de las tarifas. Si no, lo contrario, que el fondeo del plan de obras saliera de otro lado y no del aumento tarifario.
El razonamiento es sencillo: para vender Edesur a buen precio, Enel requiere que sus utilidades crezcan lo más posible y sean firmes y estables en moneda constante, y eso va en contra de la detracción de un tercio de los nuevos ingresos por incremento de tarifas. Esa es la causa por la que los técnicos de Edesur prácticamente no participaron de la elaboración del plan de obras y ningún ejecutivo de Edesur participó de su lanzamiento.
“Evidentemente, la renuncia de Ferraresi obedece a que no hay decisión política, una vez más, del gobierno nacional de imponerle condiciones a una empresa, en este caso a Edesur”, dijo a Tiempo un referente social con conocimiento de las discusiones. “La empresa se opuso a que el financiamiento surja del aumento tarifario y el gobierno –de acuerdo con la reacción de Ferraresi– dio marcha atrás”, agregó.
El referente recordó que, en diciembre del año pasado, la Secretaría de Energía, con el acuerdo del Ministerio de Economía, “le perdonó parte de la deuda que tenía con Cammesa y el resto de lo que tenía por pagar se lo financió a ocho años”. A lo que agregó que el aumento de tarifas significará una mejora de ingresos para Edesur del 261% solo en la primera mitad de este año.
“Y la respuesta del gobierno nacional es transigir, recular, como ha hecho todo este tiempo. No es capaz de imponerse a la decisión de la empresa en función de los intereses de los usuarios”, reclamó.
Para este referente, la salida de Ferraresi de Edesur abre una nueva etapa de negociaciones entre el gobierno y Enel. Una de las consecuencias es que el ritmo del plan de obras podría ralentizarse, aprovechando que las bajas temperaturas del invierno alivian el calor que los picos de demanda generan en los transformadores, que al quemarse en verano son la principal causa de los cortes masivos de luz. Pero esa alternativa dejaría a los usuarios desamparados ante el próximo verano, que promete ser caliente, y no solo por cuestiones climáticas.